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“Las primeras luchas del movimiento vecinal fueron la vivienda y quitar el barro”
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CUATRO DÉCADAS DE LA LEGALIZACIÓN DE LAS ASOCIACIONES DE VECINOS

“Las primeras luchas del movimiento vecinal fueron la vivienda y quitar el barro”

Actualizado 08/12/2018
Isabel Rodríguez

"Era la voz que más se oía, la más reivindicativa", especialmente en los años 70 y 80, contribuyendo a "la transformación de Salamanca" y dejando su huella en cada uno de los barrios

"Las asociaciones de vecinos eran la voz que más se oía, la más reivindicativa", tal y como rememora Víctor Pedraz, uno de los nombres más ligados al movimiento vecinal de Salamanca, primero a través de la asociación Navega y luego de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Salamanca (FEVESA), "que llegó a tener 54 asociaciones", entre capital y provincia. El movimiento vecinal, especialmente entre las décadas de los 70 y los 90, forma parte de la historia de Salamanca, siendo innegable "su protagonismo en las profundas transformaciones sociales, políticas, urbanas y culturales de las últimas décadas del siglo XX". El movimiento vecinal ha dejado su huella en cada uno de los barrios.

Entre 1975 y 1979 el movimiento vecinal vive su "edad de oro", "son los años de las grandes movilizaciones y conquistas políticas y sociales, desde la lucha por las libertades públicas a la legalización de las asociaciones", y en los barrios las primeras luchas fueron para "mejorar las condiciones de habilitabilidad de las viviendas y quitar el barro", porque en esos años "había barrios, como Garrido, que eran barrizales; los vecinos tenían que peregrinar para ir a buscar una farmacia de guardia. No había alumbrado, era en blanco y negro", rememora Pedraz. De hecho, la pavimentación no llegaría al Barrio Garrido hasta los años 70-80. La hemeroteca de los años 80 precisamente recuerda la manifestación de los vecinos de Garrido hasta la Plaza Mayor donde vertieron bolsas con barro y con una pancarta en la que se leía Garrido, contra el barro.

"Dignificar los barrios"

La lucha, en pocas palabras, era "dignificar los barrios", pero para ello "había que conseguirlo todo", y entre los muchos logros de aquellos años "la conquista más emblemática del movimiento ciudadano fue en el área de la vivienda". "Había barrios en los que todavía estaban las casas que habían prefabricado los trabajadores que llegaron del éxodo del campo a la ciudad en los años 60 (Pizarrales, Puente Ladrillo, Chamberí, Barrio Blanco, San Isidro...). Casas hechas con piedras de desecho de otras obras, o como en el caso de Pizarrales aprovechando las canteras de pizarra para hacer sus paredes". Casas que, por cierto, se levantaban por la noche, "porque si les pillaban haciéndolas de día se las derribaban".

“Las primeras luchas del movimiento vecinal fueron la vivienda y quitar el barro” | Imagen 1

De todas esas necesidades habría de surgir una "conciencia vecinal" que desembocaría en un movimiento asociativo que "era fuerte para reivindicar cualquier necesidad" y que contribuyó "a la transformación de Salamanca". El movimiento vecinal no sólo se convirtió en una escuela de ciudadanía, sino que articuló numerosas conquistas, tanto en nuestra ciudad como en el resto de España, desde la remodelación de barrios, a la mejora del transporte público, ampliación de zonas verdes, a la dotación de equipamientos urbanos (culturales, educativos, sanitarios, deportivos y sociales...), entre otras muchas.

"Los vecinos tenían que peregrinar para ir a buscar una farmacia de guardia"

En esta transformación social de las últimas décadas también se ha visto inmerso el propio movimiento vecinal. "Los barrios siempre necesitan algo", sin embargo, "la labor de muchas asociaciones de vecinos ha quedado reducida a ofrecer actividades culturales y educativas". La voz más reivindicativa del movimiento vecinal "esa creo que se ha apagado", considera Pedraz, quien también añade que "esto va con la propia sociedad y con que una parte de los valores se han perdido, por ejemplo, si la gente cree que debe dar algo a la sociedad de manera altruista de vez en cuando". De igual manera, "el movimiento vecinal para ser fuerte también necesita líderes".

Pizarrales y Chamberí, las veteranas

Las primeras asociaciones de vecinos surgieron a partir de la década de los 60 acogiéndose a la Ley de Asociaciones de Cabezas de Familia de 1964. Hasta noviembre de 1977 no se legalizaron las asociaciones vecinales. Munibar Pizarrales es la asociación más veterana de Salamanca, con 42 años de existencia, junto con la de Chamberí. La forman en la actualidad familias de los barrios de Pizarrales, Carmen y Blanco, y fue registrada el 23 de noviembre de 1966, dando continuidad a la que convivió con el franquismo, la Asociación de Cabezas de Familia.

En el Barrio Garrido, como recuerda Víctor Pedraz, también existía una asociación de cabezas de familia, "algunos colaboraron en la nueva asociación de vecinos Navega", que se creó después de Unive.

“Las primeras luchas del movimiento vecinal fueron la vivienda y quitar el barro” | Imagen 2

Nuevos barrios en la ciudad

La construcción de nuevos barrios y la remodelación de otros, la peatonalización de las calles más concurridas o la recuperación del casco histórico han sido algunos de los cambios físicos más relevantes de Salamanca durante las últimas cuatro décadas. Desde Puente Ladrillo al barrio surgido, al norte de la ciudad, en torno al depósito de aguas de la Chinchibarra; o el barrio de Capuchinos, que se expandió más allá de los límites de los barrios de Pizarrales, Blanco y Vidal. Al sur de la ciudad, al otro lado del río Tormes, junto a los barrios de San José, La Vega, Tejares y el Arrabal, también surgieron nuevos barrios, como el Teso de la Feria, el Zurguén o Vistahermosa, y uno de los barrios más jóvenes, Los Alcaldes.

Hacia el oeste, habría de levantarse el Campus Universitario Miguel de Unamuno, y en sus inmediaciones, el barrio de Huerta Otea, siendo el que más ha crecido en población en esta última década.

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