Hay conceptos que tienen vida propia y que parece difícil concatenarlos. Esconden realidades que están muy presentes en lo cotidiano, incluso suelen referirse a cuestiones trascendentes. En su configuración penetran en el fondo íntimo de la gente, pues articulan en buena medida su existencia, y son reflejo de numerosas representaciones de los dilemas de la vida. Su desarrollo en la historia los confiere un significado técnico de abundantes matices sujetos a determinadas leyes en su comportamiento. Por ello pueden ser objeto de estudio de especialistas, pero también uno se familiariza con su uso y es capaz de definirlos sin asomo de duda. La cultura clásica está llena de ejemplos; en el teatro, "El avaro" o "Fuenteovejuna" son dos muestras palmarias. Desde la cultura popular se sabe qué representa el tío Gilito o el derecho a decidir.
Suiza es un escenario excelente donde integrar dos conceptos como dinero y democracia directa que, en principio, parecieran tener mala convivencia. No es necesario abundar el significado en el acerbo universal del papel de este país desde hace siglos como refugio por excelencia del capital dándose, además, cabida al componente secreto de su posesión. Por otra parte, es el lugar donde se celebra mayor número de referendos del mundo. Desde 1891 hasta la fecha se ha intentado 457 veces sacar adelante una iniciativa popular basada en demandas sociales para la que se necesita la firma de 100.000 ciudadanos. De ellas, menos de la mitad terminaron llegando a las urnas, lo cual sigue suponiendo un número elevado. De ahí que en los últimos tiempos los suizos voten un promedio de cuatro veces al año. Ahora bien, únicamente 22 terminaron siendo aprobadas. Recientemente solo fue aceptada la iniciativa sobre la prohibición de los minaretes y quedaron rechazadas las relativas a la renta universal de ciudadanía y al desmantelamiento de la radiodifusión pública.
Pero ¿cuál es la relación con el dinero? El próximo 10 de junio en Suiza se votará en un referéndum una iniciativa que lleva por lema MoMo impulsada por la ONG Monetäre Modernisierung que pretende modificar la Constitución de la Confederación para que el Banco Central sea la única institución autorizada para crear dinero y asegurar que esta creación es una actividad separada de la de garantizar los préstamos. En un país donde en la actualidad solo el 10% del suministro de dinero lo constituyen monedas y billetes acuñados por el banco emisor frente al 90% que representa dinero digital que se encuentra en los libros de los bancos, y cuyo origen es claramente privado, el primer objetivo pretende poner coto al dinero electrónico ajeno por completo al control público. Por su parte, el segundo aspira a imposibilitar la creación de dinero sobre la base de los préstamos concedidos. La reforma busca reducir la creciente deuda en la economía gracias a la creación sin límites de dinero vía el crédito -la ingeniería financiera- lo que limitaría el riesgo de las cuentas corrientes donde se depositan los ahorros de los particulares.La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.