La emoción y la fe volvían a ser las grandes protagonistas durante la tarde de este sábado entre cientos de fieles que no quisieron perderse una de las tradiciones más arraigadas de la actividad previa a la Semana Santa en Peñaranda como es el ritual de preparación del Santo Cristo de la Cama.
Fueron las camareras de la imagen las que un año más sacaban la venerada imagen del ataúd acristalado en el que reposa durante todo el año, para acondicionar el espacio y proceder al cambio de ajuares con los que procesionara la talla durante la semana de pasión.
Y una vez más, fue una multitud de personas las que presenciaron el acto pasadas las cuatro de la tarde en la iglesia parroquial San Miguel Arcángel para, una vez finalizado el cambio, comenzar el tradicional besapies de la imagen antes de devolverla al féretro en el que ya aguarda su salida a las calles de la ciudad. Un sentido momento en el que las lágrimas, las peticiones y los pañuelos buscando bendición fueron protagonistas de una larga cola que se mantenía para ver de cerca al santo Cristo.