"La música no es competitiva, aquí cada uno hace su apuesta y corre sus riesgos? Luego está ese otro tipo de artistas, no voy a decir músicos, que se limitan a grabar en función de lo quiera el mercado, lo cual debe ser tristísimo"
"Habría que ver qué es más importante si el martillo o una sinfonía". Música y literatura se funden en esta conversación con Carlos Goñi, que habla sin rodeos de una profesión a la que llegó después de renunciar a su otro sueño, jugar al balonmano y ser profesor de Literatura. Rehúye de pensar que el destino le tenía reservado otro papel, porque asegura que "lo de creer en el destino es la forma que tenemos los seres humanos de compensarnos con darnos por jodidos nos hagan lo que nos hagan". Embarcado desde principios de año en la gira de presentación de Básico IV, el nuevo disco de Revólver, Carlos Goñi y la increíble banda que le acompaña se suben al escenario de teatros de toda España, y este sábado 8 de junio estará en Salamanca (Auditorio Calatrava, 21 horas). Reconoce, además, que "es la primera vez que una banda ha conseguido que me guste más tocar con ellos que tocar solo". Un esperado trabajo discográfico grabado en acústico y en directo, con una presentación exclusiva, y es que Básico IV se ha publicado en digital y en formato disco-libro que incluye un CD con 13 temas y un DVD con 18. "Ya que se venden pocos discos, se trata de crear algo que te apetezca tener, que el continente sea tan importante como el contenido.
Con Básico IV se ha situado en el número 3 de la lista de ventas, ¿buen punto de partida en este reencuentro con los seguidores de Revólver?
Es más difícil de lo que parece, pero estoy feliz y contentísimo de haber entrado en el 3, porque además nunca he entrado en el número 1. Casi toda mi vida he estado entre el 2 y el 3.
Hay canciones que ya no son suyas, sino del repertorio musical de este país.
Un periodista dijo una vez, y me resultó curioso, que no tenía ningún hits, pero tenía más canciones históricas que cualquiera. Es una cosa muy bonita y, si me apuras, es verdad. Al final, uno no escribe ni 'hits' ni canciones históricas, escribe canciones, y quien las convierte en eso es el público.
El formato de presentación de Básico IV es todo un lujo, ¿el público es cada más exigente?
El público es muy exigente, quiere que todo esté maravilloso. Al final, las cosas son caras o baratas dependiendo de lo que des a cambio. Cuando me fui de Warner me juré a mí mismo que no volvía a editar un disco en la cajetilla esta horrible. Este ya es disco libro, esto lo encarece todo, pero ya que se venden pocos discos, se trata de crear algo que te apetezca tener, que el continente sea tan importante como el contenido.
¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de elegir las 13 canciones del disco?
Fue muy complicado. Hice una primera selección de 52 canciones, me resultó muy complejo, cada día tenía que ir quitando hasta que pude resumirlo en 22-23, y luego ensayé con la banda y me quedé con las que más me gustaba como sonaban.
Hablando de banda, está muy bien acompañado en esta gira.
Es la primera vez que una banda ha conseguido que me guste más tocar con ellos que tocar solo. Mira que he tenido la fortuna de tocar con músicos increíblemente buenos, pero no siempre los buenos se entienden, hace falta saber además los mismos códigos, y cada música tiene los suyos. Para nosotros es como si el concierto empezase desde primera hora de la mañana cuando nos vemos en la furgoneta.
Ha enganchado prácticamente una gira con la otra ?de hecho este disco se graba, y como un regalo inesperado para el público, en el concierto de fin de gira del tour 25 años del Básico I-, ¿le gusta vivir en la carretera?
Ha sido mi vida, me gusta tocar, aunque hay cosas que ya no hago, como meterme 220 conciertos de un disco en 16 meses. Lo he hecho dos veces en mi vida. Luego paraba un año y medio o dos años, ahora hago 50 al año y no paro. Me apetece más, y girar es fundamental.
Casi 30 años en los escenarios, ¿cómo mantenerse sin perder las señas de identidad?
