"El bullying se alimenta de los espectadores, los que ayudan a que esa situación de violencia se genere o se mantenga en el tiempo", siendo la educación una herramienta clave en su prevención
¿Cómo detectar que tu hijo está siendo víctima de acoso escolar?, ¿cómo actuar?, ¿cuáles son las consecuencias de sufrir bullying? Son muchas las dudas que, lógicamente, pueden asaltar a los padres ante un caso de acoso escolar, un problema más grave de lo que pensamos. "Siempre se piensa que son cosas de chicos, pero hay veces que esto cambia a algo mucho más grave, cuando se reitera en el tiempo, cuando no es simplemente un ataque verbal que se queda en una cosa puntual, sino que va a más, hay que tomar cartas en el asunto", explica Ana María Blasco, psicóloga de Fundaneed, fundación para la ayuda a la infancia y adolescencia en las necesidades especiales del desarrollo y que también presta atención y apoyo en casos de bullying o ciberbullying.
"Cualquiera puede sufrir acoso y ser tanto víctima como perpetrador", subraya, pero "sí que es cierto que tenemos un colectivo muy vulnerable y son los chicos que tienen algún tipo de dificultad en el desarrollo, el que destaca porque lleva aparato, porque lleva gafas, porque tiene TEA, Asperger, cualquier tipo de patología asociada es como llevar una diana para que seas el elegido para ser víctima".
El acoso escolar tiene consecuencias a nivel físico y psicológico, "bajadas en el rendimiento escolar, dificultades para conciliar el sueño, tristeza, soledad, abatimiento, dificultades para entablar relaciones sociales", apunta Blasco.
¿Qué provoca que un niño se convierta en acosador? "Muchas veces es por destacar, son niños que tienen dificultades también a la hora de relacionarse e integrarse", pero algo muy importante, tal y como subraya, es que "el bullying se alimenta de los espectadores, los que ayudan a que esa situación de violencia se genere o se mantenga en el tiempo". Espectadores pasivos en ocasiones para evitar ser ellos los acosados, aunque no hay que olvidar que "a estas edades, 12-14 años, no se tienen herramientas para parar al que lo está haciendo, estamos construyendo nuestra personalidad, todos somos vulnerables en la adolescencia".
Las estadísticas reflejan que "un 65% de los niños normalmente no hablan nada o casi nada de lo que están sufriendo en el cole", lo que contribuye a que sea "muy difícil" para los padres detectar el acoso escolar. "Cuando se detecta, los padres suelen ser los primeros en denunciar, pero la persona ya lleva sufriéndolo un tiempo".
¿Cuáles son las señales de alarma del acoso escolar? "Hay que fijarse sobre todo en cambios de conducta, un niño que era alegre y de repente empieza a estar más sombrío, que le cuesta relacionarse, cambios en las notas, la ropa rasgada, que viene del cole y se encierra en su habitación, material escolar que falta o viene estropeado, ese tipo de cosas son pequeñas señales de alarma," y sobre todo, añade la psicóloga Blasco, "comunicarse con los hijos".
¿Cómo ayudar al niño acosado?
"Lo primero trabajar con su autoimagen, darle el mensaje de que por sí solo no podría parar ese acoso, darle la seguridad y al confianza en sí mismo, habilidades para relacionarse, para decir basta", a lo que hay que sumar "el núcleo familiar, que tiene que proporcionar apoyo, porque es el pilar fundmental de su desarrollo, desculpabilizar a la familia y darles pautas para enfrentarse a ese problema; y negociar con el centro educativo".
La educación es una herramienta imprescindible para prevenir el acoso escolar, "la educación por parte de las familias y de los centros". Educación extensiva a las herramientas digitales, para prevenir el ciberbullying, "Es muy importante para ser padres responsables estar formado en nuevas tecnologías, para saber cómo usan el móvil, cómo usan los datos, qué páginas visitan", y como dice el juez Calatayud, "deberíamos tener todas las contraseñas de nuestros hijos".