La escritora salmantina presentará su nuevo poemario este martes, 14 de mayo, en la Casa de las Conchas a las 20.00 horas, acto en el que será entrevistada por Francisca Noguerol
La maternidad huele a leche agria. Es llanto y cansancio. La madre inquiere, se pregunta, se queja, se cuestiona? se mira al espejo de estas páginas con toda crudeza. El poemario recién nacido de la autora salmantina Charo Ruano es su reflejo: versos sinceros, dolorosos, ahítos de amor, de renuncia, de consciente entrega. Una voz desgarradora, siempre certera que se atreve a ir más allá, porque nadie es tan directa en su poesía y tan contundente en las verdades que la poeta, periodista y crítica literaria Charo Ruano.
Charo Alonso: De nuevo con Amarú Ediciones, de nuevo poesía en la colección Mar Adentro, pero, ¿puede leerse este libro de poemas como una historia casi novelesca?
Charo Ruano: Sí, creo que sí, es desde luego muy narrativo como todos mis libros desde La Frontera, con un nudo común del que van saliendo hebras. Aquí la clave la da el primer poema? una de esas mujeres que ha decidido no reproducirse, se queda embarazada. A partir de ahí, la historia. No hay poemas sueltos, todos forman parte de una reflexión unitaria en la que se repiten elementos: la luz en la ventana, el niño que llora, el cansancio, la soledad, la noche. Pero nunca me lo plantee como una historia en prosa, tenía muy claro lo que quería hacer y espero que se vea así, como un poemario.
Ch. Alonso: Pareja a la que no hacemos caso por cansancio, reparto de tareas, trabajo? ¿Tenemos las mujeres que replantearnos la maternidad?
Ch. Ruano: Creo que las mujeres y los hombres tenemos que replantearnos todo: la maternidad, la paternidad, el trabajo, el ocio, la sociedad que estamos alimentando entre todos? Un asco, la verdad, pero mi libro no nació de este tener que plantearse la maternidad o el trabajo, sino de la hartura de tanta madre que mira por encima del hombro y señala a la que no quiere, no puede o decide no tener hijos sin más. Como antes a la mujer soltera? Las mujeres somos muy crueles entre nosotras ?y me duele decirlo?, nunca un hombre te preguntará si tienes hijos, siempre lo hace una mujer y luego añaden la cantinela: no te lo pierdas, ni te imaginas la experiencia, lo que duele un hijo, el amor que sientes? ¡Por Dios, que las mujeres llevan pariendo más de tres mil años y desde que a las famosas les dio por contarnos su experiencia y sus costumbres parece que han inventado ellas solitas la maternidad! Blogs, "club de la leche", consejos, y más consejos, experiencias varias? Contra eso sí quería escribir? Contra esa magnificación y santificación de la maternidad? ¿Dónde dejamos a los hijos adoptados? ¿Dónde a tantas abuelas y tías que han dejado la vida por nietos, sobrinos?? Estoy hasta la peineta.
Ch. Alonso: Eso no queda tan bonito, hay que parir y hacerse fotos. Charo, ese deseo de ser madre, amante, compañera, trabajadora... ¿Hasta qué punto llegamos a todo? ¿Hasta qué punto estamos obligadas a hacerlo?
Ch. Ruano: No llegamos, hay que decirlo ya, no llegamos, ni vamos a llegar nunca; lo hacemos lo mejor que podemos, como seguro que muchos padres lo hacen también, o lo intentan. Nos arriesgamos, estiramos el tiempo, pero quien a estas alturas no sepa que para criar a un hijo ?en circunstancias relativamente buenas? se necesita mucho más que amor y un padre y una madre, es que no está en el mundo; se necesita una tribu, como decía muy bien José Antonio Marina. Si no tenemos cerca abuelos, hermanas, mujeres u hombres que nos ayuden la cosa es muy cruda; los niños, y más ahora, son el centro de todo y ocupan tanto tiempo que se comen literalmente el de los demás; en eso no es que hayamos avanzado es que hemos retrocedido. ¿Qué hacemos si lo queremos todo? Machacarnos vivas, correr como locas, aprender a hacer las cosas a velocidad de vértigo y sobre todo, tener un colchón sentimental de afectos que te sostenga, si no, piénsalo bien, porque puede costarte la vida. Obligación ninguna, tú eliges, eso sí, hay que exigir al Estado que facilite las cosas, como sea, para que salgan vivas de esto las que se arriesgan a ir a por todo.
