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La Santísima Trinidad y la Virgen de la Salud
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La Santísima Trinidad y la Virgen de la Salud

Actualizado 28/05/2018
Antonio Matilla

La Santísima Trinidad y la Virgen de la Salud | Imagen 1

No me refiero, de momento, al hospital homónimo, sino a la fe en el Dios Uno y Trino, característica del Cristianismo y que se celebró ayer, Domingo de la Santísima Trinidad. En la oración de postcomunión de la misa se dice, más o menos: "al confesar nuestra fe en la Trinidad Santa y Eterna y en su Unidad indivisible, concédenos, Señor y Dios nuestro, encontrar la salud del alma y del cuerpo?" Sospecho que la Virgen de la Salud se celebra el domingo de la Trinidad precisamente por esta oración. No entro ahora en demasiados contenidos teológicos, que ya estoy cansado de homilías, que este finde llevo unas cuantas. Intentaré referirme a algunas secuelas culturales a partir de hechos concretos.

Para empezar, ayer domingo, a las 06,45, cuando llegué a Tejares con ánimo de celebrar mi décima misa consecutiva de 7 de la madrugada, en el contexto de la Novena y Fiesta de la Virgen de la Salud, me encuentro con que acababan de robar, pocos minutos antes, las joyas que adornaban a la Virgen para que luciera esplendorosa, con su manto nuevo abundante en tonos lila, en la Misa que tradicionalmente se celebra al aire libre en el Parque del Cañón y en la procesión posterior, a plena luz del sol. Los tres ladrones no deben ser ciegos y seguramente, en la procesión nocturna del sábado, piropearon de cerca a la imagen para así evaluar mejor el posible botín. Vieron fácil poder robar las joyas y, casi a la luz del día, se pusieron manos a la obra y las robaron.

Tampoco deben de creer mucho en la Trinidad y probablemente buscaban financiar de manera fácil unas cuantas dosis de placeres artificiales o naturales, vaya Vd. a saber. El que no crean en la Trinidad no tiene importancia, pues podría ocurrirles que Ésta se les echase encima más o menos de la siguiente forma: después de la oportuna denuncia la Policía, que como todo el mundo sabe, no es tonta, es posible que acabe pillándoles y que, puestos ante el juez, éste les proponga "pagar" su delito de forma alternativa a la cárcel, ingresando, por ejemplo, en alguna terapia antidroga, suponiendo que tengan algo que ver con ella, o bien participando en un programa de trabajos para la comunidad, aderezado con la conveniente terapia de conducta que les haga reflexionar y entender todas las consecuencias de lo que han hecho. Porque el concepto de Trinidad lleva consigo el de unidad en la pluralidad, el respeto a lo diferente, el equilibrio y la armonía de los opuestos. Algo de gran contenido espiritual. Y no cabe duda de que las vidas de esos ladronzuelos necesitan de un poco de equilibrio, armonía, trabajo espiritual, reconstrucción interior de la personalidad y adquisición de valores sociales. Este trabajo espiritual están capacitados para llevarlo a cabo, precisamente porque en su interior son "imagen de Dios" o, en su versión secularizada, son personas dotadas de dignidad y de derechos inalienables. Y algo tienen que ver las Personas de la Trinidad en la adquisición pacífica del concepto de persona, tan importante en lo que antes se conocía como "Civilización occidental". No en vano había muchos clérigos entre los revolucionarios franceses del Siglo XVIII que redactaron la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano allá por 1789, que ya ha llovido.

Pero no sólo los ladronzuelos necesitan del equilibrio y armonía que podría proporcionarles la fe en la Trinidad. También nuestros políticos andan necesitados de coherencia: unos no reconocen sus fallos de corrupción política y moral, otros ven la corrupción ajena, pero no la propia, tanto o más grande, otros navegan por el éter puro, sin atreverse a aterrizar, no sea que se les vea el plumero, otros justifican cualquier incoherencia personal con tal de que eso sirva a la causa de la gente y vaya contra las pretensiones de la casta; y casi todos rechazan los nacionalismos pero se han apoyado en ellos en el pasado, se apoyan en el presente o pretenderán apoyarse en el futuro más inmediato, siempre por una buena causa, la mía, naturalmente.

¿Tendremos suficiente reserva espiritual para seguir inspirándonos en la Trinidad y en lo que ella significa desde un punto de vista cultural, social y político? Mucho nos va en ello.

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