El ángel de la miel y la jardinera de la luz

Pasear por sus estrechas calles de construcciones que hablan de huellas árabes o disfrutar de sus privilegiados paisajes donde arroyos y río se remansan y corren entre las sierras que los circundan, hacen que San Miguel de Valero sea un punto de la geografía salmantina muy visitado y disfrutado por todos los que hasta allí han llegado en alguna ocasión. Parece que el tiempo se ha parado, y cualquier historia o leyenda tiene cabida. Nómadas prehistóricos, árabes invasores, cristianos conquistadores, señoríos nobiliarios o usurpadores franceses, dejaron por estas tierras vestigios que no han alterado en nada la vida y cadencias de sus tierras.

No es difícil tampoco imaginar a unas hermanas carmelitas descalzas llegando por cualquiera de sus rutas, lavando sus cansados pies en el río Alagón observadas por las cabras que ramonean tranquilamente por los alrededores. Y es que en la última tarde del mes de septiembre, y en plenas fiestas en conmemoración de su patrón san Miguel, la obra de teatro "Teresa, la jardinera de la luz" formó parte de la fiesta de unos vecinos que han disfrutado de este montaje que el grupo de teatro 'Lazarillo de Tormes' sigue acercando a todas las localidades que han aprovechado la excelente oportunidad que la Diputación salmantina ofrece para que esto sea posible. Al igual que la magia que este pueblo serrano guarda en tantos siglos de vida e Historia, descubrir lo que estos actores transmiten en su trabajo, despertó la emoción análoga al relato que la vida de Teresa de Jesús guarda en la sencillez de un texto que llega desde el siglo XVI hasta cualquiera de los espectadores que ante él se colocan.

San Miguel de Valero, ha hecho de su santo patrón el custodio de campos y agricultores, y seguramente estos lugares supieron también de la presencia de Templarios que tanto le veneraron como el Arcángel protector que es, en su empeño de defender otros Lugares Santos. En dos ocasiones al año, los migueleños celebran su fiesta, porque entre ambas se desarrolla todo el ciclo de la vida. De primavera a otoño, la naturaleza crece en fertilidad y luz. La vida de Teresa de Jesús pasó por un ciclo parecido; nacida en primavera, se fue de este mundo en el equinoccio otoñal, dejando por el camino un campo bien abonado para que germinaran las muchas semillas que se encargó de plantar. Con la misma sencillez y espontaneidad que la vida surge, en "Teresa, la jardinera de la luz" el público se aproxima a la normalidad de una mujer, monja por elección, entregada a Dios por vocación, y a los hombres por la devoción que por Él sintiera. El guión de esta obra de teatro se expone con la misma sencillez y los actores que lo interpretan hacen que la representación sea un paseo por una época que nos acercan con la misma normalidad que si de nuestra actualidad estuvieran hablando.

uando la iglesia de san Miguel fue construida, una niña de buena familia, alegre coqueta e inteligente, venía al mundo en tierras abulenses. La sociedad de entonces no permitía que sus aspiraciones personales de evolución espiritual e intelectual se llevaran a cabo, y sus protestas comenzaron desde las mismas raíces de lo establecido en su tiempo. Investigar la auténtica esencia personal, humana y femenina de la carmelita del XVI, ha hecho que los actores de 'Lazarillo de Tormes', la acerquen con la fluidez con la que la Historia va dejando pinceladas a lo largo del tiempo en hombres, paisajes, ideologías y formas de vida. Ver la autenticidad de los hábitos que conforman el vestuario de esta obra, el púlpito desde donde se impone el poder establecido, o escuchar la música renacentista que entonces interpretara su coetáneo Salinas, colocaron de nuevo a los vecinos de San Miguel de Valero en otro contexto, otro lugar, pero con ecos de palabras universales.

Igual que las abejas que regalan en estas tierras una maravillosa miel elaborada con la artesanal calma del tiempo, y la complicidad de flores y arbustos, las palabras que hilvanan el texto de "Teresa, la jardinera de la luz" han libado de los pensamientos, conocimientos y escritos de Teresa, y han dado lugar a unos diálogos, relatos y recital poético de tal calidad y convicción que llegan con la misma facilidad con la que la miel nos aporta sus beneficios. El color, textura, olor y propiedades de este producto, milagro de la Naturaleza, corren paralelos al increíble aprovechamiento que de esta obra de teatro se está haciendo, cuya luz y sencilla riqueza es equiparable a la magnífica miel que estos emocionados serranos producen, y que aplaudieron con todo el calor de la hoguera que en mayo encienden para agradecer la luz de su santo protector que como Teresa, representa una energía que llega del origen de la vida.