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Carmen Cabrera y la Asociación Tierno Galván: cultura que une en Santa Marta
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REFERENTE EN EL ASOCIACIONISMO

Carmen Cabrera y la Asociación Tierno Galván: cultura que une en Santa Marta

Actualizado 04/11/2018
Radio Guijuelo

"El nombre de Tierno Galván me llamaba la atención porque le admiraba mucho y pronto tuve contacto con su gente cuando llegué a Santa Marta"

Tiene Carmen Cabrera la sonrisa abierta, hospitalaria, llena de luz y de energía. Sonrisa colectiva que abre la puerta de la participación ciudadana, que invita a la charla compartida, al disfrute de la cultura, a la recuperación de la memoria. Quizás la historia reciente de este país se escriba en clave de concordia, de energía y de afecto, de pasión por lo cercano y curiosidad por lo diferente. Un empeño de entrega y de constancia en este rincón de Salamanca.

Charo Alonso: En tiempos individualistas, ¿cómo llegaste al movimiento asociativo?

Carmen Cabrera: Yo venía del País Vasco y estaba muy implicada en el movimiento asociativo. El nombre de Tierno Galván me llamaba la atención porque le admiraba mucho y pronto tuve contacto con su gente cuando llegué a Santa Marta. La asociación se fundó en 1995 y tiene el número 1 en el registro de asociaciones de Santa Marta. Yo empecé como socia y acepté ser la presidenta dos o tres años como mucho? fijaos. Antes había estado en plataformas de acción vecinal, por ejemplo trabajamos en una contra la droga que tuvo poco recorrido en una etapa muy compleja en ese tema, también en Santa Marta Acoge?

Ch.A.: ¿Qué hace que nos neguemos tanto a participar en movimientos sociales?

C.C.: Quizás la falta de implicación de la gente, no tenemos conciencia de lo que es el movimiento asociativo, de lo constructivo que es? Yo noté mucho el cambio, en el País Vasco no hacía falta hacer publicidad de nada, la gente iba a las actividades, aquí tienes que atraer a la gente. Aquí las primeras conferencias que hacíamos las hacíamos como cafés tertulia, era una forma de enganchar a la gente, nos reuníamos alrededor de un café con pastitas para hacer charlas, o jornadas de reflexión. Eran tertulias de cualquier tema porque lo que queríamos sobre todo era hablar? luego le poníamos títulos: "Reflexionando que es gerundio", por ejemplo, donde a partir de una foto o de una excusa, cada participante se expresaba libremente.

Ch.A.: No es fácil mover a la gente?

C.C.: No, cuesta muchísimo, cuesta muchísimo la implicación de la gente. Y yo creo que hay socios para ciertas actividades, como los viajes; otros a los que les gustan las visitas guiadas, otros aficionados a las conferencias? creo que cada uno participa en actividades distintas. A veces es complicado y queda mucho camino, pero no nos podemos quejar.

Ch.A.: ¿No será que nos desencantan tanto la política como las asociaciones de todo tipo?

C.C. Quizás. Yo soy concejala, aunque no estoy en ningún partido en concreto, y es difícil a veces deslindar mi trabajo de concejala con el de la asociación. Y una cosa no es óbice para la otra. Entre la gente y con las asociaciones y los partidos falla la comunicación, hay mucho desencanto y en ocasiones ganado a pulso. No se cree que los valores que antes defendía un partido o un sindicato los tengan ahora. Hay mucha desconfianza.

Ch.A.: ¿Y cuál sería el remedio para que volvamos a confiar en las agrupaciones de todo tipo?

C.C.: Trabajo, mucho trabajo, pero es un camino que vamos a tener que volver a andar. Mucho se ha perdido y se ha desandado. Yo venía del País Vasco, estaba en el grupo de gente que fundó Gesto por la Paz, en Nanclares de Oca, que era donde yo vivía. Y a pesar de todo se hacían cosas, eran los peores años pero ahí estábamos.

Ch.A.: Ahí os enfrentabais a un problema muy duro, hacía falta unirse.

"Santa Marta es el municipio más grande de Salamanca y necesitamos reivindicarlo"

C.C.: Sería duro pensar que nos hace falta un problema tan grave para cambiar de mentalidad, muy duro. El individualismo actual es terrible. Aquí en Santa Marta hay poca cohesión, la gente vive, pero quizás no se implica lo suficiente en el lugar? no se desvive por el municipio.

Ch.A.: ¿Qué hace falta para participar en un movimiento ciudadano?

