La Guardia Civil, en el marco de la operación "Thunderstorm", coordinada por INTERPOL para combatir el tráfico ilegal de especies de flora y fauna ha procedido a la detención o investigación de 104 personas por tráfico de especies y se han detectado un total de 83 delitos relativos a la protección de la flora y la fauna. En esta operación han participado más de 80 países de todo el mundo. En nuestro país, la Guardia Civil ha llevado a cabo 13.146 inspecciones realizadas en envíos de paquetería, equipajes, comercio ilegal a través de internet, contenedores de mercancías, establecimientos de venta de animales, anticuarios, cotos de caza, espacios naturales, etc.
Las investigaciones han concluido con la detección de 83 delitos contra la flora y la fauna y 104 personas investigadas como supuestos autores de estos delitos. Asimismo, se han formulado 97 denuncias por incumplimientos del Convenio CITES y de otras normas sobre protección de especies. Entre los más de 4.000 especímenes intervenidos se encuentran las aprehensiones realizadas de 4 primates (monos tití, macacos de Berbería, talapoin), 66 aves exóticas (tucanes, kakarikis, loros, faisanes), 67 reptiles (tortugas marinas y terrestres, cocodrilos, camaleones, serpientes), especies marinas como tiburones y rayas y alevines de anguila.
Asimismo se han producido intervenciones de partes o derivados de diferentes especies entre los que destaca 115 tallas de marfil de elefante africano, 5 colmillos de elefante y un gran número de trofeos de caza que incluyen felinos naturalizados (dos leones y un leopardo), patas de elefante, pieles, etc. En la operación han participado efectivos del SEPRONA y de la Policía Judicial del País Vasco, apoyados por unidades del Servicio Fiscal y del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, quienes han apoyado en las tareas de identificación de especies, empleando para ello novedosas técnicas de análisis de ADN.
Las estimaciones de Interpol señalan al delito contra el medio ambiente como uno de los que mayor crecimiento está experimentando a nivel internacio
nal, principalmente motivado por el amplio beneficio económico que obtienen las redes criminales especializadas que operan en este ámbito.
Según informes de Naciones Unidas e INTERPOL, los delitos medioambientales se sitúan como el cuarto negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial tras el tráfico de drogas, la falsificación de productos y el tráfico de personas. Sus ganancias se estiman entre 91.000 y 258.000 millones de dólares anuales, a un ritmo de crecimiento del 5 al 7%, también anual. Los detenidos e investigados en esta operación se enfrentan a penas de prisión de 6 meses a 5 años y a multas de hasta el 350% del valor comercial de la especie.
El tráfico de especies constituye un problema que ha generado gran preocupación a nivel nacional e internacional y que acorde con esta preocupación ha motivado que el delito medioambiental constituya una prioridad para la UE en la lucha contra la delincuencia organizada y grave (2018-2021), que se establezca un Plan de Acción de la UE contra el Tráfico de Especies (2016) y un Plan Español contra el Tráfico de Especies y el Furtivismo Internacional (2018).
Cabe destacar que España, por su ubicación geográfica y vínculos comerciales y culturales es lugar de tránsito o destino de numerosos tráficos ilegales de especies de flora y fauna desde África y América Central y del Sur con destino al mercado interior, al resto de Europa y al continente asiático.
Sin embargo, esta problemática no sólo afecta a otros países, sino que el propio patrimonio natural español también se ve afectado de manera irreparable por el expolio de individuos y huevos de aves rapaces para su exportación, la captura de miles de tortugas, camaleones y aves o la pesca de toneladas de alevines de anguila de origen nacional, que se exportan de manera ilegal hacia China.
En esta operación se ha contado con la colaboración de las Autoridades nacionales Administrativa y Científica CITES.