Según datos oficiales son 172, pero Pedro Morales, presidente del colectivo que los representa (Avesa), señala que que son en torno a 500
En paralelo al endurecimiento de la situación política y económica que se está produciendo en Venezuela, las autoridades españolas de Extranjería han detectado durante el primer semestre de 2018 un incremento llamativo de las peticiones de protección internacional por parte de ciudadanos del país que gobierna Nicolás Maduro, pues se han producido más del doble que en el mismo periodo de 2017, al pasar de 143 a 303 peticiones de acogida.
No son los de Venezuela los ciudadanos extranjeros que lideran el listado de los inmigrantes que han escogido Castilla y León para vivir, pero sí que el colectivo va en aumento frente al retroceso registrado el pasado año, principalmente, en el número de ciudadanos de otras nacionalidades comunitarias que predominan en la comunidad, como búlgaros y rumanos.
La cada vez más incierta situación en el país latinoamericano está produciendo un goteo constante de peticiones por parte de ciudadanos venezolanos, muchos de los cuales aprovechan el vínculo con 'la madre patria' que se remonta a los bisabuelos, abuelos y padres españoles que emigraron en varias oleadas, desde el siglo XIX hasta mediados del siglo XX, en busca de una oportunidad, dejando atrás la guerra y la miseria.
Tanto es así que la comunidad castellana y leonesa en Venezuela sigue siendo, después de la colonia radicada en Argentina, una de las más numerosas de América Latina. Ahora, en sentido inverso, el incremento de peticiones de venezolanos para residir en España por motivos de seguridad, buscando protección, se está detectando especialmente desde el pasado mes de abril. Es muy significativo, destacan las mismas fuentes, el incremento registrado en provincias como la de Soria, en la que en el primer semestre de 2017 tan solo se contabilizaron 12 peticiones, mientras que en el primer semestre de este año en curso fueron 35.
Más de un millar de venezolanos, exactamente 1.014, residen en la actualidad en Castilla León. Unos tienen formalizada dicha residencia en la comunidad a través del régimen de libre circulación de la Unión Europea (602) y otros en régimen general (412), según figura en los datos del registro administrativo, correspondientes a 31 de diciembre de 2017, que realiza el Observatorio Permanente de la Inmigración a partir de ficheros del Registro Central de Extranjeros, gestionado la Dirección General de la Policía.
Por provincias, León (253), Valladolid (214) y Salamanca (172) son las provincias de la comunidad que tienen comunidades venezolanas con mayor peso y las más organizadas y combativas contra el régimen de Maduro. Sus asociaciones están perfeccionando los canales para ayudar (con dinero, medicinas, ropa, trámites...) a sus familias y compatriotas que resisten al otro lado del charco y, a falta de sedes sociales en algunos casos, las redes sociales son su instrumento.
El pasado mes de agosto celebró su primer año de vida la Asociación de Venezolanos en Salamanca (Avesa), una de las más activas. La organización, según consta en sus estatutos, «nació con la vocación de ayudar al pueblo venezolano» y es la correa de transmisión para canalizar todas las acciones de apoyo hacia el país caribeño. Las ayudas, principalmente, consisten en envíos periódicos de medicamentos y alimentos, pero la asociación también sirve para visibilizar y denunciar lo que ocurre en el régimen de Maduro, indicó el presidente de la junta directiva de Avesa, Pedro Adolfo Morales Vera. Aunque la cifra oficial de venezolanos en Salamanca, según el Observatorio Permanente de la Inmigración, es de 172 personas, Morales señala que habría más compatriotas suyos en la provincia, y calcula que son en torno a 500.
Está a punto de viajar a Venezuela y para eso está recogiendo medicinas y todo tipo de ayuda. El presidente de la junta directiva de la asociación de venezolanos radicada en Salamanca, de reciente creación, puntualiza que él es español, pero que su familia paterna es venezolana, de manera que disfruta de la doble nacionalidad. Indica que algunas de las personas a las que la asociación respalda son estudiantes que vienen desde Venezuela a matricularse en la Universidad de Salamanca, a quienes se les ayuda «con los papeles para poder quedarse». Pero también tratan de paliar las necesidades más básicas también. «Lo primero que notan es el frío, no vienen preparados y les proporcionamos ropa de abrigo», señala Morales. Y alimentos que les entregan Cáritas y Cruz Roja.
La asociación organiza conferencias y otros actos que persiguen «dar a conocer aquí lo que ocurre, porque la gente no sabe lo que pasa, muchas veces les malinforman. Venezuela fue un país muy rico, recogió a muchos españoles hasta los años ochenta del pasado siglo y ahora no hay ni efectivo», se lamenta.