La ingente afluencia de público, cosa que ha ido incrementándose a medida que se han desarrollado los espectáculos, fue lo más llamativo de la noche taurina
Fue lo más llamativo de la noche taurina, ayer en La Glorieta. La ingente afluencia de público, cosa que ha ido incrementándose a medida que se han desarrollado los espectáculos. Ha ido a más. Y anoche ya era un río de gente por Torres Villarroel hasta la plaza de toros. Y familias enteras con niños pequeños, que hasta uno espabilado de mi alrededor le gritó a un banderillero cuando amagó el embroque: "¡apúntate a los recortadores!". Lo que son los niños?
Yo no sé si éste resultado de público tan espectacular lo tenían previsto los organizadores, lo que si sé es que de esta circunstancia tan positiva se pueden sacar conclusiones interesantes. De acuerdo que es gratis, pero aún así hay que tomar intención e interés en ir a ver el festejo, con la cuadrilla de amigos y amigas (jóvenes de todas las edades), o con los niños y un bolsón para los bocatas, que hay que hacer también una media cena. Total, que la cosa tendría nombre de pizza, algo así como una "Glorieta familiar con doble de queso". Lo del queso es por dar nombre a la generosidad tontuna del palco que da orejas a los jóvenes toreros después de haber pinchado y repinchado. No es cuestión de ponerse riguroso, de acuerdo, pero abundar en una idea de tomboleo es indecoroso. Con veinte pañuelos, muchos silbos y pìnchazos reiterativos no se pueden conceder trofeos orejiles, si queremos mantener esto con mínimo de seriedad, claro. ¿No es una clase?, pues respetemos las normas.
Ya en el primer novillo, excepcional, por cierto, de Espioja, el "usía" sacó el pañuelo tras dos pinchazos, un metisaca y un bajonazo. El Presi apuntaba maneras. Que se consolidaron en los tres siguientes.
Tres buenos novillos primeros, manejables, con uno, ya digo, el de Espioja de alto nivel en todos los matices de bravura y nobleza. Buen manejo tuvieron los de Julio García y El Carmen y bajó mucho la presentación del burelín de Hnos. Orive.
Los chicos, bien. Puesto y con oficio, Valentín Hoyos (Salamanca), elegantón y sobreactuado Miguel Polope (Valencia), enterado en lo básico, Jorge Martínez (Almería) y desigual Isaac Fonseca (Colmenar) con ensalada de pases de variado pelaje y condición.
Todos brindaron al hervidero de los tendidos, todos cortaron oreja sí o sí. Recibieron a sus novillos con faroles de rodillas, a portagayola y realizaron quites vistosos con el capote; variedad bien ensayada de la escolanía, que gustó al respetable.
La Banda de Alba "atriló" los cuatro clásicos? que digo yo si no se podía tirar de pasodobles menos escuchados. Ya se sabe, todos los días jamón, cansa. Una opinión ¿eh?
Un apunte a los tres banderilleros, me gustaría saber su nombre. Bien en la lidia y bien rehiletes en alto. Bien, bien, bien. Que conste.
Y entre Adipamata y la pizza se nos hizo la boca agua.