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Piedras a sus pies y fuerza en la garganta
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Piedras a sus pies y fuerza en la garganta

Actualizado 03/08/2018
Higinio Mirón

PERALEJOS DE ABAJO | Ayer jueves 2 de agosto la localdiad acogía al grupo de Teatro 'Lazarillo de Tormes' y su montaje 'Teresa, la jardinera de la luz', en el marco del conjunto de actuaciones que la Diputación de Salamanca está patrocina

De vuelta en la comarca de Vitigudino emulando a la andariega inspiradora de su obra Teresa, la jardinera de la luz, los componentes del grupo 'Lazarillo de Tormes' pueden dejar constancia de la dureza de estar siempre "en camino", como lo hiciera aquella mujer, cuyos pasos no fueron tan cómodos, ya que hubo de hacerlos a pie y sin apenas calzado. Pero es claro también que la fuerza inspiradora de esta gran figura, no sólo ha dado lugar a un magnífico guión prodigiosamente representado por estos actores, sino que además parecen totalmente contagiados del espíritu de la carmelita que como ellos tanto tuvo que andar para comunicar la esperanza y luz que da saberse alentada por una fuerza superior que a todos compete.

Ante la acogida sin precedentes de este montaje y alentada también por el resultado de un proyecto cultural tan completo, la Diputación de Salamanca colabora para que esto siga siendo así, y hoy ha propiciado que Teresa fuera conocida en tan peculiar forma como 'Lazarillo de Tormes' la presenta, en la localidad de Peralejos de Abajo. Famosa por su actividad alfarera, se despidió de su artesanía a finales del pasado siglo cuando falleciera el último de sus maestros, pero sigue siendo el altavoz de esta preciosa manufactura que se da a conocer cada primer sábado de agosto en su Feria Agroalimentaria que une lazos entre los que allí acuden. Aprovechando estas fechas, este pueblo ha querido conocer también la singladura de una mujer que si de algo supo fue de conciliación y entendimiento. Llega pues Teresa a una localidad que debe su nombre a la tierra pedregosa en la que se asienta, pues su topónimo tiene su origen en "perregios", cuyo significado alude a esa realidad.

La realidad de la mujer que se convirtió en protagonista de esta tarde de agosto, fue bien distinta a la que se ha venido contemplando desde la perspectiva de los altares a los que se la encumbró, y a la prodigalidad de una pluma que fue su voz para hacer llegar a la posteridad sus pensamientos y sin duda admirables emociones. Ambas cosas, reales también, se contemplan desde otra perspectiva cuando se ha visto Teresa, la jardinera de la luz, porque los hombres que quisieron condenar en vida a nuestra monja no han tenido más remedio que ponerse a los pies de su espiritualidad y reconocer la brillante inteligencia de su raciocinio. Con ambas cosas supo explicar a Dios como nadie lo ha hecho y amparar a los hombres como estaba segura que se debía hacer. Y lo consiguió pisando duros caminos y elevando alto y claro su voz.

Esta voz tan cotidiana, sensata, humilde y lúcida se oye en la de un grupo de carmelitas, que deseosas de acompañarla al final del camino, llegan de otros tantos para estar junto a ella. La Inquisición por encima de sus cabezas lo quiere impedir con argumentos que desdicen la verdad de lo que esas mujeres cuentan de su madre, pero que acaban cayendo bajo el peso de una evidencia atronadora, la de la transformación humilde y sincera que Teresa de Jesús llevó a cabo emulando a la que hizo Aquél del que tomó el nombre, el de Nazaret.

En esta localidad en la que tanto se venera a san Blas, que desde su peana espera cada año a sus vecinos de Peralejos para bendecir a través de gargantillas de colores sus gargantas, nadie dudó que la fuerza de su santo patrón acompañaba a los actores de 'Lazarillo de Tormes'. Voces que cantaron acompañadas por el precioso órgano renacentista del maestro Salinas, que declamaron los poemas de amor a Dios de una monja enamorada de su Dios, y que la defendieron y narraron su vida con la intensidad que emana de toda una puesta en escena de la que se nos hace partícipes. Estos espectadores acostumbrados a celebrar sus fiestas y a compartir al mismo tiempo los problemas de su pueblo, se veían reflejados ante unos hechos que a pesar del tiempo transcurrido y de parecer anacrónicos por la época de la que vienen, y los hábitos desde los que se nos narran, no han variado en mucho en la sociedad de nuestros tiempos. Teresa lo supo ver y vivir entonces, y esta obra de teatro lo manifiesta de forma tan espontánea que se viaja a través de los siglos como lo hacen nuestras tradiciones y formas de vida. En las iglesias se ha compartido la mayoría de ellas, y allí encontramos el escenario más propicio para expresarnos y explicarnos. Así lo ha entendido este grupo teatral, que ha roto moldes por esos caminos como lo hizo esa Teresa que en definitiva todos llevamos dentro. El agua que el Bautista que también asistiera a la representación, en la parroquia de La Asunción de Peralejos de Abajo, pareció apagar la hoguera porque su luz estaba en otro sitio, sobre la ovación emocionada del público de su pueblo.

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