El salmantino, que se recupera de un resfriado, daba una exhibición en semifinales y hoy, a las 20.35, aspira a todo en la gran final del Mundial de Birmimgham
Nunca un salmantino ha estado tan cerca del cetro Mundial. Es cierto que ha habido algunos con opciones de brillar. Ha habido varios charros en Mundiales que habrían podido sorprender en ciclismo. Pero lo de hoy ya es historia viva del deporte salmantino y puede ser todavía mayor.
Y es que un joven de La Sagrada, criado en La Fuente de San Esteban, un salmantino de pro, tiene la posibilidad de luchar por el título Mundial en los 800 metros en Birmimgham. Hoy, podría repetir el título Mundial de Dori Ruano en ciclismo y convertirse en el segundo salmantino campeón del Mundo, con una repercusión infinita. Hoy, Álvaro de Arriba está llamando a las puertas de la gloria. Será a las 20.35 horas y, en principio, con la televisión como testigo.
El atleta confesaba ayer en televisión que había atravesado un resfriado que le había obligado a medicarse. Aun así, dio toda una exhibición de fuerzas. Hizo sufrir hasta la última vuelta porque parecía que no iba a acabar de llegar a la lucha por la clasificación, pero soltó dos latigazos que dejaron, primero sentados a la mitad de sus rivales y luego otro para batir al británico Gilles y al estadounidense Windle, que hoy le acompañan en la final.
Una final con seis atletas a los que se añade el intratable polaco Adam Kszczot, el marroquí Mustafa Smaili y otro español, el leonés Saúl Ordóñez, conocido porque hace unos años compitió en el Caja Rural Atlético y porque el año pasado ganaba el Nacional al Aire Libre dando muestas de ser un atleta con un enorme potencial y, sobre todo, indomable a la hora de la verdad. No hace mucho ruido, pero no se rinde.
De todos ellos, el pupilo de Juan Carlos Fuentes es el que ha corrido más rápido este año, con 1:45.43, marca que casi clava en la semifinal de ayer, en la que se quedó a una centésima.
La suerte está echada y esperemos que esa suerte lleve el nombre de Álvaro de Arriba.