Ch. Alonso: Qué razón tienes, me arriesgué, pero casi perezco en el intento. ¿Quién es Eva?
Ch. Ruano: Obviamente la primera mujer que parió con dolor y sin saber qué estaba pasando, ¿no? El título del libro, al que he dado mil vueltas salió de un poema que al final no incluí, Pregúntale a Eva si fue feliz un día? Dudé y dudé y al final leyendo el Discurso de Eva de Carilda Oliver Labra, del que sale la cita que abre el poemario, me decidí por ese título ¡Qué no nos hubiera dicho Eva, si hubiera tenido voz?!
Ch. Alonso: Para mí tu poesía siempre es reflexiva, mucho. ¿Poesía sapiencial?
Ch. Ruano: Espero que solo poesía, llevaba muchos años dándole vueltas a este tema, había una imagen dominante: la mujer de noche en la ventana y una luz a lo lejos? He leído tanto sobre el tema, he vivido de cerca tantas situaciones que, al final, cuando me puse a escribir fue como un borbotón, aunque tenía muy claros los elementos a conjugar: el llanto, la noche, la fragilidad, el cansancio, los cambios, la luz a lo lejos, el amor infinito a lo que te ha cambiado la vida para siempre. Ya nada volverá a ser lo mismo, ya tienes para siempre los pies amarrados a la tierra, por eso quería imprimir ese ritmo repetitivo de Tam Tam, porque un bebé ese primer año es eso, repetición, repetición, repetición y quería dejar clara la soledad de esa mujer que no reconoce su cuerpo, que no reconoce casi ni su cara, que no sabe qué tormenta se ha producido en ella y que además no sabe con quién compartirlo? Esa mujer que quiere ser de nuevo libre y sola, que se atreve a preguntarse, quién era, quién soy, qué haré?
Ch. Alonso: No es un tema fácil, nos duele a todas ¿Qué sensaciones, opiniones te han llegado de las primeras lecturas?
Ch. Ruano: En general las mujeres han tenido palabras estupendas para mi libro, más de una me ha dicho "parece que hablas de mí".
Carmen Borrego: ¡Es que muchas cosas también las podía firmar yo!
Ch. Ruano: Eso me han dicho. También algunos hombres me han felicitado, también ha habido opiniones negativas, ¿Por qué escribes contra la maternidad? Cosa que no es cierta, creo que "contra" es la única preposición que no se puede aplicar al libro.
Ch. Alonso: Tu tono siempre es coloquial, conciso, directo ¿Has tenido especial cuidado con el lenguaje al tratar un tema tan sensible?
Ch. Ruano: La verdad es que sí, siempre procuro tener cuidado con el lenguaje, utilizar la palabra más exacta, la que mejor me suene, la que el ritmo me marque. Pero también es cierto que cada vez más me gusta dejar los libros un poco como hilvanados, que cada cual los remate a su manera. Quién soy yo para dejar por escrito verdades absolutas, aunque a estas alturas y después de tantos años, tiene lo que tiene siempre mi poesía, es confesional, marcada por la soledad, la noche, la melancolía? aunque siempre desde la energía y la honestidad, o eso me gusta creer.
Ch. Alonso: El libro está estructurado como una pieza musical: Obertura, Adagio, Duetto? y tiene una Coda muy especial donde recuerdas a numerosas escritoras, este libro tiene muchas citas y nombres de autoras ¿Es un homenaje?
Ch. Ruano: Es un homenaje minúsculo a grandes de la literatura que no pudieron con todo, como Silvia Plath, Anne Sexton, incluso sin hijos, como Virginia Woolf. La vida fue demasiado para ellas. Alice Munro, Natalia Ginzburg, que es la que cierra el libro? En cualquier caso, lo que quería subrayar es que esta discusión sobre la maternidad es muy antigua y ha cambiado bastante poco. Es un homenaje a ellas, autoras que me han influido, que he leído profundamente.
Páginas que cantan una nana incompleta, porque para Charo Ruano la maternidad, la auténtica, siempre se ha contado en sordina. De ahí este libro valiente, este libro pleno de preguntas, este libro sobre lo silenciado. Pregúntale, sí, pregúntale a Eva, pregúntale siempre, lector, a la poeta Charo Ruano. Ella tiene la virtud de ser sincera, directa, honesta, entera en la entrega. Pregúntale a ella.
Charo Alonso
Fotografía: Carmen Borrego