Viernes, 19 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
El Obrero Consciente. 130 años del Sindicato Unión General de Trabajadores (II)
X

El Obrero Consciente. 130 años del Sindicato Unión General de Trabajadores (II)

Actualizado 16/10/2018
Miguel Ángel Perfecto

Para los ciudadanos españoles y en especial para los trabajadores, la llegada al poder del Partido Liberal de Práxedes Sagasta en 1881 va a suponer un periodo de cambios destacados porque el nuevo partido incluía en su programa, el sufragio universal masculino, las libertades religiosa y de asociación y la separación de poderes.

Se inauguró un proceso de reformas sin precedentes que abarcaron el campo jurídico (la aprobación de los códigos de leyes, juicio por jurados), ampliación de las libertades (Libertad de Reunión de 1881, Libertad de imprenta de 1883, Libertad de Asociaciones de 1887), el campo político (sufragio universal masculino en 1890), y por supuesto, el social (creación de la Comisión de Reformas Sociales en 1883 con el fin de tratar lo que se denominaba en la época "la cuestión social).

Este nuevo clima de libertades favorecerá la expansión del movimiento obrero organizado tanto anarquista, como socialista, si bien hasta 1909 cuando se aprueba la Ley de huelgas y coaliciones no se despejará desde el punto de vista legal las dificultades para la acción sindical y el apoyo a reivindicaciones obreras.

En 1886 el movimiento obrero en Cataluña inicia una serie de huelgas sin coordinación alguna cuyo objetivo era la jornada de 8 horas, reivindicación que ya se había extendido por toda Europa.

El movimiento socialista interpretó este hecho impulsando la celebración de un Congreso para constituir un sindicato nacional que operase en toda España, frente a la fragmentación territorial e ideológica existente entonces.

El 12 de agosto de 1888 se inicia el Congreso en Barcelona con 47 sociedades obreras que representaban a algo más de cinco mil afiliados.

Las dos más importantes eran la Federación Tipográfica española representada por Pablo Iglesias y Toribio Reoyo con 1391 afiliados y Las Tres Clases de Vapor de Mataró con 600 afiliados representada por Rafael Orriols.

Si bien existían obreros no vinculados a ningún partido, había en el congreso numerosos socialistas encabezados por Pablo Iglesias.

Su primer Comité Nacional se eligió el 28 de octubre de 1888 con Antonio García Quejido, tipógrafo, como presidente y Salvador Ferrer, tejedor mecánico, como vicepresidente, los dos pertenecientes al PSOE.

El Congreso estableció que las organizaciones sindicales debían tener como finalidad esencial mejorar las condiciones de trabajo y mantener estrechas relaciones con organizaciones obreras de otros países con el principio de la solidaridad obrera, utilizando la huelga y las peticiones a los poderes públicos para conseguir leyes que favorecieran a los trabajadores como la jornada de 8 horas, un salario mínimo, igualdad de salarios para ambos sexos, etc.

Un planteamiento reformista y moderado muy alejado de la revolución social y las huelgas generales anarquistas.

No se estableció, en consecuencia, una relación con el PSOE porque se defendió la libertad de las Secciones de la Unión para pertenecer o no al Partido Socialista, cuestión que será recurrente durante casi toda la historia de la UGT a pesar de que los líderes del PSOE serían al mismo tiempo los líderes de la UGT.

La UGT se dotará de una estructura centralizada basada en el Comité Nacional, las sociedades, federaciones y uniones obreras y los congresos.

En 1889 se aprueba en Europa la manifestación del 1 de Mayo con el fin de reivindicar la jornada de 8 horas, la prohibición del trabajo de los niños menores de 14 años y la abolición del trabajo nocturno de la mujer, entre otras propuestas.

A este día de reivindicación obrera se unirá el PSOE y la UGT en 1890. Para los socialistas significaba la movilización del proletariado universal y "presentar ante los ojos de la burguesía el inmenso ejército obrero que ha tomado como bandera la jornada legal de las 8 horas".

El crecimiento de la UGT en el último tercio del siglo XIX fue bastante reducido ya que pasaron de algo más de Cinco mil afiliados en 1888 a 14.737 en 1900, la precariedad, la falta de conquistas sociales en sus huelgas, el apoyo de las fuerzas de orden público a los patronos explicarían este reducido crecimiento, sin olvidar que el proceso de industrialización era lento y la mayoría de la población española seguía siendo campesina y rural.

La acción sindical básica era la consecución de mejoras económicas y sociales en las empresas y la exigencia de leyes laborales que defendieran a la clase trabajadora.

En general, la implantación del socialismo español del PSOE y la expansión de la UGT fue bastante difícil al núcleo madrileño y catalán, le siguió el vasco donde se organizó en 1890 una huelga que paralizó la industria minera y provocó el pánico en la burguesía vasca.

Las difíciles condiciones de vida de los obreros vascos llegados de otras partes de España que vivían en barracones improvisados y trabajaban al aire libre en minas a cielo abierto y la primera manifestación socialista del 1 de mayo muy numerosa animaron a la huelga general en las minas que se inició el 14 de mayo de 1890 con un liderazgo destacado de los socialistas vascos con Facundo Perezagua.

La brutal represión policial y militar no impidió el gran triunfo obrero con un acuerdo patronal con los obreros que se comprometía a las 10 horas diarias de trabajo, acabar con la explotación patronal de los barracones y cantinas para los obreros. Su impacto en la sociedad vasca fue tan grande que sirvió de argumento defensivo para la constitución en 1895 del Partido Nacionalista Vasco con Sabino Arana que detestaba la invasión de maquetos liberales, ateos y socialistas de España que iban a destruir la tierra vasca.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...