La mayoría, 14.445, son inmuebles de instituciones eclesiásticas, aunque también destacan 2.351 objetos de patrimonio arqueológico
Esta base, creada por técnicos de la Consejería de Cultura y Turismo, sigue nutriéndose de la información que se va recabando sobre edificios arquitectónicos tanto de propiedad eclesiástica como civil, además del procedente del patrimonio arqueológico, industrial, cultural y bienes muebles.
De cada uno de esos elementos existe una ficha general que cumple las funciones del 'DNI'. En ella se recoge su descripción y se clasifica su tipología y características. En total, en Castilla y León son 252.510 piezas y bienes del patrimonio. Y en el caso de Salamanca la cifra es de 18.800 aproximadamente (21 conjuntos históricos, 885 de patrimonio arquitectónico religioso, 489 de patrimonio arquitectónico civil, 50 de patrimonio arquitectónico militar, 2.351 de patrimonio arqueológico, 598 de patrimonio industrial y 14.445 bienes inmuebles de instituciones eclesiásticas).
«En ese soporte de datos aparece un documento alusivo a cada pieza donde se detalla una referencia histórica y una clasificación con apartados en los que se refleja la gestión realizada sobre ella, si es o no un Bien de Interés Cultural, las autorizaciones que se han realizado para cederlas o exponerlas, las inversiones de restauración que ha requerido o el número de visitas, entre otros aspectos; en definitiva son datos que recogen las vicisitudes de su existencia», sostiene Benito Arnáiz, técnico del Servicio de Planificación de la Consejería de Cultura y Turismo.
La base de datos está en continua expansión, pues sigue incorporando estudios monográficos, artículos, planos o fotografías sobre los elementos que la componen. Y en algunos aspectos, como los relativos al arte rupestre, se siguen añadiendo nuevos descubrimientos a medida que se van identificando en una comunidad como la castellano y leonesa, donde la mayoría de los bienes están adscritos a la Iglesia. De hecho, de propiedad eclesiástica son en su mayoría el 25% de los bienes muebles que se estima están pendientes de identificar y catalogar y que aún no han sido incluidos en el registro patrimonial de la Junta.
La Consejería de Cultura y Turismo va a contratar trabajos de documentación para la elaboración de un inventario de patrimonio inmaterial en las provincias de Ávila, Valladolid, Salamanca y Zamora. Este catálogo incorporará rituales festivos, de tradición oral, mascaradas, danzas, romerías y artesanías propias del territorio, una información que pasará a integrar la base del patrimonio cultural de Castilla y León.
Este dato, alegan los técnicos, no es ajeno al hecho de que una de las tareas más complejas con la que se topan a la hora de recabar datos es la dificultad de acceso a piezas en algunas parroquias en zonas despobladas, donde un sacerdote tiene asignados numerosos pueblos, lo que dificulta su disponibilidad para abrir el templo donde se va a realizar la catalogación.
León encabeza varias clasificaciones en la base de patrimonio al ser la provincia con mayor número de bienes muebles de instituciones eclesiásticas (37.758), disponer de más patrimonio industrial y arquitectónico civil (1.325 y 1.204 elementos respectivamente). Además, iguala a Burgos en edificios religiosos al tener adscritos 1.834 iglesias, monasterios y ermitas en una lista abanderada por la Catedral.
En marcha está la elaboración de un catálogo de paisajes culturales en el que se reúnen enclaves donde la actuación del hombre ha sido determinante en la transformación del entorno para obtener recursos. Las Médulas o las cabañas de pasiegos del norte de Burgos son algunas de las zonas que se contemplan en este proyecto. También se ha comenzado la redacción de un inventario específico de puentes históricos de Castilla y León concebido con el objetivo de ahondar en su conocimiento y visibilización como elementos de conjunto patrimonial.
Otra de las utilidades de la base de datos ?a la que tienen acceso la Guardia Civil, Policía Nacional y la Unión Militar de Emergencias? es facilitar el conocimiento de los tesoros artísticos y yacimientos arqueológicos existentes en zonas donde sus efectivos pueden intervenir en caso de robo, incendio o cualquier otro tipo de episodio destructivo. «Si ocurre alguna incidencia que pueda afectar al patrimonio, ellos contactan con nosotros y tienen disponible toda esa información», explica Benito Arnáiz, remarcando que el inventario artístico es fruto de un trabajo de muchos años, en el que, además de nuevos datos, la información acumulada en fichas de papel se ha trasladado a un soporte informático incluyendo documentación gráfica y planos.