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Diario íntimo de una anguila del Huebra
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Diario íntimo de una anguila del Huebra

Actualizado 26/05/2018
Fructuoso Mangas

Aunque parezca increíble, hoy escribo por motivos de salud. Primero, porque si no pongo esto por escrito, creo que reviento y eso es fatal para la salud. Y segundo, que si no lo hago en modo fábula el tema se me indigesta y acabo con violencia segura y esto es también malo para la salud. Pues eso y por eso.

Transcribo parte de un curioso diario que apareció medio esparcido en hojas sueltas por la orilla del río Huebra al derribar la presa hace poco más de un mes. Un obrero las recogió y no dio cuenta a la Confederación no fuera que las incautaran. Estos son algunos párrafos?

Día 1 de abril

Soy yo Anguis, con un solo apellido conocido, Del Río, no más. Soy joven, sé que nací en un mar lejano del que conservo vagos recuerdos y nunca pude entender cómo llegué hasta aquí, al río Huebra, porque sé muy bien que las anguilas llegamos hasta los Sargazos para desovar ni cómo he podido descuidarme hasta el punto de quedar atrapada en este pequeño caozo, como dicen por aquí, sin salida y con muerte segura en cuanto venga el calor y esto se seque del todo en cuatro días. Voy a morir por tonta y distraída. Aunque la culpa es de otros, la verdad sea dicha.

Todo comenzó cuando hace un tiempo alguien de la Confederación (me tiembla hasta la última escama al escribir este nombre y eso que adrede no pongo el título completo) decidió soldar las compuertas para que la presa no retuviera ya el agua, sin poder formar el hermoso y largo remanso de agua que hasta entonces hermoseaba aquel lugar para solaz de la gente, vida fácil de muchos seres vivos y hasta lugar privilegiado, y único en muchos kilómetros para poder bajar hasta el río y recoger el agua con los tractores. Me da la impresión de que esto es el principio del fin y por eso he decidido comenzar un diario. A ver si soy capaz de mantenerlo.

5 de abril

Yo vivía feliz, éramos pocas anguilas pero muy apreciadas y nos movíamos libremente, con la obligada vigilancia, claro, desde Villares hasta Gema a lo largo de varios kilómetros de río. En los cuatro años que llevo aquí he aprendido todos los placeres y riesgos de este río de mi vida y lo quiero como a mi alma misma, de modo que por él muriera si falta hiciera.

12 de abril

No he podido volver a ver a ninguna otra anguila y sé lo que me espera; era un río bastante poblado y muy tranquilo y hasta se podría decir que familiar, porque desde hace tiempo nos conocíamos todos. De hecho mi mejor amigo era un galápago que también ha desaparecido con estos quebrantos que hemos sufrido por la violencia de los humanos, éramos una extraña pareja, yo tan rápida y ondulante y él tan pesado y lento, que apenas se movía al nombre de Leprosus, porque ése era su apellido familiar. La verdad es que había parejas y pandillas de amigos de lo más variado.

13 de abril

Siguiendo con lo que escribía el otro día, la verdad es que aquí en el río la variedad no impedía el buen trato ni las buenas relaciones, con las inevitables excepciones de presas y depredadores. Las rápidas truchas, los barbos con su barbilla, las carpas de grandes escamas doradas, las gruesas tencas, las verdes ranas que croan sin cesar y los feos sapos babosos, los cangrejos de aquí que apenas quedan, depredados por el cangrejo rojo que un loco nos metió en el río, sin olvidar las bermejuelas y las lampreíllas y las sardas, tan pequeñas como simpáticas. y por supuesto nosotras las anguilas, las más deslizantes señoritas de las aguas del Huebra Y mucha más vida en todas sus formas animales y vegetales que aquí ahora no cabe la lista entera. Y todos desahuciados sin que nadie levante un dedo por nosotros, se dice bien.

21 de abril

La situación ha cambiado en pocas horas y a peor, a mucho peor. Los correos del río han dicho que ya no hay presa, que máquinas y hombres de guerra la han derribado con violencia y con muchos miles de euros de gasto y ya nunca habrá caozo ni agua para mantener la vida ya escasa pero que todavía quedaba por aquí. Es la muerte. Y con la larga agonía que traemos de atrás, porque la llamada Confederación firmó con el Ayuntamiento (dos palabras de absoluta incoherencia, a mi juicio) un acuerdo de mantenimiento ¡en el año 2011! y ya se sospechaba que todo era papel mojado y de poca conciencia por ambas partes. Y así ha sido, ninguna autoridad ha respondido con justa decencia, ni la de cerca ni la de media distancia ni la de lejos. Y como decía, ahora ya es la muerte.

2 de mayo

Y hablando de muerte, aquí ha desaparecido casi todo lo que nadaba y vivía y de forma más violenta hace unas semanas cuando derribaron la presa ¡porque, decían, no tenía ya ninguna utilidad! Creo que por algo así desaparecieron los teatros griegos hace siglos? y las iglesias cristianas y las mezquitas árabes y los templos egipcios y las murallas de Salamanca y qué sé yo cuántas cosas que los cerebros pensantes de cada época no supieron interpretar. Y cuentan que ahora han salido epígonos y anda suelta una fiebre de tirar lo que no es útil, que no parece mala idea. (Ojo se corre por aquí que van a derribar todo lo del Castro y van a quemar el Archivo, porque son dos cosas ya inútiles?) Lo peor es que el que decide derribar es el que también decide lo que no es útil. Y esto siempre es peligroso. Antes lo llamaban dictadura, modo inhumano que no consentía la separación de poderes; pues aquí pasa lo mismo, la Desfederación, perdón, quiero decir la Confederación opina, legisla, juzga, decide y hace; todo en el mismo paquete y desde la misma mesa de un despacho lejano. ¡Ay los despachos lejanos sin escuchar ni entender a la pobre gente de a pie!

18 de mayo

La suerte está echada y en este reducido espacio en el que me veo encarcelada ya no hay qué llevarse a la boca y aguantaré muy pocos días. Además para cuatro tontos que quedamos en este charco aislado mejor es morirse y se acabó. De todas formas no me cabe en la cabeza que los que mandan y tienen los dineros no sean capaces de gestionar lo que un pueblo necesita pero no tiene medios para mantenerlo. Y esto es así, sea el AVE o la presa de Yecla, las autovías o los caozos, los intereses de la ciudad o las pequeñas y ridículas (?) necesidades del desconocido mundo rural? Porque si la cosa funciona así, ¿para que valen los que mandan y los dineros que tienen?

19 de mayo

Apenas he tenido fuerzas para poner la fecha. No puedo seguir escribiendo. Esto ha terminado.

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