Mediante la exposición de fotografías de la portuguesa Cláudia Costa
La exposición 'Terra fria, alma quente', de la fotógrafa lisboeta Cláudia Costa, puede verse en la Biblioteca Pública de Villamayor hasta el próximo 19 de febrero. Se compone de retratos y paisajes de la vida rural en la región portuguesa de Tras-os-Montes, en el nordeste del país.
Con este título, la fotógrafa alude al clima de la meseta trasmontana, donde se dice que hay 'nove meses de inverno e três de inferno'; unas condiciones de vida que fueron históricamente duras, por lo que esta tierra ganó fama de serlo también. Sin embargo, ello entra en conflicto con lo que reflejan los seres vivos que aparecen en sus fotografías: humanos y animales dinamizando el paisaje cotidiano, trasmitiendo toda la nobleza, la laboriosidad y la franqueza de las almas de esta región.
La riqueza en biodiversidad, en cultura y en tradiciones de esta comarca propicia que el ojo y la sensibilidad de la fotógrafa se inspiren, proponiéndonos con 'Terra fria, alma quente' un recorrido cíclico por las estaciones y por los quehaceres diarios de los habitantes del mundo rural.
Según Cláudia Costa, esta ruralidad no se está perdiendo sino transformando, está viva.
Muestra de ello es la historia de vida de la propia autora, que en 2011 emprendió el éxodo urbano, cambiando Lisboa por Miranda do Douro. Desde allí trabaja en la Asociación para el Estudio y Protección del Ganado Asinino (AEPGA), entre otros proyectos profesionales, siendo la fotógrafa oficial de esta asociación.
Tierra fría
Tras-os-Montes está dividida climáticamente en dos subregiones, la Terra Fria y la Terra Quente. La Tierra Fría comienza a partir de los 600 metros de altitud y se compone de altiplanos y sierras que esconden valles profundos, donde el clima es riguroso, con inviernos largos, primaveras y otoños breves y veranos muy calurosos. La Tierra Cálida tiene un clima más suave, lo que incide en los tipos de cultivo, la altitud media es de unos 400 metros, los veranos son secos y cálidos y los inviernos algo más templados y cortos.
La mayor parte de las fotografías que componen la exposición de Cláudia Costa han sido realizadas en el concejo de Miranda do Douro, en la Terra Fria trasmontana, reflejando el paisaje del altiplano mirandés, que se enclava entre el río Duero y el río Sabor, un aislamiento que contribuyó al mantenimiento de unas tradiciones particulares, incluso a la existencia de una lengua propia.
Muchas comarcas de Tras-os-Montes forman parte de la Red Natura 2000, hay algunos paisajes protegidos, como el Parque Natural Douro Internacional y el Parque Natural de Montesinho, así como la Albufera de Azibo.
La diversidad geológica, climática y orográfica favorece que aquí exista un ecosistema con gran diversidad de especies de flora y fauna. Con un importante valor botánico, esta tierra cuenta con algunos endemismos ibéricos y lusitanos, destacando el amplio abanico de plantas aromáticas y medicinales.
La actividad humana dio origen al surgimiento de razas autóctonas de ganado, destacando, en bovinos, la Vaca Mirandesa, en ovinos, la Churra Galega Mirandesa, en caprinos, la Cabra Serrana y en asininos, el Burro de Miranda.
Vivir de la tierra y del ganado es estar inmerso en una laboriosidad constante, lo que se comprueba al llegar a cualquiera de estos pueblos. También es estar habituado a observar la naturaleza, interpretar sus señales y fluir con ella en los hábitos. La cotidianidad y las costumbres están reflejadas en esta colección de fotografías de Cláudia Costa.
El burro Mirandés
El burro de Miranda posee algunas características especiales que permiten identificarlo, como por ejemplo: pelaje castaño, largo y grueso; cabeza y orejas grandes; patas robustas y estatura elevada; así como un temperamento dócil.
La Asociación para el Estudio y la Protección del Ganado Asinino (AEPGA) nació en Miranda do Douro en 2001 con el objetivo de proteger y promover el ganado asinino, en particular, la raza autóctona Burro de Miranda. Es una asociación de criadores y divulgadores que pretende su preservación, pero también la mejora genética de la raza, -la primera autóctona de asininos en Portugal-, contribuyendo a salvaguardar el patrimonio ecológico y cultural de esta tierra, facilitando el aprovechamiento socioeconómico del Burro de Miranda.
La AEPGA tiene tres centros donde se encuentran los animales: uno de recría, otro de acogida y otro donde se realizan diferentes actividades pedagógicas, terapéuticas y divulgativas. Tienen un programa de apadrinamiento de burros y de donativos, que constituyen su principal fuente de recursos. Además, prestan servicios veterinarios gratuitos a los propietarios de burros de Miranda.
La biblioteca de Villamayor y su relación con la difusión de la cultura portuguesa
El curiosidad por la cultura lusa del bibliotecario, Manuel Hernández Leal, ha propiciado que en la biblioteca de Villamayor se desarrollen varias iniciativas alrededor de artistas portugueses.
Desde el pasado otoño la biblioteca acoge el proyecto 'L Burro i La Biblioteca', en el que se dinamizan varias actividades, principalmente para niños, sobre la temática del burro, según nos cuenta María Martín, la otra bibliotecaria. Con este proyecto, además, se pretende dar a conocer la lengua mirandesa o mirandés, reconocida como segunda lengua oficial de Portugal, y de origen astur-leonés. El mirandés se estudia hoy en las escuelas de primaria del concejo de Miranda do Douro y es apoyado como parte de la riqueza cultural de esta región mediante algunas iniciativas de protección y revalorización.
La biblioteca tiene apadrinada a Bulhaca, una burra mirandesa, dentro del proyecto de la AEPGA.
Además, en la biblioteca de Villamayor están llevando a cabo un programa con la asociación ASPACE a través de poemas de Fernando Pessoa. Próximamente, van a desarrollar en algunos espacios de la biblioteca una ruta literaria siguiendo el recorrido del tranvía 28, el mítico tranvía que circula por los barrios más castizos de Lisboa.
La exposición 'Terra fria, alma quente' pasó antes por la biblioteca de la Casa de las Conchas e irá después a la Universidad de Tras-os-Montes y Alto Douro (UTAD), en la ciudad portuguesa de Vila Real. Puede verse en la biblioteca de Villamayor hasta el 19 de febrero.