El poeta, escritor y periodista villarinense pone su nombre al antiguo teleclub y descubre una placa en la fachada que fue su casa
"Aunque tarde, las cosas buenas siempre son bienvenidas". Con algo así comenzó Antonio Seisdedos la programación de los actos en honor a José Miguel Ullán este sábado en Villarino, en su pueblo, unas palabras que también hacía suyas Eva, la hija mayor del homenajeado durante su breve intervención en el teleclub, a partir de ahora Centro Cultural 'José Miguel Ullán'.
Además de José miguel, quizá la palabra más escuchada este sábado en Villarino fue Ambasaguas, el paraje donde el Tormes entrega sus aguas al gran río, al rey de la meseta y que aquí, en Las Arribes, ha cincelado la roca; ese paisaje que enamoró al poeta porque el Duero fluye eliminando fronteras y el Tormes susurra a los oídos a poco de comenzar Las Cuestas. Dos ríos que cruzan sus vidas, también la de José Miguel, pues fueron siempre ?con Ambasaguas? inspiradores de su arte, porque Ambasaguas es mucho más que sus dos ríos.
Nadie entiende que su pueblo, el que lleva en sus poesías y escritos, que vivió en su alma y puso en su voz allá donde estuviera, haya tardado casi nueve años después de su fallecimiento ?que bien pudo ser mucho antes? en reconocer la figura de su poeta, escritor y periodista, figura relevante de las letras en la segunda mitad del siglo XX y hasta su fallecimiento en 2009.
Por eso, como dice el refrán, 'Nunca es tarde si la dicha es buena', y en esta ocasión lo era, la mejor. El acuerdo plenario adoptado por la Corporación municipal en 2014, por unanimidad de sus integrantes, se llevaba a la práctica este 12 de mayo en presencia de sus hijas, Eva y Alba; de su nieto, el que lo mantuvo con vida los últimos cinco meses y lleva su apellido por gentileza de su padre; también de sus amigos y familiares. Todos quisieron sumarse hoy a este recuerdo promovido por la Asociación Vecinal Villarino y Cabeza, y al que se sumaba el Ayuntamiento.
Por ello, las hijas de José Miguel Ullán expresaron su gratitud a todos los que han participado en esta emotiva jornada, pero muy especialmente a Antonio Seisdedos y a la Asociación Vecinal Villarino y Cabeza. A este respecto, Seisdedos recordaba que su papel en la organización de este homenaje ha consistido en el de "coordinador", para lo que ha contado con el "apoyo del Ayuntamiento, de la Asociación y de toda la gente a la que yo le he pedido ayuda", porque reconocía que un evento de esta envergadura solo ha sido posible con un gran equipo detrás.
La programación de los actos en recuerdo al poeta comenzaba con el descubrimiento de una placa en la fachada que fue su casa en la calle Cumbre, acto en el que el alcalde de la localidad, Julián Martín, ofrecía unas palabras en recuerdo al homenajeado y agradecía la participación de todos aquellos que de una forma u otra han colaborado en este reconocimiento.
A continuación, la rapsoda María Ángeles García Tábara daba lectura de una forma extraordinaria el texto Confluencia, de José Miguel Ullán, para proseguir camino a la Plaza bajo los sones de la gaita y el tamboril de Fernando Corral. Allí, en el ágora villarinense, bajo los portales de la Casa Consistorial, se desarrollaría un bonito acto con las letras y la música como protagonistas.
El violín de Elena Martín Bárez abría el acto, seguido de la soprano Ángela Romero, voz principal del grupo de poetas Homero, del que también intervendría Carmen Prada y Benito González, además de los poetas Pablo López Carballo y Esther Ramón, entre otros. Asimismo, Alba Ullán y su hijo recitarían varias estrofas de poemas de su padre y abuelo, respectivamente.
Finalizada la parte central de la jornada, ahora el escenario se trasladaba al teleclub, donde el alcalde descubría una placa con la nueva nomenclatura de este edificio, y que desde 2014 adquirió el nombre de Centro Cultural José Miguel Ullán. A continuación, el público pasaría al salón de cine para asistir a una interesante conferencia ofrecida por María Rosa Benéitez bajo el título Estática de lo inestable: la poesía de José Miguel Ullán.
Por último, el doctor Antonio Grande Benito, hijo del pueblo y amigo de José Miguel Ullán, ofreció la conferencia José Miguel Ullán: Huellas de una vida (o de Villarino al Cosmos). La jornada concluyó con un vino español ofrecido por la Asociación Vecinal Villarino y Cabeza para todos los asistentes.