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Ángel Luis Iglesias, la fuerza de la pintura
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pintor expresionista

Ángel Luis Iglesias, la fuerza de la pintura

Actualizado 01/01/2019
Charo Alonso

En el estudio del pintor Ángel Luis Iglesias nos golpean los rostros. Nos observan los ojos penetrantes de Benicio del Toro junto a una paleta de pintor hecha de negros y marrones, pinceles y palos de madera. Pincelada intensa, generosa de pintura, y a su lado, blanco y negro, las arrugas de Clint Eastwood nos sumergen en el mundo que es el rostro humano, infinito mapa de sugerencias. Infinita grandeza en los detalles, manos de un artista en un estudio con hechuras de taller.

Charo Alonso: Eres el autor del cuadro del rey que hay en el Ayuntamiento. ¿Cómo se hace un retrato oficial?

Ángel Luis Iglesias: Te basas en una imagen institucional, puedes jugar un poquito, pero sin salirte de? cómo decirlo, del molde. No podría haber hecho esto, por ejemplo (?señala uno de sus cuadros?), pero sí, aunque hay un protocolo a seguir, se puede hacer algo más original.

Ch.A.: Tu primera exposición de retratos estaba llena de figuras conocidas y la segunda se basó en retratos de cine. ¿Cómo ves el panorama de las salas de exposiciones de Salamanca?

A.L.I.: Me gustan todas las salas de Salamanca, claro que sí, pero mi favorita es San Eloy, me gusta San Eloy por la tradición que tiene. ¡Nunca estudié en San Eloy pero sí fui premio Artis! Hay salas excelentes pero es una pena que se esté acabando el panorama de las galerías, muchas han cerrado, ya no hay una galería donde se pueda disfrutar de la figuración.

Ch.A.: También has expuesto en El Casino de Salamanca, que nos ha dado a la ciudad otro espacio para el arte.

A.L.I.: Gracias a este espacio tenemos una nueva sala y un lugar para la cultura que está funcionando muy bien. Necesitamos estas propuestas, y más porque, por ejemplo, La Salina es una sala magnífica, pero para cuadros de gran tamaño no es tan adecuada, cosa que sí se puede hacer en San Eloy, o en Fonseca? Por suerte tenemos el DA2, que es una maravilla de espacio, un espacio excepcional, un lujo. Me encanta llevar a mis hijos allí, repiten y repiten sea la exposición que sea. Lo tiene todo, el DA2.

Ch.A.: Has expuesto en el Festival de Cine de San Sebastián. ¿Cómo fue la experiencia?

A.L.I.: Fantástica En el Festival de cine de San Sebastián se eligió mi proyecto, que ya sabes que lleva dos exposiciones, me queda la tercera que queremos que sea un proyecto benéfico de la mano de María Eugenia Bueno para el instituto contra el cáncer. La exposición de San Sebastián tuvo mucho éxito y muchas ventas. Y era su sitio, claro.

Ch.A.: Era su sitio ¡porque pintas actores de Hollywood! ¿De dónde salió esa idea?

A.L.I.: Soy muy cinéfilo. También expuse en "El Matadero" de Madrid, que es un lugar muy ligado al cine. Todo empezó con los retratos, para retratar necesito un primer contacto físico, conocer a la persona, ser lo más fiel posible. Había trabajado con personalidades como Doña Sofía, Antonio López, Vicente del Bosque? y Clint Eastwood. Contacté con él a través de la Warner y luego me enviaron para gestionar los derechos de imagen a Malpaso? Hablé con Cristina, su asistente personal, me dijeron que sí y me enviaron imágenes para trabajar porque no pude ir a verle. Cuando acabé pensé en el tema del cine porque, repito, soy muy cinéfilo, tanto que cuando hacía el retrato del actual rey me entretenía haciendo retratos de actores. Se me planteó entonces este proyecto, también con actores españoles e incluso, se me llegaron a ofrecer actores.

Ch.A.: ¿Y aceptaste a los que se te propusieron? ¿Cómo es trabajar con un actor famoso?

Ángel Luis Iglesias, la fuerza de la pintura   | Imagen 1A.L.I.: No, yo tenía muy claro que quería retratar a figuras que hubieran pasado por mi vida, que me influyeran. Trabajar con ellos es así: yo les mando el proyecto y si acceden, estupendo. Trabajo con fotos porque aunque podría ir a verles en persona, tengo tres niños y no puedo seguir ese ritmo.

Ch.A.: ¿Cuándo te das cuenta de que quieres hacer toda una serie sobre estos personajes?

