Desde 2007, cuando fue homenajeado, es invitado especial de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos
Octubre de 2007 marcó un antes y un después para la vida y la obra poética del brasileño Álvaro Alves de Faria, una de las voces más significativas de la poesía actual de su país: el reconocido Encuentro de Poetas Iberoamericanos que anualmente acoge nuestra ciudad, coordinado por A. P. Alencart bajo el amparo de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, le tributó un amplio homenaje, publicándole una antología bilingüe de su obra bajo el título 'Habitación de olvidos'. Desde entonces, el poeta que nació y reside en São Paulo, no ha faltado a la cita anual, salvo en un par de ocasiones y por motivos de enfermedad.
Voz crítica por varias décadas, ahora el conjunto de su obra vuelve a recibir importantes reconocimientos en su país. Los últimos dos han sido el "Premio de Poesía y Liberdad Alceu Amoroso Lima" (en Río de Janeiro) y, más recientemente, el "Premio Guilherme de Almeida de Poesía", el cual será entregado el mes de junio en sesión solemne del Ayuntamiento de São Paulo. Alves de Faria es autor de más de 50 libros en Brasil, especialmente en poesía. También ha escrito obras de teatro y ensayo. Otros 19 libros los ha publicado en Portugal, además de los 7 editados en España.
Por su especial religación con Salamanca, donde ha publicado varios libros traducidos al castellano, Faria quiso extender su satisfacción por estos galardones con sus amigos y lectores de la capital del Tormes. Y explica: "Siempre fui un militante de la poesía. Siempre di todo de mí. Hasta ahora en mi país viví en función de la poesía, de la cual me torné una especie de disidente, viendo la mediocridad que crece cada vez más en la cultura brasileña, alcanzado a la poesía de manera brutal, con libros inconsecuentes que nada tiene que ver con la poesía verdadera, aquella hecha para la vida del hombre. No estoy generalizando, porque en Brasil existen grandes poetas que, lamentablemente, son víctimas de una crítica y de un periodismo cultural donde prima la sordidez. Por ese motivo, durante 15 años me dediqué a la poesía de Portugal. Fui a buscar en Portugal, la tierra de mis padres, la poesía que me faltaba en Brasil. Tengo la sensación que me salvé. Entonces veo estos dos premios como un reconocimiento a una vida entera dedicada a la poesía seria y honesta en todos los sentidos y principios que la propia poesía exige".