Se trata de una cepa de hámster que sufre convulsiones similares a las que se producen en humanos y cuyo análisis dará paso a la prueba de terapias
La Universidad de Salamanca cuenta con un modelo animal para estudiar la epilepsia. El hámster denominado GASH:Sal (Genetic Audiogenic Seizure Hamster:Salamanca) presenta convulsiones de origen genético similares a las humanas. Estudios morfológicos, genéticos, farmacológicos y fisiológicos confirman que el modelo es válido y útil para probar cualquier terapia antiepiléptica que se quiera desarrollar.
En otros modelos animales es necesario inducir las crisis convulsivas mediante productos químicos o estimulaciones eléctricas, pero en este caso se desencadenan simplemente cuando el roedor escucha un sonido. Los investigadores consideran que esta opción es mucho más fiable de cara al desarrollo de investigaciones. Además, sus crisis convulsivas son profundas y extensas, de manera que permiten analizar al detalle la reacción del animal frente a posibles tratamientos contra la epilepsia.
"Llevamos 10 años trabajando en este modelo y lo hemos caracterizado desde muchos puntos de vista, como su respuesta ante fármacos antiepilépticos y su conducta ante las crisis, y hemos realizado estudios sobre histología del sistema nervioso", afirmó Dolores López, investigadora del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca.
El origen de esta investigación es mucho más antiguo. "Es una historia curiosa, en los años 70 en la Universidad de Valladolid se dieron cuenta de que estos animales sufrían episodios convulsivos cuando se producía un ruido estridente en la sala donde estaban", recordó Luis Muñoz, responsable del Servicio de Experimentación Animal de la Universidad de Salamanca.
A partir de 2005, el trabajo de Luis Muñoz permitió recuperar y caracterizar esta cepa de animales y ahora "la idea es intentar preservar esta línea para la comunidad científica y que pueda servir como un modelo de experimentación de fármacos, de manera que sean validados para su uso en medicina humana".
Con ese objetivo, un nuevo proyecto trata ahora de conocer cuáles son exactamente las diferencias genéticas de los animales que tienen esta epilepsia audiógena. Los investigadores han podido desarrollar este trabajo gracias a la convocatoria Prueba de Concepto de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, dentro del programa TCUE de la Junta de Castilla y León, cofinanciado con fondos FEDER.
Desentrañar esas claves genéticas va a permitir avanzar en la investigación terapéutica contra la epilepsia, por ejemplo, para desarrollar un ratón transgénico susceptible de padecer crisis convulsivas. Además, al haber introducido modificaciones genéticas concretas, este animal sería patentable.
"Hemos empleado estrategias indirectas para analizar el genoma del hámster, como realizar un análisis comparativo de los genes de nuestra cepa y los hámsteres dorado controles, mediante el uso de la tecnología de secuenciación NovaSeq 6000 de Illumina, que usa una base de datos de genes de ratón para comparar", explicó López.
Dos genes tienen la clave
Tras un análisis bioinformático, los resultados indicaron que son dos los genes que diferencian el modelo GASH:Sal de los controles, por lo que "estamos realizando la secuenciación de estos genes y queremos ver su relación con las crisis epilépticas".
Además, los científicos quieren comprobar qué diferencias hay entre las proteínas que codifican estos genes. Para ello, "estamos realizando un análisis comparativo que consiste en separar todas las proteínas mediante una técnica que se llama electroforesis bidimensional diferencial y después llevamos a cabo un análisis por espectrometría de masas". Todo ello permitirá confirmar las diferencias existentes entre los hámsteres de la cepa que presenta convulsiones y los animales que sirven de control.
Además, uno de los objetivos de los científicos es asegurar la permanencia de esta cepa y para ello pretenden preservar el patrimonio genético de estos animales mediante congelación de embriones.
Diferencias auditivas
Por otra parte, según explica Ricardo José Gómez Nieto, también científico del INCYL, de este proyecto se derivan otros estudios que utilizan sistemas computarizados de análisis y reconstrucción tridimensional, en concreto, un software conocido como NeuroLucida. "Estos estudios tratan de determinan las alteraciones morfológicas y funcionales en los núcleos de la vía auditiva que podrían contribuir a la susceptibilidad de nuestro modelo de roedor a padecer crisis epilépticas", afirmó.
En definitiva, "la idea es caracterizarlos del todo", apunta Dolores. "Si sabemos cuáles son las secuencias génicas que producen esta susceptibilidad a padecer las convulsiones, el paso siguiente es realizar un ratón transgénico, porque es más fácil de utilizar en todos los laboratorios y, al haber introducido nosotros estos genes, podríamos patentarlo", resumió.