A.L.I: La verdad es que recuerdo que en la exposición de San Eloy la gente disfrutó mucho con los cuadros de Chaplin y el de Hans Solo, y yo también disfruté con ellos, por eso me puse a jugar con el espacio ?algunos de estos cuadros son retratos de dos metros de altura- y con otras técnicas. Primero trabajé en blanco y negro y luego metí color y empecé a trabajar de otra manera. Veo la imagen, busco otras, voy decidiendo, meto blanco y negro, ahora más color? es instintivo? a veces sabes que hay que jugar con los espacios? otras veces quieres que aparezca el cabezón entero.

Ch.A.: Este Joker le encantaría a mi hija, parece que surge de la esquina del cuadro. Trabajas con poca luz y haces cierto eso del caos desorganizado del pintor?

A.L.I.: Cada uno va pidiendo lo que necesita. Heath Ledger necesitaba espacio. Sí, trabajo con poca luz. ¡Velázquez también! Así me gusta más, y este es mi caos, la anarquía, pero sabiendo que está todo ahí y dónde está. Alguien hizo una foto de todo esto y la publicó, arrasó en China.

Ch.A.: En un mundo marcado por la imagen. ¿Qué aporta la pintura? Porque el retrato fotográfico está ahí, y es bello ¿Qué le aportas tú?

A.L.I.: Ahí está la cosa, yo empiezo a jugar, le aporto la fuerza, la fuerza mía a la imagen. No tiene nada que ver con la foto, la interpreto.

Ch.A.: El fotógrafo a veces no estará muy contento con lo que haces con su imagen?

A.L.I: Es que ni el propio fotógrafo que ha tomado la foto la reconoce a veces. Este cuadro de John Malkovich es muy representativo, el fotógrafo no reconoció su imagen. La pintura le da al retrato la fuerza que no tiene la imagen fotográfica.

Carmen Borrego: Es la plasmación del trazo, Charo, eso no lo tiene la foto, el tuyo tuyo transmite cierta fuerza, y a veces muestra muchas cosas, incluso lo que no está, como este inacabado.

A.L.I.: Sí, a veces dices, ese se queda así? Algunos retratos pertenecen a una instalación, tienen que verse con otros para formar un conjunto. Otros me han pedido una técnica u otra. Sigo pensando en qué aporta la pintura, y quizás sea la fuerza, la destreza, esa fuerza que de una primera impresión te dé la imagen.

Ch.A.: ¿Cada cuadro te pide su técnica?

A.L.I.: La técnica es muy variada, tintas, grafito, rotulador, oleo. Bosquejo a tintas sobre lienzo, dibujar sobre lienzo es una cosa innovadora. Me gusta jugar con el fondo en un lienzo, experimentar. Influyen las emociones y son ellas las que deciden la técnica. Sí, es lo que dices, pero no me dejo llevar por la técnica, la técnica es para darle una personalidad al personaje. Hay imágenes, como esa de Eastwood que te piden el blanco y negro, otras, como la de Benicio es más compleja, con Benicio me llama el blanco, creo que este color es muy pasteloso. Vas trabajando y vas diciendo.

Ch.A.: Yo a Benicio le dejaría así, los ojos son lo importante.

Carmen Borrego: Es que depende del modelo. Hay cuadros con un trazo que habla de rapidez, fuerza, con algo inmediato, sin embargo este retrato del niño tiene energía, pero también brillo, delicadeza.

A.L.I. Claro, no puede ser tratado de la misma manera. El personaje del retrato te pide una cosa u otra, mirad a este Hugh Jackman, le he pintado sonriendo. Yo he estado con él en Madrid, y es así, tiene una sonrisa muy amplia aunque en el cine le veamos siempre serio y agresivo.

Ch.A.: ¿Qué tienen los actores?

A.L.I.: Que juegan con los sentimientos, que transmiten algo y hacen que tu transmitas algo también.

Ch.A.: Con los actores es normal que trabajes con fotos. ¿Con el resto de gente que retratas también trabajas con fotografías?

A.L.I.: Sí, en general hago fotos, porque con los modelos pasa que hoy no pueden venir, cuando vienen yo puedo no tener ganas de pintar, ha cambiado la luz del día y tienen que venir en otro momento? Entonces prefiero trabajar con muchas fotos, eso sí yo manipulo, cambio, experimento con colores?

Ch.A.: Una de tus exposiciones más renombradas, "La mirada apacible" te situó como un Antonio López de paisajes urbanos. ¿Te gusta esa comparación?

