El armisticio de Las Pistas

Se nota que se acerca el final. En la fase decisiva del campeonato, los equipos sacan la calculadora para hacer sus particulares sumas y restas hasta llegar a una cifra superior a la cuarentena de puntos, donde muchos de ellos tienen situado su particular listón a sobrepasar, y así lograr la tan ansiada salvación.

Y Unionistas no es menos que el resto. Y por supuesto que los de Aguirre, junto a su calculadora particular, suman y restan para cuanto antes llegar a los benditos cuarenta y tantos puntos y certificar, el hecho histórico y épico que es lograr la permanencia.

Y de eso se trata, el de ir poco a poco sumando y arañando distancia a la cifra salvadora. Por lo que el Internacional de Madrid y Unionistas, tras una batalla de mucho cuerpo a cuerpo, muy cerrado y controlado todo, tras unas bofetadas deportivas, se miraron a los ojos y vieron de forma inteligente que el empate les valía.

¿Y por qué es mejor un punto que nada a estas alturas de Liga?, porque hay que mantener las dinámicas y la clave, cuando todo está cerradito y el cansancio hace mella en las maratonianas piernas de los fatigados jugadores, es sumar.

Unionistas sin hacer su mejor juego, lleva 4 partidos sin caer, construye su particular fortaleza en no verse vencido y no darse por vencido en las empresas que acomete, aspecto anímico transcendental y muy importante para encarar el último tramo liguero.

Nuevos en la categoría, con bajo presupuesto en las partidas que hay que invertir en jugadores, Unionistas se agarra a la salvación salga como salga el partido, ya sea feo, brillante o mediopensionista?da igual, ahora toca sumar y sumar, y eso se hizo el pasado sábado en las Pistas.

El paladar y las papilas gustativas en el afán de saborear mejores y sabrosos platos están reservados para otras estaciones de temporada y ahora, cuanto antes lleguen los cuarenta y tantos puntos, pues bienvenido sea.

Lo del sábado volvió a ser un ejercicio de superación, las bajas en los locales eran notables, con un pésimo estado del terreno de juego y un rival, el internacional que vino a no perder, metió a 6 jugadores en la medular y contuvo más que un equipo ochentero de la liga italiana, no se pudo ganar y por lo menos no se perdió, se puntuó.

Valoremos lo que tenemos, seamos conscientes de lo que se logra cada fin de semana, no creo que nuestro restaurante sea de tres estrellas Michelín, pero lo que se sirve, con mucho trabajo y humildad, está igual de rico o más que lo que se presenta en fuentes doradas de restaurantes de la misma categoría, la segunda B.

¿Qué a mí me gusta ganar siempre y jugar como el Brasil de los 80 o la Holanda de Cruyff?, Por supuesto, pero ni creo que estemos tan cerca del trópico ni que tengamos esa media melenita que lucían los afamados oranges, somos lo que somos porque con trabajo, sacrificio y humildad se saca con buena letra y de forma pausada las cosas.

¿Bostezo de partido?, posiblemente, pero más cerca de un final cargado de abrazos y sonrisas.