Más de 100.000 pacientes han sido tratados desde la puesta en marcha a nivel nacional del Plan Estratégico para el tratamiento de la hepatitis C con fármacos de última generación y que atendía las demandas de las numerosas plataformas de afectados, inclui
La Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que en 2030 la hepatitis C sea una enfermedad muy poco frecuente. Una fecha a la que España puede adelantarse cumpliendo el objetivo de eliminar la hepatitis C antes de 2021, gracias a la eficacia de los tratamientos de última generación, y reducir la incidencia de las hepatitis víricas un 90%, según las previsiones de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) que agrupa a siete sociedades científicas y asociaciones de pacientes.
Las hepatitis son enfermedades prevenibles y tratables. Actualmente hay vacunas y tratamientos efectivos para la hepatitis A y B y más del 98% de las personas con hepatitis C pueden curarse con un tratamiento de 12 semanas de duración (antivirales de acción directa). La última generación de fármacos antivirales se caracteriza precisamente por su seguridad y eficacia, con pocos efectos adversos. Fármacos que han supuesto una auténtica revolución en el tratamiento de la hepatitis C. Pero estos fármacos fueron también protagonistas de otra revolución, la de miles de pacientes que se movilizaron por el acceso universal al tratamiento y que lograron la puesta en marcha del Plan Estratégico para el tratamiento de la hepatitis C (PEAHC). Desde que se inició en 2015 en España ya se han tratado a más de 100.000 pacientes.
Enfermedad silenciosa
La historia de las plataformas de afectados por la hepatitis C en nuestro país es también la historia de la plataforma de Salamanca, creada en enero de 2015 "para pedir los nuevos tratamientos para todos los afectados por la hepatitis C", y que el este sábado 28 de julio, Día Mundial contra la Hepatitis, sale a la calle para informar, visibilizar y concienciar sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz.
La hepatitis C no se transmite por contacto directo, tos o estornudos, sino por sangre |
"Nuestro objetivo es aprovechar la oportunidad que nos ofrece este día para sensibilizar a los salmantinos sobre las hepatitis víricas producidas por los virus (A, B, C, D, E) y llamar la atención de los profesionales de la salud en todo el mundo para que se fortalezcan las medidas de prevención y control de una enfermedad que tiene consecuencias graves para la salud de la población y que ocasiona 1,34 millones de muertes anuales, superando incluso al VIH/SIDA", explican.
La hepatitis C es una enfermedad silenciosa, ya que tras la infección inicial aproximadamente un 80% de los casos no presentan síntomas. Se puede curar, pero es necesario que la población conozca la enfermedad para poder diagnosticarla. La prueba para detectar la hepatitis C consiste en una analítica de sangre.
Uno de los retos que plantea el Plan Estratégico para el tratamiento de la hepatitis C, y en el que también han venido insistiendo las plataformas de afectados, es incidir en la prevención y eliminación del virus en la población reclusa, grupo de riesgo al seguir arrojando unas tasas de prevalencia más elevadas.
¿Qué es la hepatitis C?
La hepatitis C es una enfermedad hepática (del hígado) causada por un virus (VHC) cuyas manifestaciones pueden variar entre una dolencia leve y una enfermedad grave. Por lo general, la infección aguda es asintomática y aproximadamente una de cada tres personas infectadas eliminan el virus espontáneamente sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, las hepatitis agudas sin tratamiento evolucionan a crónicas aproximadamente en un 55-85% y pueden desembocar en cirrosis, insuficiencia hepática y hepatocarcinoma, siendo las hepatitis crónicas por hepatitis C la causa principal de cirrosis y trasplante hepático.
La hepatitis C se puede curar con un tratamiento de unas 12 semanas de duración |
El periodo de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses. Tras la infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos no presenta síntomas. Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
¿Cómo se transmite?
La hepatitis C no se transmite por contacto directo (tocarse, abrazarse, besarse), por la tos o el estornudo, ni por compartir alimentos o bebidas. El virus de la hepatitis C se transmite principalmente por sangre, por la exposición de la piel o de mucosas y fluidos sanguíneos afectados con el virus.
Para eliminar las hepatitis víricas como problema de salud pública el diagnóstico precoz es clave, tanto para evitar la progresión de la enfermedad hepática como para frenar la transmisión de la infección. La detección de anticuerpos frente al hepatitis C mediante una analítica de sangre supone el primer paso en el diagnóstico de la infección. La hepatitis C se puede curar por completo gracias a los nuevos tratamientos.