En los 400 años de la publicación de la edición príncipe de las Obras de San Juan de la Cruz. (1618 - 2018)
La villa de Alba de Tormes ha de sentirse orgullosa de la estancia en ella del mundialmente conocido San Juan de la Cruz. Por este motivo celebramos su fiesta de modo especial con la Misa del triduo a las 12,30 del mediodía entre los días 12 y 14 de diciembre. Este año, la fiesta del 14 de diciembre estará presidida por Don Francisco Gil Hellín, Arzobispo Emérito de Burgos y, actualmente, Administrador Apostólico de Ciudad Rodrigo.
Por estar la Iglesia de San Juan de la Cruz ocupada por la exposición Vítor Teresa, estas celebraciones tienen lugar en la iglesia de la Anunciación.
En Alba de Tormes, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz: Escribe como altísimo místico, y en su Cántico Espiritual canción 13, n.7 dice que se abstiene de tratar de otros temas espirituales, porque "la bienaventurada Teresa de Jesús, nuestra Madre, dejó escritas de estas cosas de espíritu admirablemente; las cuales espero en Dios, saldrán presto impresas a luz". Y de hecho la edición de los escritos de la Santa salió en Salamanca en 1588, preparada por Fray Luís de León, el mejor intelectual del momento, al que la Orden de los Carmelitas Descalzos encarga la publicación de las mismas.
San Juan de la Cruz vino a Alba a la fundación teresiana del convento de las Carmelitas Descalzas el 25 de enero de 1571. Le invitó personalmente la Santa, y los días que pasó aquí anduvo ayudando en el edificio material del monasterio de la Anunciación del Carmen, mezclándose con los albañiles en el trabajo de la construcción de mismo. En Alba permaneció varios meses. Agradecidas las monjas por la ayuda material que les prestó se lo agradecieron más todavía por el alimento espiritual que les dio en aquellos días y por sus enseñanzas doctrinales.
El santo vino a Alba de Tormes desde la localidad salmantina de Mancera de Abajo, lugar al que se había trasladado la primera fundación de Descalzos de Duruelo, de la que se acaban de cumplir 450 años. En estos dos lugares primitivos de la Reforma Carmelitana, perviven en la actualidad sendos conventos de Carmelitas Descalzas fundados por Santa Maravillas de Jesús, quien recupera para la Orden estos lugares de sus inicios históricos.
Los Carmelitas Descalzos de Alba de Tormes conservamos el dedo índice de la mano derecha del santo, con el que tomaba la pluma para escribir sus magistrales obras; también conservamos otras reliquias, además, un importante códice de sus obras que perteneció a la biblioteca de la Casa Ducal y una urna en la que estuvo enterrado San Juan de la Cruz, restaurada recientemente. Estas dos últimas piezas se pueden ver en la exposición Vítor Teresa. En el catálogo de la exposición, que pronto verá la luz, se informará detalladamente de todas estas piezas.
Con motivo de la exposición Vítor Teresa y por la presencia de San Juan de la Cruz en Alba, hemos reproducido la celda del santo, en la que se puede apreciar el ambiente en el que transcurría su vida de retiro. La iglesia de San Juan de la Cruz de Alba de Tormes es la primera que se le dedica en todo el mundo, al igual que el convento.
Las Carmelitas Descalzas de Alba conservan el sillón usado por el santo en la Villa Ducal, la reja del confesionario y una cruz de su pertenencia entre otros recuerdos. El sillón puede verse actualmente en la exposición Vítor Teresa, y al lado de la celda dónde murió la santa se puede contemplar una vitrina dedicada a San Juan de la Cruz, con valiosos objetos suyos y la edición príncipe de sus obras de 1618. Además, en la iglesia de la anunciación, se puede contemplar un magnífico retablo del sigla XVII, dedicado al santo; cuenta con un magnífico óleo sobre lienzo que le representa artísticamente.
La figura de San Juan de la Cruz: La figura humana de Juan de la Cruz la dejó graciosamente bien configurada Santa Teresa diciendo de él que era "pequeño" a los ojos del mundo, pero grande ante Dios. Cuanto más pequeño era más grande, y cuanto más grande se sentía más pequeño y humilde. Pequeño físicamente, grande espiritualmente en su querer llegar lo más perfectamente posible a la medida de Cristo Jesús, de quien estaba enamorado y por quien estaba poseído. Esta es la presentación de su figura humana y espiritual.
