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Peridis en El Casino de Salamanca, novela histórica y trazo románico
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ÉXITO DE PÚBLICO

Peridis en El Casino de Salamanca, novela histórica y trazo románico

Actualizado 07/03/2019
Charo Alonso

El dibujante, arquitecto y escritor mantuvo un diálogo pleno de sabiduría y actualidad con Alberto Estella

Tiene esta tarde de lluvia El Casino el pleno de las grandes ocasiones, el silencio expectante de un público atento que acude a la ceremonia del diálogo con la admiración al personaje y el reconocimiento de su persona. Porque José María Pérez, Peridis, como afirma Don Alberto Estella, no necesita presentación en ninguna de las tres facetas en las que desvela su trabajo: arquitecto de carrera, intelectual ligado a la defensa de la cultura desde sus proyectos como la fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, dibujante político desde hace "la tira de años" en el Diario El País y narrador dedicado a la novela histórica.

Y es de su condición de arquitecto, de donde tira del hilo Alberto Estella, desde el conocimiento y el temple de quien sabe llevar el diálogo, para recordarnos que, en la novela que presenta Peridis esta tarde en El Casino, La reina sin reino, tiene un gran protagonismo uno de los edificios que quizás refleja mejor la historia medieval española: la mezquita de Córdoba. Un espacio, que para Peridis, rompe con la tendencia propia de la arquitectura, la de arrasar con todo, para mantener con respecto y admiración un edificio clave. La conquista de Córdoba, para el Peridis historiador, supone un hito que dio la vuelta a la historia, esa historia que, en el presente, cuenta en forma de viñetas en las páginas de nuestros periódicos.

-¿Queréis que os de una primicia de la viñeta de mañana?

Magnífico orador, pleno de gracia, el dibujante describe la escena en la que Cobos responde al tribunal y Trapero contesta que él estaba haciendo meditación transcendental. Testigo de la política diaria, testigo de la transición, capaz de dibujar y caracterizar en dos trazos a los personajes de la España democrática, a Peridis no le faltan ni la sorna ni la inteligencia. Como no le faltaron nunca la dedicación para rehabilitar el antiguo monasterio en el que según Estella "de chico corría por ahí" y reivindicar el románico para el gran público a través de libros, proyectos y hasta una serie porque alguien le indicó que podía ser como Labordeta que ya sabemos que solo se compra lo que aparece en la televisión.

Es esa sorna en el trazo y en la palabra la que convierte a Peridis en un conferenciante único. En el silencio reverente del Palacio de Figueroa, narra con toda la gracia su visita al Presidente de la entonces Caja Duero para encontrar financiación para su proyecto con una frase que hace reír al auditorio y nos recuerda que de bien nacidos es ser agradecidos "Yo vengo a hacer de Labordeta y tú tienes que ponernos las pesetas", de ahí que afirme que cuando le llaman de Salamanca "se me van los pies".

Reconocimiento de quien sabe bien leer y cuidar el pasado ¿Por qué gusta tanto el románico? Pregunta Alberto Estella, y Peridis parece contener en su respuesta todos los horizontes infinitos de su tierra palentina "tiene un encanto, el encanto de lo que hacíamos cuando éramos niños. El románico es transcendente, va más allá, en él el paisaje se convierte en piedra. El gótico es alarde, es elevación. El románico, hijo de Roma, está en la tierra". Toda una lección de arte que nos recuerda al divulgador, al arquitecto empeñado en todas las batallas para devolverle a la España vacía el esplendor de ese románico que, según él, "viene a nosotros navegando por las colinas".

Tiempo de un arte al que no solo ha dedicado su tiempo, su energía y su capacidad de divulgador, sino que ha recreado a través de la palabra, de la novela histórica en una trilogía que público y crítica han reconocido siempre. Iniciada con Esperando al rey en el 2014, continúa con La maldición de la reina del 2016 y culmina con el título que se presenta esta tarde dedicada a la reina Berenguela, toda una protagonista para celebrar el día de la mujer, como bien recuerda Alberto Estella. Protagonista femenina que sabe que no puede ser reina, pero que urde toda una trama de intrigas políticas, para entregarle el poder a su hijo. Personaje vinculado a Salamanca que ha hecho suyo Villares de la Reina y que es para Peridis un personaje apasionante.

¿Cómo enfocar la novela histórica? Para Peridis escribiendo una novela que transcurra en la historia, siendo fiel a la historia y a sus personajes permitiéndose el entrar en la intrahistoria ?alcobas y confesionarios, recuerda Estella- y utilizando el antiguo principio de deleitar aprovechando. Para Peridis, que reconoce que la mejor novela es la Biblia, "una novela por entregas que no se puede contar mejor" la novela sirve para entretener, y supone esa identificación con el personaje que nos lleva al goce de escribir y de leer.

Goce que no olvida la lectura del pasado con el presente muy presente? no en vano hablamos de un autor de novela histórica que hace historia de cada día pegado a la actualidad de los periódicos. Si Berenguela urdió una unidad familiar de territorios y alianzas, lo hizo porque para Peridis no hay peor política que la que separa? y no tenemos más que el Brexit o la situación política actual para corroborarlo. Pasado y presente que, para Alberto Estella columna con la hermosa dedicatoria de la novela, el reconocimiento a los padres del autor que el enseñaron el amor a la tierra, al trabajo, a la dedicación y al valor de la palabra dada. Un hermoso cierre que, paradójicamente abre el libro, porque para saber llevar un buen diálogo hay que ser muy consciente de los tiempos y de la estructura del afecto y del conocimiento. Conocimiento que, para Peridis, reside en el amor a la tierra, a la lengua, a la cultura, al paisaje, a esa realidad rica que recuerda con un refrán: "El patrimonio de antaño son las rentas de hogaño", un legado extraordinario que debemos preservar y conocer y que él, con su inmenso trabajo, nos ha sabido hacer ver.

Pasan los campos de iglesias románicas a través de su charla clara, de su verbo gozoso, pleno y fecundo. Habita este espacio con su evocación de la princesa portuguesa, de las lomas de cereal palentino? y se lleva, como regalo de la intrahistoria unamuniana, una pajarita detenida en el vuelo de la historia. Historia diaria de periódico y columna, viñeta de gracia rápida de articulista veloz. Historia de muros recios que aún no han aprendido la elevación gótica. Una reina camino de Salamanca, una mujer que supo reinar entre bastidores. El trazo de la historia haciendo inolvidable esta tarde de lluvia, porque Peridis dibuja una "dedicatura" en la primera página de su novela y sigue fascinando con su palabra y su conocimiento. Es la historia con mayúsculas.

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