El hecho ha tenido como consecuencia el descenso del nivel del agua bajo el puente de hierro y la aparición de vegetación acuática
El fuerte caudal de los últimos días, con desembalse en Santa Teresa y Villagonzalo incluido, ha dado un poco más de libertad al Tormes a su paso por la capital. La pesquera situada entre los puentes de hierro y romano no ha resistido la presión del agua y ha finalizado cediendo después de varios siglos de existencia.
La consecuencia de este hecho ha sido el descenso del nivel del agua aguas arriba hacia el puente de hierro, dejando al descubierto algas y otro tipo de vegetación acuática junto a areneros ocultos en épocas de lluvias. Hasta los ánades reales han notado el cambio de su hábitat, también los románticos, aunque a lo mejor con el paso de los años el río lo agradecerá.
FOTOS: ALEX LÓPEZ, DAVID FERNÁNDEZ Y JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