C.C.: Que creas en ello y que te enriquezca cuando perteneces a ello.

Ch.A.: ¿Y si la gente no responde?

C.C.: Aquí la gente se desanima mucho cuando se hace un acto y no hay gente. Y yo digo siempre que aunque haya poca gente, ahí están. A mí en los tiempos duros del País Vasco me bastaba que hubiera otra persona sosteniendo la pancarta que llevaba yo, con que hubiera dos personas para llevar la pancarta era suficiente. No hay que desanimarse, para mí en el momento en que pueden venir dos o tres personas, me parece que es positivo hacer la actividad.

Ch.A.: Las actividades cuestan dinero, organizar supone una energía enorme?

C.C.: No es verdad que los movimientos asociativos necesiten mucho dinero, el dinero ayuda, claro que sí, pero no tener dinero no te frena? poco a poco vas contando con otra gente, nos vino, por ejemplo, La Asociación cultural Pentadrama o Agustín Casillas y no cobran. Es decir, los subsidios te ayudan muchísimo, claro que sí, pero no lo son todo. Y sí, a veces te cansas, pero yo me animo enseguida. Y pensar en el Premio a los Valores Humanos y a la Solidaridad, la actividad estrella de la Asociación, me emociona. Ese reconocimiento nuestro es un reflejo de las personas que hacen cosas. Decimos que se están perdiendo valores, pero el trabajo de esta gente muestra todo lo contrario, solo por eso nos merece la pena mantenerlo y seguir con la asociación.

Ch.A.: Este año habéis premiado a la Asociación Open Arms, a Salamanclown y a nuestro admirado Luis Felipe Comendador. Nosotras estábamos emocionadas por él? ¿Recuerdas algún premio con especial emoción?

C.C.: Todos. Recuerdo una Asociación de La India que trabajaba con los dathis, los más pobres y apartados, fui a visitarles y era tremendo. Recuerdo también la entrega a la Plataforma de las Mujeres Artistas contra la violencia de género. Cada año ha sido emocionante, como premiar a Pablo Ráez por su lucha por el trasplante de médula, o a la Asociación Sonrisas de Bombay, que pelea contra la ablación genital femenina. ¡Premiaron a Gesto por la Paz, cuando yo aún no estaba en la junta directiva, lo que fue muy emotivo para mí!

Ch.A.: ReprCarmen Cabrera y la Asociación Tierno Galván: cultura que une en Santa Marta   | Imagen 1esentas a una Asociación muy unida a Santa Marta ¿Eres de aquí?

C.C.: Yo soy de Cantalapiedra, pero llevo 22 años viviendo aquí. En mi pueblo la participación es de un cien por cien para todo, hay más cohesión entre la gente. Santa Marta es el municipio más grande de Salamanca y necesitamos reivindicarlo, nosotros tenemos socios de Salamanca, pero el 90% de los socios es de Santa Marta y nunca perdemos la idea de que estamos y somos de Santa Marta. Por ejemplo, preparamos un concurso cultural para los jóvenes de aquí que tiene muchos participantes y que consta de actividades culturales, preguntas, un juego de pistas? se entregan premios muy atractivos y relacionados con la cultura y es una propuesta que tiene mucho éxito.

Ch.A.: Cultura y movimiento social?

C.C. Sí, Otra actividad es una concentración en noviembre en la que llevamos una vela, una luz por cada una de las mujeres asesinadas a lo largo del año. Ojalá sea el último año que hagamos esta actividad porque no haya mujeres asesinadas.

Ch.A.: Explícame que vinculación tenéis con mi querido Agustín Casillas.

C.C.: El concurso de pintura al aire libre se hace en honor a Agustín Casillas que era una persona maravillosa a la que nunca vamos a olvidar. El hizo una exposición en la Diputación y se ofreció a enseñárnosla, ahí le captamos. Era nuestro socio de honor, siempre nos ayudaba, no faltaba nunca a la entrega de los premios. Por eso el primer homenaje que se le hizo tras su muerte fue el nuestro, le tenemos siempre presente. Empatizamos mucho. Casillas nos ofreció paseos guiados por Salamanca que eran increíbles? como las charlas de Mayoral, otro gran escultor? ¡Es el que tiene más obra en las calles de Salamanca! Nuestra relación con los pintores y escultores ha sido fantástica, igual que con los poetas con los que hacemos el recorrido poético. Santa Marta está llena de rincones muy bellos como la plaza de la Iglesia o la Isla del Soto que nosotros hemos conocido llena de hierbajos y que era una reivindicación grande de todos. El río es un valor, detrás del molino hay un rincón encantador, como otros tantos vinculados al río, y más allá del río?

