El intenso frio no ha podido con las ganas ni los nervios, especialmente entre los más pequeños, y un año más la conocida como Procesión de la Vela ha vuelto a reunir a cientos de personas tanto en el recorrido como en su momento más destacado a las mismas puertas de la Ermita del Humilladero.
Pero previamente a este momento, las imágenes del Santo Cristo de San Luis y el Santo Cristo del Humilladero partían de la Ermita de San Luis pasadas las once y media de la mañana para iniciar un recorrido que culminaba en la Plaza de la Constitución donde tuvo lugar la ya clásica despedida, en la que ambas tall
as se ofrecían un solemne gesto reverencial tras la que separaban sus caminos, uno hacia la iglesia parroquial y el Humilladero hasta su Ermita por la Plaza de España y la calle Nuestra Señora.
Un caminar en el que la imagen era portada a hombros por sus costaleros para, tras una breve oración, dar comienzo a la ofrenda de las velas en la que los más pequeños fueron una vez más los grandes protagonistas, dejando imágenes de gran ilusión y desparpajo que generaba animados momentos entre los fieles y los familiares, que abarrotaron los accesos al templo desde tiempo antes de comenzar.