No estamos en el mejor momento de la educación. La educación es sacar de adentro para dirigir y formar, extraer de dentro afuera, lo mejor que cada uno puede dar según sus capacidades, y que lo reciba a dentro, a quien está en proceso de formarse.
Si la enseñanza fracasa la sociedad se deshace. Una civilización con buena enseñanza se levanta y sin ella se destruye. El Diccionario de la RAE define educación como: "Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven" esto supone la educación de la mente y del corazón. La primera se refiere a la enseñanza científica y técnica que se adquiere en la escuela y la Universidad. La segunda te enseña los principales valores transmitidos por la familia, en un proceso de crianza de los hijos, inculcándoles principios del "saber ser" y conocimientos en "saber hacer". La educación no es solo enseñanza de contenidos también de actitudes y valores. La familia y la escuela tienen el cometido de preparar para la vida. Pero cuidado. ¿Para qué clase de vida? Educar con el ejemplo no es una manera de educar. Porque se puede estar dando un mal ejemplo. También se puede educar con palabras pero para que penetren deben acompañarse con la realidad de la vida.
Y nos estamos encontrando que en pleno siglo XXI salga un cargo público internacional, recomendando que cierren escuelas en un país civilizado y milenario como España.
Un relator del denominado Comité para la Defensa de la Infancia de la ONU ha tenido la ocurrencia de pedir a España que prohíba la entrada de los menores a las plazas de toros, también que se cierren las escuelas taurinas. Así lo hizo constar en su informe sobre la situación de la infancia en España el burócrata consumidor de impuestos, encargado de examinar los problemas de los niños en nuestro país (no ha encontrado otros). Este relator no es otro que el egipcio Gehad Refaat Madi. "nada más ni nada menos". Este funcionario vigilante no se ha tomado la mínima molestia de saber lo que aprenden y como salen de las escuelas taurinas, que las hay a decenas en España, Francia, Portugal, México, Colombia. Esta negativa opinión sobre la influencia del arte de torear sobre los chavales. Ignora este egipcio que además de enseñar a torear aprenden educación y respeto, con el usted por delante, con el "maestro" como veneración a los que han sido o son en el oficio que quieren aprender. Ya no hay aprendices que valoren a sus maestros. En las escuelas de Tauromaquia, se les educa en el esfuerzo, la solidaridad, el respeto al compañero, a la historia y a las tradiciones. Por eso suena a chiste malo que Gehad Refaat Madi se escandalice por "el nivel de violencia de las escuelas taurinas".
Y volviendo al personaje, hasta llegar a la sede de la ONU, Madi ejerció de diplomático dentro y fuera de su país y se dedicó a defender por medio mundo al régimen de Hosni Mubarak, el dictador que tenía montado un paraíso de la infancia a orillas del Nilo. Nunca se le escucho decir nada a Madi, sobre los 2.7 millones de menores que están en el mercado de trabajo en Egipto. La Organización Internacional del Trabajo, estima que el 13% de la población en edad escolar ha dejado los libros para dedicarse a trabajar. No porque hayan cerrado la escuela, es que no la tenían. Podría haber dicho Madi que no está en contra del trabajo, pero que los niños están mejor en la escuela que apilando tejas doce horas al día por un dólar.
Estos son los funcionarios Internacionales que tenemos por el mundo, que no les importa nada la formación y educación de los niños. Nada más vivir de los impuestos de todos, inclusive del trabajo de los millones de niños que no les ponen escuelas para que se eduquen. Hipócritas?