Nunca he sentido esto como algo competitivo, quizá porque mi primer sueño era jugar al balonmano, y esa se supone que iba a ser mi profesión. La música no es competitiva, aquí cada uno hace su apuesta y corre sus riesgos, y si al público le gusta, bien, y sino? Luego está ese otro tipo de artistas, no voy a decir músicos, que se limitan a observar el mercado y a grabar en función de lo quiera el mercado, lo cual debe ser tristísimo. Por la noche cuando te acuestes te vas a quedar con un disco que no interesa a nadie y que a ti no te gusta. Se puede ganar y se puede perder, y puestos a perder, si me tengo que caer, me dormiré a gusto.
La frase es suya: "La música hace que el mundo sea un lugar más habitable".
En general, las artes. Tengo la sensación de que ser músico es el trabajo menor productivo para la comunidad, no eres un mecánico, carpintero?, nosotros ponemos la banda sonora a todo esto. Hay un libro que me enseñó mucho, La Utilidad de lo inútil, una joya, y que es normal que viva en la mochila. Habría que ver qué es más importante si el martillo o una sinfonía.
¿En qué se inspira un músico del siglo XXIP?
No ha cambiado todo tanto, o cambia menos de lo que podemos pensar, las pasiones humanas siguen siendo las que son. Hace poco me embarqué en leer una comedia humana de Balzác, y de lo que habla este señor, más cercano en el tiempo, sigue siendo lo mismo.
¿Se confiesa un lector empedernido?
He tocado siempre con músicos mejores que yo, porque era la mejor manera de aprender, intentar estar a su nivel. Si me pongo a comparar con la urbanización donde vivo, estoy seguro que soy el mejor guitarrista, pero ¿qué hago con eso? Te tienes que comparar con el mejor, y cuando lo haces, trabaja.
¿Quizá tenía reservado otro camino?
Lo de creer en el destino es la forma que tenemos los seres humanos de compensarnos con darnos por jodidos nos hagan lo que nos hagan. La ilusión de mi vida era seguir jugando al balonmano y ser profesor de Literatura. Lo de la literatura me lo inculcó un profesor con 13 años, que tenía un valor descomunal en el año 1973 para hablarnos de Miguel Hernández y de Federico García Lorca. Aquello me abrió un mundo distinto.
Apostar por los teatros como escenario, ¿es la mejor manera de tener un contacto más directo con el público?
Para mí es el sitio natural de donde nunca debió de salir la música, y si quieres ganar más, toca más días. Siempre suena bien, el público está tranquilo, ves perfectamente, cuando miro a la derecha me acuerdo del color del jersey del primer tipo? Me gusta, me impresiona infinitamente más un teatro lleno que cualquier plaza de toros. En la multitud se pierde el contexto, no se ve tanto, se ve una masa, en un teatro casi puedes ver ubicada a cada persona. Me parece maravilloso, me encanta tocar en teatro.
¿Se respeta en este país la propiedad intelectual?
No, y no solo en la música, nada, cero. Es lógico, una ciudadanía que piense, donde esté instalado el concepto de la duda, de lo crítico, de poner las cosas en cuarentena cuando te llegan, una ciudadanía así no le interesa a ningún gobierno. Entender el concepto de propiedad intelectual es una cosa complicada. El hecho de respetar y entender que si alguna persona tiene una idea y tú utilizas esa idea has de pagar lo que tengas que pagar es un segundo grado de educación. A partir de ahí, cómo vamos a pretender que se respete una idea abstracta. Que se lo digan a los compositores de las bandas sonoras, o cuando te dicen que el disco no te lo voy a comprar porque ya he pagado las entradas.
¿Se regatea con la cultura?
Es triste que con la cultura se regatee y con lo demás no. No hay una ciudadanía crítica, es una utopía pero imagina que llega un día que nos plantamos todos y no vamos a votar a nadie. Otra cosa muy interesante y que practicaban los griegos, aunque durante poco tiempo, es el ostracismo, también podíamos votar a quién queremos que desaparezca de la vida política. Votar al que no queremos que esté.
Si le digo Salamanca, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza?
Que tengo buenos amigos en Salamanca
¿Alguna sorpresa para el concierto?, ¿se varía mucho el repertorio?
Dentro de la mía puedo cambiarlo todo, dentro de la banda, alrededor de un 40% se cambia, luego la gente sabe que no va a escuchar lo mismo. Hay un repertorio de unos 40 temas que va variando, los músicos no saben qué canción viene. Esto hace que tengas un punto de tensión, nada de poner el automático.
Mucha suerte, aunque seguro que no la necesita, con Básico IV.
La suerte para todos.