Su presentación, similar a la de los cigarrillos tradicionales, y la utilización de estos dispositivos pueden incidir negativamente en la deshabituación tabáquica
Más de 560.000 usuarios de vapeadores en 2018 y un aumento en las ventas de un 25%, según las cifras de la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV), y que constatan el aumento en el consumo de este tipo de productos. Cigarrillos electrónicos o vapeadores que, aunque en apariencia pueden parecer menos perjudiciales para la salud por el hecho de no requerir combustión, pueden contener sustancias potencialmente tóxicas. Es uno de los principales motivos por el que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, entre otros, han desaconsejado su uso.
Los cigarrillos electrónicos o vapeadores comenzaron a comercializarse en nuestro país en 2008, y en 2016 llegaría el tabaco sin combustión a través del dispositivo Iqos. Son dispositivos que no contienen tabaco y que, mediante un sistema electrónico, vaporizan una mezcla compuesta habitualmente por nicotina, propilengicol y otros productos químicos. Además, tanto su presentación, similar a la de los cigarrillos tradicionales, como la utilización de estos dispositivos, manteniendo el gesto de fumar, pueden incidir negativamente en la deshabituación tabáquica, y la normalización de su uso en espacios públicos puede suponer una influencia negativa en niños y jóvenes y comprometer así los avances realizados en esta materia en los últimos años.
Riesgos para la salud
Tal y como exponen desde la AECC (Asociación Española contra el Cáncer), la mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, un tóxico cardiovascular y una sustancia altamente adictiva. El consumo de nicotina a través de los cigarrillos electrónicos provoca efectos negativos a nivel cardiovascular, aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular (infarto, angina de pecho, etc). También mantiene los efectos negativos sobre el sistema respiratorio (aumento de la frecuencia respiratoria y disminución de la inmunidad pulmonar) y alteraciones al nivel hormonal.
Un estudio publicado recientemente en 'The Journal of the American College of Cardiology', y realizado por investigadores de las facultades de Medicina de las universidades norteamericanas de Arizona, Illinois y el Instituto Cardiovascular de la Universidad de Stanford, revela los efectos nocivos de los cigarrillos electrónico y los líquidos con sabor, especialmente los de mentol y canela por los químicos que se utilizan para fabricarlos. La exposición a los líquidos con sabor que se utilizan en los vapeadores daña las células endoteliales, la capa delgada de células que recubren la superficie interior de los vasos sanguíneos y juegan un papel importante en el corazón y la salud cardiovascular.
Los autores se plantearon que si bien los efectos perjudiciales del tabaquismo convencional en la enfermedad cardiovascular están bien documentados, existe poca evidencia científica sobre la toxicidad y los efectos en la salud de los cigarrillos electrónicos, tal y como informa Europa Press.