Días pasados se celebró en Madrid una reunión de pescadores, piscicultores y demás personalidades del mundillo de la pesca y también medios de comunicación, en total 27 participantes con derecho a voto, en representación de todos los pescadores de España, para tratar la creación de una asociación nacional en defensa de la pesca de la trucha arco-iris y de los cotos y lagos de pesca intensiva. Esta asociación trata de la compatibilidad de la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad con la normativa de las comunidades autonómicas, pues no se puede renunciar al empleo que generan y la riqueza económica que produce la pesca en el medio rural, así que deseamos que las aguas vuelvan a su cauce y que los miles de pescadores que disfrutan de la pesca intensiva puedan seguir compartiendo y practicándola en compañía de familiares y amigos.
Otra cosa parecida nos está pasando con las pesqueras y aceñas centenarias que tenemos en nuestros ríos, que por la dejadez de las confederaciones hidrográficas, ayuntamientos ribereños y el Servicio Territorial de Medio Ambiente, se encuentran totalmente a su suerte junto a sus tramos de río. La falta de acuerdo en que si son infraestructuras adscritas a las concesiones de particulares, que si suponen un obstáculo a la continuidad longitudinal del río, o su incidencia sobre la calidad del agua, me dejan perplejo ante algo tan sencillo como que hace unos pocos años sí había peces y vida a la orilla de nuestros ríos a pesar de esos males de las pesqueras, y hoy solo queda abandono y muerte, cierto es que por la dejadez de las administraciones. Todavía tengo en mi vista la imagen de miles de peces muertos y, lo que es peor, los náyades o mejillones de río, especies en peligro de extinción, que murieron cuando la rotura de la pesquera del Arrabal, con más años que nuestra vieja Universidad. Pero las grandes obras hidráulicas que cambian el entorno y el medio natural, con un desastroso impacto medioambiental, esas sí se pueden mantener. Si me permiten la licencia me gustaría saber con qué vara de medir se realizan esas mediciones, aunque como dice el viejo refrán: "Entre todos la mataron y ella sola se murió".
Y como estamos en noviembre, mes en el que los peces que habitan nuestros ríos se preparan para pasar el duro invierno, después del maná de las hormigas aladas toca buscar refugio para sobrevivir a los depredadores y demás habitantes que viven de los peces pasto o ciprínidos, por esto las sociedades preparan sus últimos campeonatos antes del parón de la Navidad, aunque se puede pescar todo el año, por eso somos afortunados.
Uno de los eventos previstos se celebra el 11 de noviembre en Santa Marta de Tormes, donde pescadores de casi media España se desplazarán hasta las aguas del río Tormes, con sus artes y sabiduría, en busca de las capturas de lucios que les hagan campeones. Este concurso está abierto a todas las artes legales de pesca y a todos los que quieran disfrutar de la orillas del Tormes en compañía de buenos amigos, lo organiza la sociedad Cañas Charras. Y como no, la veterana Sociedad Charra de Caza y Pesca de Salamanca realiza el Campeonato del Pavo. El ganador se llevará el pavo para la Navidad, pescarán carpas y el evento se realiza en las aguas del embalse de Almendra.
Y para pasar estos días de frío qué mejor que compartir unas jornadas detrás de los lucios y lucio-percas en nuestros embalses, aunque si no queremos salir de pesca y disfrutar de la otoñada, podemos revisar todo nuestro material y realizar montajes de moscas con los materiales e hilos de última generación. No quiero dejar en el tintero que en Alba de Tormes se ha realizado un monumento en recuerdo de todos los pescadores fallecidos. En este mes que se celebra la festividad de los difuntos, no sería mala idea dejar una muestra de recuerdo a los que nos han precedido.
A disfrutar y buena pesca.