Estamos en 'precampaña' electoral, y en toda España se siente aún el aldabonazo de la 'España abandonada' o, mejor, de algunas regiones españolas en camino a la desertización. Las más amenazadas corresponden a la 'serranía celtibérica' y a la 'franja de Portugal'. En ésta, las tres provincias más afectadas son las de la Región Leonesa (León, Zamora y Salamanca) con extensiones a Galicia -o más en concreto a Orense- y Extremadura -especialmente por la provincia de Cáceres-.
Al contemplar los mapas, todos los leoneses de bien sentimos un escalofrío recorrernos la médula espinal. Las áreas amenazadas de desertización demográfica coinciden con las afectadas de desertización industrial, económica y cultural. Superponemos el mapa del Reino de León en 1230, el que muestra la extensión del dialecto leonés, el de las áreas industrializadas y se nos hace un nudo en la garganta.
El deterioro demográfico es paralelo al económico y al cultural, como si lo leonés estuviera caminando hacia la extinción, reducido a unas cuantas islas de extensión mínima. A bote pronto, somos conscientes de que no sólo es una cuestión de población, sino de un fenómeno integral que afecta profundamente a todas las facetas de nuestra existencia como Pueblo Leonés, a nuestra identidad y nuestra cultura.
Todo ello nos recuerda la distribución de las Sociedades Económicas de Amigos del País en cinco regiones, una de ellas la de León o del Noroeste de España (en 1906 integrada por las sociedades de León, Zamora, Béjar, Santiago, Pontevedra, Oviedo y Palencia), representada en el Senado desde 1901 hasta 1918 por Rafel María de Labra y Cadrana, antiesclavista, defensor de los derechos de la mujer, firme partidario de la educación y del papel dinamizador de las Económicas. Ahora las federaciones empresariales de Asturias, La Coruña, Orense, Lugo, León, Zamora y Salamanca han creado la Alianza Empresarial del Noroeste (AENO), "un paso adelante" para acabar con el "olvido" de ese territorio; esperamos que su labor sea fructífera.
El Reino de León se encuentra en el Noroeste y es pieza de engarce con Extremadura. Es hora de trabajar juntos para dinamizar la Región Leonesa unidos con Galicia, Asturias y Extremadura, de cara a Portugal y al Exterior, abandonando las perspectivas miopes que no pasan de Valladolid. Necesitamos un impulso nítido, una discriminación positiva por parte del Gobierno de España como la que en los 60 recibieron el País Vasco y Cataluña. Es el momento de reivindicar la solidaridad y la igualdad. Esa reivindicación, antes o después, pasará por hacer realidad la imprescindible personalidad de la Región Leonesa triprovincial, de modo que todas sus potencialidades contribuyan en lo cultural, lo económico, lo social y lo político, a levantar al Pueblo Leonés a los estándares europeos. Y eso pasa por lograr la autonomía que individualice al Reino de León y le dote de los instrumentos imprescindibles para fortalecer su personalidad, su cultura y sus recursos.
Miguel Ángel Diego Núñez, autor del libro 'Regionalismo y regionalistas del siglo XX (una antología)'