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Luis García Jambrina en el IES Mateo Hernández con sus manuscritos imprescindibles
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'el manuscrito de piedra', SU ÚLTIMA NOVELA

Luis García Jambrina en el IES Mateo Hernández con sus manuscritos imprescindibles

Actualizado 16/01/2018
Charo Alonso

El autor de novela histórica y profesor de la universidad de Salamanca compartió con los alumnos del IES Mateo Hernández la presentación del tercero de sus libros protagonizados por Fernando de Rojas

No siempre se tiene la suerte de que un autor se disculpe ante unos alumnos que tienen la obligación de leerse sus libros. De esta forma tan insólita se presentó ante los estudiantes de Primero de Bachillerato, esos que han tenido que leerse El manuscrito de piedra, el escritor zamorano y profesor en Salamanca, Luis García Jambrina. Una visita que es todo un privilegio, porque el autor está en plena presentación del tercer libro de la serie, lo que no impidió que acudiera a su cita con los estudiantes del Mateo Hernández.

Ante un público agradablemente sorprendido, Jambrina recordó que las novelas de detectives, y su "pesquisidor" Rojas lo es, suelen protagonizar una serie de novelas y que el público ya le había pedido en numerosas ocasiones un tercer manuscrito. Publicada en el 2008, la primera obra había surgido de un libro de relatos, Muertos SA, donde contaba casos curiosos de la literatura española entre los que se encontraba el del misterioso autor de La Celestina. Un personaje "que tiró tanto de mí que, a pesar de la falta de tiempo por mi trabajo en la Universidad, acabé escribiendo una novela sobre él donde se mezclaba el género negro, la novela histórica y la ciudad de Salamanca que es como un personaje más". Una mezcla tan atractiva, que tuvo su continuación con El manuscrito de nieve y con su libro más reciente, situado también en la ciudad de Béjar, donde un Fernando de Rojas anciano y con las facultades algo mermadas intenta dilucidar quién mató a Don Francés de Zúñiga, personaje real que fue bufón del emperador Carlos V.

Una trama muy atractiva donde se mezcla la vida universitaria, que ya aparece en los anteriores manuscritos, y en la que Jambrina hace una espléndida lectura de la Fachada de la Universidad, enlazando el libro con la conmemoración del aniversario de la misma donde suponemos que estudió Fernando de Rojas. Sin embargo, las preguntas de sus interlocutores, evidentemente, no se dirigieron hacia el nuevo libro de Jambrina, sino a su trabajo como escritor ¿Cómo se documenta? ¿Cómo mezcla lo real y lo histórico? ¿De dónde saca las ideas para escribir la vida cotidiana de la época? ¿Cómo se imagina la Salamanca de entonces?

Someterse al tercer grado por parte de un público tan hábil como los estudiantes de secundaria no es nada fácil, sin embargo, Luis García Jambrina es un escritor que disfruta mostrando la trastienda, la cocina de su escritura. Explica su trabajo de documentación histórica afirmando que disfruta mucho en ese proceso, que trata de que no se vean las costuras que unen lo histórico con lo ficticio y que describe una Salamanca construida sobre tres cerros cuyas partes están separadas por arroyos y rencillas entre los miembros del Convento de San Esteban y el de San Francisco. Una ciudad que conoce muy bien y que trata de mostrar como el foco cultural de España y Europa cuyos estudiantes siguen disfrutando, como antes, de los placeres de la noche.

¿Cuál es la inspiración de esta obra? Luis García Jambrina recuerda la voracidad lectora de su adolescencia, su dificultad por entender en una primera lectura La Celestina y afirma, ante el regocijo de su público, que lo que deberíamos hacer los profesores de literatura es prohibir la lectura para que se lea más. Si La Celestina es un personaje de su primer manuscrito y Lázaro de Tormes del segundo, Jambrina también afirma que una de sus inspiraciones a la hora de hablar de la Salamanca oculta fue La Divina Comedia, así como las numerosas leyendas acerca de La cueva de Salamanca. Una ciudad, convertida por obra y gracia de su pluma, en un paseo literario tras los pasos de Fernando de Rojas.

¿Va a seguir escribiendo más aventuras del pesquisidor de La Puebla de Montalbán? Ante la pregunta, Jambrina sonríe. Una gran parte del público lector le ve como el autor de los manuscritos y eso le empuja a seguir recorriendo el resto de los elementos: piedra, agua, fuego? y aire, siempre acompañado de la intriga, la excelente recreación histórica y las piedras de Salamanca ¿Sabe cuándo escribe el desenlace de sus asesinatos o los descubre sobre la marcha? Aquí Jambrina recupera a otro de los grandes autores vinculados con Salamanca, porque según Unamuno, hay autores que se sientan a escribir con todo resuelto y otros que hacen el camino a lo largo de la escritura.

Un público expectante, sincero, curioso y a la vez un poco escéptico. El suyo es un interés que hay que ganarse a pie de aula. A través de la palabra, de la anécdota bien medida, de la exposición a la vez erudita y clara. Un público quizás remolón y "obligatorio" pero que guardará la semilla de esta ciudad letrada en la que Fernando de Rojas no solo estudia leyes y escribe en vacaciones de Pascua, sino, gracias a la imaginación de Luis García Jambrina, resuelve crímenes, investiga asesinatos y nos enseña sobre la naturaleza humana. Todo un privilegio para una mañana donde las clases son sustituidas por páginas.

Charo Alonso

Fotografías: Carmen Borrego

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