Los quintos del 2018 cumplen con la tradición en Vitigudino

Cerca de una treintena de quintos y quintas, la última hornada nacida en el siglo anterior, cumplieron en Vitigudino con la tradición. De este modo, y aunque la llamada a filas parece haber pasado 'a mejor vida', mozos y mozas continuaban celebrando este momento como lo hicieran sus padres y abuelos en el primer fin de semana de febrero.

Después de una intensa noche del viernes, sin duda el acontecimiento más esperado por todos llegaba este sábado en la calle El Caño. Pasadas las cinco de la tarde, la rotura de pucheros atrajo a decena de personas entre niños, jóvenes y padres, que no querían perderse este tradicional acto en el que el contenido de las cántaras era sustituido por potingues de tan difícil descripción como el hedor que desprendía alguno de ellos.

Como en los últimos años, los Quintos acataron la normativa y no introdujeron animal alguno en los pucheros, y a excepción del burro empleado de corcel como si de una justa se tratara, el respeto prevaleció por encima de cualquier tradición, pues solo los petardos y los movimientos de palos y porras ?que perseguían sin acierto los pucheros? provocaban el desasosiego del animal.

A la fiesta se sumaban también los quintos 2017, invitados como lo estaban los que serán 'llamados a filas' el año próximo, aunque ninguno de ellos pudo evitar las risas a cada lanzamiento de huevos desde los andamios.

Así pues, a pesar del frio y la amenaza de lluvia, se pudo apreciar que aún quedan valientes en Vitigudino, y no sólo por los quintos y sus invitados, que al fin y al cabo cuando se está de fiesta las inclemencias del tiempo quedan en segundo plano, si no por los espectadores que acudían esta tarde a acompañar a chicos y chicas a la rotura de pucheros en esta segunda jornada de festejos.