El pasado fin de semana, paseando por el mercado medieval con unos amigos, no pude evitar fijarme en los puestos que tenían instrumentos musicales. Desde luego hay de todo, instrumentos artesanales y otros un poco menos, pero lo que saltaba a la vista eran los instrumentos orientales como los cuencos tibetanos y esos instrumentos de origen un tanto desconocidos llamados Hang y que apenas se parecían a los originales.
Los instrumentos bautizados como Hang son instrumentos de percusión, hechos de metal y se percuten con las propias manos, con la dificultad añadida de que, según la zona en la que se percuta, se puede lograr un sonido armónico en una frecuencia determinada, dando la posibilidad de hacer no solo ritmo, sino también melodías.
Este instrumento que parece muy antiguo y oriental tiene su origen en Berna (Suiza) y su primer prototipo data de noviembre de 1999.
En aquel momento sus creadores Felix Rohner y Sabina Schärer crearon en PANArt un prototipo de Hang, que en dialecto suizo-germano hace referencia a hand (mano).
El desarrollo del Hang comenzó tras extensos estudios de los Gongs, Gamelanes, Ghatam, Udus, tambores y campanas, lo que llevó a los investigadores a mejorar los metales específicos para la construcción y conseguir una correcta afinación de esos elementos metálicos.
El primer Hang se presentó en el festival Musikmesse de Frankfurt (Alemania) en el año 2000. Por eso os decía que es un instrumento que por su forma y sonoridad engaña, haciéndonos creer que es un instrumento milenario, cuando apenas tiene 20 años.
Lo curioso de todo esto es que el Hang original ya no se fabrica, PANArt ya no da la posibilidad de conseguir uno directamente de su taller, lo que ha hecho que las 7000 unidades que se habían construido hasta 2009 hayan alcanzado cifras de venta altísimas, máxime cuando el precio original ya era de unos 2.000 francos suizos (1.827 euros), llegando al final de su fabricación a los 2.400 (2.192 euros).
Otros fabricantes han cogido el relevo, de hecho en los mercados podemos encontrarnos imitaciones del Hang original, mucho más barato, que emula sus sonidos pero no alcanza a conseguir la misma sonoridad, volumen y sensación, precisamente por la sencillez de fabricación frente a la complejidad del original, moldeado y afinado a martillo.
Quién tuviera una Hang.
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