Carmen Borrego: Esa imagen de la mujer santamartina y las puestas de sol? yo Santa Marta me la he recorrido mucho cuando traía a mi hijo a jugar al baloncesto y acababa paseando por el camino a Nuevo Naharros o visitando el cementerio.

C.C.: Hay muchos lugares, algunos que deben cuidarse un poco más, yo me recorro Santa Marta a diario y compruebo que hay muchas reivindicaciones que hacer, claro. Hay que defender lo nuestro y colaborar con otras asociaciones y entidades. Nosotros hemos trabajado con ZOES, que hace una labor magnífica, con la residencia Ballesol, con el colegio Miguel Hernández, por ejemplo, aunque trabajar con la educación tiene un problema y es el de los horarios lectivos. Y hablando de trabajo, gracias a la vinculación con Topas hemos traído aquí unos mosaicos fantásticos que hacían los presos para exponerlos, y una obra de teatro hecha por los internos que tuvo un lleno total.

Ch.A.: Santa Marta es un lugar con buenos servicios, cómodo para vivir? pero vosotros os centráis en reivindicar la cultura?

C.C.: Nos hemos centrado en la cultura, nuestro principal objetivo es la cultura en todas las manifestaciones. Luego podemos tener proyectos variados como el querer recuperar los cuentos intergeneracionales? a lo mejor no tuvimos mucho público, pero sí enganchamos a varias generaciones que se contaban cuentos. La reivindicación es cultural.

Ch.A.: ¿Y no hay un choque con lo político?

C.C.: Nosotros hemos tenido socios de todos los partidos políticos, hay que saber separar. Cada uno puede tener las ideas que quiera, son respetables, pero no en las actividades. Es la mejor forma de poder convivir, expresando lo que se siente siempre desde el respeto. Yo estoy orgullosa de que así sea, si vemos que empezamos a cambiar de tema enseguida decimos "Yo he venido a hablar de mi libro" y nos echamos a reír. Hay que saber separar.

Ch.A.: Vuestro premio es importante pero debería serlo más. ¿No podríais darle un peso más mediático o buscar alguna figura a la hora de entregarlo?

"Hemos tenido socios de todos los partidos políticos, hay que saber separar"

C.C.: Yo me emociono mucho con el premio, todos los años. Y sí, podíamos recurrir a gestos más mediáticos, pero no sería leal al premio, lo importante es la esencia del premio. Cierto que un año lo entregó Sayagués y fue precioso, magnífico. Pero el premio es otra cosa, de todas las candidaturas buscamos la asociación quizás más pequeña, a la que le cueste trabajo hacer su labor, no a la grande que tiene un gran presupuesto y mucha publicidad. Las grandes, sin cuestionar su trabajo, ya tienen repercusión. Nosotros hemos premiado siempre a organizaciones más desconocidas, como KEPA, que defiende a los niños del Himalaya, o a SBQ, organizaciones que, como bien dice Luis Felipe Comendador, destinan todo su dinero a los proyectos, no a la burocracia de la asociación. A nosotros no nos gusta quizás la palabra premiar, preferimos decir "reconocer". Hay que reconocer la labor de las asociaciones o a las personas que tanto trabajan en condiciones desfavorables, como este año Open Arms.

Ch.A.: Y no es el único reconocimiento que hacéis?

C.C.: Hay que reconocer a la gente que ha vivido muchos años en nuestra Santa Marta, como Ramona Espinel, que es una mujer entregada a este lugar, que fundó el Caserón y que es un ejemplo de empresaria. Hay mujeres con una historia fantástica aquí que queremos sacar a la luz, es un homenaje a la mujer santamartina?

Ch.A.: Oyéndote haces comunidad, Carmen, no sé de dónde sacas la fuerza. ¿Cómo ven tanto trabajo asociativo, político, cultural tuyo en tu casa?

C.C.: Les gusta, participan de ello. Lo han vivido desde niños y lo importante es que me ven feliz, lo ven positivo.

Abre Carmen la puerta de este lugar de encuentro, nos invita a entrar su sonrisa infinita, su energía contagiosa, su fe en la colaboración, en la puerta que es abrazo que nunca se cierra. La calle de todos, la cultura nuestra, la belleza compartida. Junto al río, Santa Marta escribe sus señas de identidad con el orgullo de ser un espacio de encuentro, cultura convivida.

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