A.L.I.: Cuando empecé me dijeron "Búscate un padre en la pintura" y ese es Velázquez; aunque yo he evolucionado, él es el referente pero, claro, tenemos al padre, tenemos a Velázquez porque hubo un Tiziano? Es así. Los paisajes urbanos nos remiten a Antonio López pero llevan haciéndose toda la vida, por ejemplo, quizás los primeros ejemplos sean los de Velázquez, los paisajes de la Villa Médicis. Es curioso que en los paisajes de López no haya figuras humanas ni coches. Él es el referente. Sí le conozco y es una magnífica persona, además, le gusta el trabajo que hice con su mujer y con su hija. Me habían hablado de un hombre distante y encontré a una persona que era todo lo contrario.

Ch.A.: ¿Crees que estamos perdiendo también en el mundo del arte el contacto de las relaciones humanas?

Yo no uso demasiado el color, sin embargo mis pinturas no son mortecinas. Quieren expresar

A.L.I.: Ahora mismo el mercado del arte está diferente, no sé cómo describir los tiempos que estamos viviendo. Antes quizás había más contacto, era más romántico, ahora no, el email y el whatsapp sustituyen a las relaciones humanas, lo físico. Quizás así se pierde la relación con el marchante. Respecto a las ferias, hace tiempo que no voy porque el nivel ha bajado, es medio, y el coste ha subido.

Ch.A.: Tus formatos tan grandes no son fáciles de manejar en ningún sentido. Ángel, ¿se aprende mucho en la Facultad de Bellas Artes?

A.L.I.: Quizás esto sea más para instituciones, son formatos grandes que no son fáciles de vender, en una exposición distingues lo que es más comercial. Y en la Facultad se enseña la técnica, Luego cada uno encuentra su camino, su forma de trabajar. Volviendo con Benicio, antes de venir vosotras estaba trabajando en el pómulo. Quizás haya que dejarlo reposar y volver en otro momento. Sin embargo, con el cuadro de Malkovich lo tuve muy claro, lo vi enseguida. Es un hombre muy particular y sí, tienes razón, su cabeza parece una calavera.

Ch.A.: Saturno devorando a sus hijos. ¿Le gustó el retrato?

A.L.I.: Sí, le gustó, el que estaba más sorprendido era el fotógrafo que le hizo la imagen. No te acerques al de Benicio si quieres verlo bien. Estos cuadros hay que verlos desde una distancia. Antes me preguntabas qué daba la fotografía. Mírala, quizás sea esa fuerza, esa negrura. Yo cuando pinto no estoy pensando lo que estoy haciendo, eso es posterior. Ahora tengo unos cuadros colgados en una tienda del Barrio del Oeste y me dicen que la gente se queda mirando, pero que no entran a comprar.

Carmen Borrego: Es que se siente desde la piel, como pintor te preocupas de pintar piel, le buscas las piel, por eso son así tus cuadros.

A.L.I.: Es verdad, yo no uso demasiado color y sin embargo, mis pinturas no son mortecinas. Quieren expresar.

Ch.A.: En un excelente vídeo que hizo sobre tu trabajo Amador Martín insistías en que "quieres contar una historia con cada retrato".

A.L.I. Es que eso es la pintura. Es consustancial a nosotros, ha estado ahí desde el principio, desde la pintura de Altamira. Cuando somos niños cogemos una pintura y pintamos, pintamos con cualquier cosa. Mis hijos vienen aquí y pintan, les digo, tú haces un Dark Vader chico y yo grande, luego me gusta ponerlo en los catálogos. Es lo natural en los niños, pintar. En los EEUU están desapareciendo en los colegios las clases de arte y eso es terrible, a los niños les sale de forma natural un arte libre que hay que potenciar y apreciar. Luego están los jóvenes, a los que hay que atraer con nuevas propuestas, una de las cosas que más me gustó la exposición de San Eloy es que venían los adolescentes y repetían la visita con otros amigos. Quizás el hecho de que eran cuadros de gente del cine les gustaba, ha sido de lo que más he disfrutado.

Ch.A.: Los actores cuentan una historia y tú también.

A.L.I.: A todos nos gusta que nos retraten. Vernos. Por eso me gusta la figuración, aunque yo me considero un pintor expresionista.

Los rostros que pinta Ángel Luis Iglesias nos interpelan, nos acusan, se nos hacen presentes. Nos sorprenden, nos divierten, nunca nos son indiferentes. No solo tiene el don de la técnica este pintor salmantino de rostros y paisajes, capaz de acariciar un objeto con el pincel y hacerlo único. Capta la esencia de aquellos que retrata, de ahí la magia. Y qué magia mejor que el cine. Cine a pinceladas.

Charo Alonso.

Fotografías: Carmen Borrego.

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