Como poeta es admirable, pues alcanza la cima, sobre todo en la poesía lírica y con justicia es declarado por el Papa San Juan Pablo II Patrono de los poetas de lengua castellana el 8 de marzo de 1993.
Su Persona y su obra: Caminan de un modo tan conjunto que no se pueden separar de ninguna manera. Vive en Dios, respira en Dios, y lo canta en sus jornadas, y en sus viajes por Castilla y Andalucía, llenando el aire de sus versos y sus libros de los comentarios con que explica sus canciones.
Quien quiera entender a San Juan de la Cruz y asimilar su magisterio, ensalzado por la Iglesia, al nombrarle Pío XI Doctor de la Iglesia el 24 de agosto de 1926, debe estudiar no solo sus escritos sino conocer su biografía, aunque esté ya tan presente en sus obras.
La muerte de San Juan de la Cruz: Juan de la Cruz murió en Úbeda el 14 de diciembre de 1591.Sus restos mortales fueron trasladados a Segovia en 1593 y allí descansan en la capilla dedicada a su nombre en la iglesia de los Carmelitas Descalzos.
¡Oh bosques y espesuras
plantadas por la mano del Amado!
¡Oh prado de verduras
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.
(Cántico: 4)
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura,
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
(Cántico: 5)
* Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espíritu a los mortales; mas ahora que la malicia va descubriendo más su cara, mucho los descubre.(D 1)
*¡Oh dulcísimo amor de Dios mal conocido! El que halló sus venas descansó.(D 16)
* No me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo, en que me diste todo lo que quiero. (D 26).
* Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos, y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios, y todas las cosas son mías, y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. (D 26)
*¡Oh Señor Dios mío!, ¿quién te buscará con amor puro y sencillo que te deje de hallar muy a su gusto y voluntad, pues que tú te muestras primero y sales al encuentro a los que te desean? (D 2)
* El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente. (D 28)
*Si tú en tu amor, ¡oh buen Jesús!, no suavizas el alma, siempre perseverará en su natural dureza.(D 30)
*Un solo pensamiento del hombre vale más que todo el mundo; por tanto, sólo Dios es digno de él.(D 34)
*A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición (D 59).
*Tú, Señor, vuelves con alegría y amor a levantar al que te ofende, y yo no vuelvo a levantar y honrar al que me enoja a mí.(D 46).
* Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada (D 70). .
*¿Qué aprovecha dar tú a Dios una cosa si él te pide otra? Considera lo que Dios querrá y hazlo, que por ahí satisfarás mejor tu corazón que con aquello a que tú te inclinas.(D 72)
*El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.(D 96)
*Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma (2S 22, 3-6).
* El que no busca la cruz de Cristo no busca la gloria de Cristo.(D 101).
*Para enamorarse Dios del alma, no pone los ojos en su grandeza, mas en la grandeza de su humildad (D 102).
*Todo el mundo no es digno de un pensamiento del hombre, porque a solo Dios se debe; y así, cualquier pensamiento que no se tenga en Dios, se le hurtamos.(D 115)
* Nunca tomes por ejemplo al hombre en lo que hubieres de hacer, por santo que sea, porque te pondrá el demonio delante sus imperfecciones, sino imita a Cristo, que es sumamente perfecto y sumamente santo, y nunca errarás.(D 156).
*Quien huye de la oración huye de todo lo bueno. (D 180).
*¡Oh, qué bienes serán aquellos que gozaremos con la vista de la Santísima Trinidad! (D 183)
* ¿Qué sabe quien no sabe padecer por Cristo? (D 186).
*¡Oh, qué buen Dios tenemos! (Dicho hablado)
Entonces llamó a un arcángel,
que San Gabriel se decía,
y enviólo a una doncella
que se llamaba María,
de cuyo consentimiento
el misterio se hacía;
en la cual la Trinidad
de carne al Verbo vestía;
y aunque tres hacen la obra,
en el uno se hacía;
y quedó el Verbo encarnado
en el vientre de María.
(Romance: la Anunciación)
Los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había;
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía;
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía;
el llanto de el hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual de el uno y de el otro
tan ajeno ser solía.
(Romance: el Nacimiento)
Para el Presente artículo hemos recibido el asesoramiento de José Vicente Rodríguez, ocd., en la actualidad en mejor investigador sanjuanista.