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“Como en otras profesiones hemos empezado muy tarde, pero vamos bastante deprisa”
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María Luisa Marro, jueza de la Audiencia Provincial de Salamanca

“Como en otras profesiones hemos empezado muy tarde, pero vamos bastante deprisa”

Actualizado 08/03/2018
Isabel Rodríguez

El acceso de la mujer a la Justicia fue tardío, en 1966, pero en cinco décadas el acceso y ascenso ha sido imparable y visible. En este camino para alcanzar la igualdad plena, hay que hacerlo"por la vía del raciocinio"

"Hasta el año 1966 en España el acceso de la mujer a la carrera judicial estaba expresamente prohibido". A día de hoy las mujeres ya representan más del 52% del total de jueces y magistrados en activo en España. "Como en muchas otras profesiones hemos empezado muy tarde, pero vamos bastante deprisa", subraya María Luisa Marro, jueza de la Audiencia Provincial de Salamanca y con una trayectoria profesional de más de treinta años. "Aunque los puestos más relevantes en la actualidad están ocupados mayoritariamente por hombres, es algo absolutamente temporal" porque, por ejemplo, "las promociones en este momento son mayoritariamente de mujeres". El acceso tardío de la mujer a la Justicia explica que "no sea un ámbito en el que especialmente tengamos que hablar de desigualdad".

"Las cosas están cambiando mucho y rápido", en un camino hacia la igualdad plena y real en todos los ámbitos de la sociedad que, palabras de María Luisa Marro, debe de alcanzarse "por la vía del raciocinio". "Ni con cripación ni con enfrentamiento con el hombre, porque vamos juntos en el camino".

Mujer y Justicia

Hace poco más de cuatro décadas, en 1972, el entonces presidente del Tribunal Supremo consideraba la judicatura una profesión en esencia varonil; "curiosamente ese año inicia su andadura profesional María Jover, la primera mujer juez en España; en 1977 Josefina Triguero ingresó en la Carrera Judicial", como recuerda María Luisa Marro. "Hasta 2002 no habrá una mujer en el Tribunal Supremo y hasta 2004 no habrá una presidenta del Tribunal Constitucional". "Se ha avanzado mucho más que en otro tipo de actividades profesionales", pero sin olvidar que "si quieres llegar arriba, podrás llegar si vales, pero también implica ciertas renuncias, y esa es una decisión que cada uno tiene que adoptar". Reconoce, "es mi opinión personal", que la discriminación positiva "no es buena para nosotras", porque como argumenta "quien ha de llegar arriba ha de hacerlo porque vale, por méritos, por antigüedad se llega siempre".

La conciliación es, como para muchas otras mujeres trabajadoras, "uno de los mayores obstáculos" en el ámbito profesional, si bien desde el CGPJ se han venido adoptado medidas para favorecerla. El acceso y ascenso de la mujer en la carrera judicial ha constatado lo evidente, que "en principio, podemos hacer lo mismo que un hombre, y un hombre lo mismo que nosotras en el ámbito judicial". "No me considero discriminada para nada en el trabajo, ni he tenido ese sentimiento nunca", subraya.

¿Tiene la mujer más sensibilidad a la hora de juzgar algunos casos? "Evidentemente, no somos iguales, no a todo el mundo les afectan las cosas de la misma manera, y puede haber algún tipo de delito que efectivamente a la mujer le puede afectar algo más". La mujer puede ser más intuitiva, "a veces tenemos más psicología".

"Lucha con coordinación" contra la violencia de género

El Pacto de Estado "es importante", porque como subraya "no es una lucha de uno solo, es una lucha con coordinación". "Hay muchos escalones, un primer escalón que para mí es la familia, ahí está el origen en la mayoría de los casos; la familia, tus amistades, la educación, la institucionalización de la exposición de lo que es violencia de género, si no partimos de esas bases no hay nada que hacer". "El juzgado puede prevenir con unas medidas cautelares, adoptar decisiones más drásticas, pero no reeducar".

La jueza Marro incide también en el preocupante "aumento de la violencia de género entre los jóvenes". "En ocasiones actúan con unos estándares que ya no son así, como si nos hubiéramos quedado con ciertas cosas malas que han pasado a ser una normalidad para ellos".

Y este 8 de Marzo relata otras muchas realidades de mujeres, como las que "viven en lugares del mundo en el que no hay nada para ellas. La falta de derechos sobre tu propia vida y tu propio cuerpo, eso me produce verdadera tristeza".

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