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El Niño Jesús de Praga vuelve a procesionar casi medio siglo después
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Niño Jesús de Praga

El Niño Jesús de Praga vuelve a procesionar casi medio siglo después

Actualizado 14/01/2018
Manuel Diego

ALBA DE TORMES | Al final del acto se entregó a cada niño un bollo dulce y una naranja a modo de obsequio tal y como marca la tradición

Como se venía anunciando, en este domingo 13 de enero, los Carmelitas de Alba de Tormes organizaron la fiesta del Niño Jesús de Praga, algo que era muy tradicional en la vida de esta familia religiosa y que en la villa ducal se venía haciendo desde finales del siglo XIX, aunque los comienzos oficiales de la cofradía del Niño Jesús de Praga datan exactamente del año 1909.

Ha sido un acto entrañable, arropado y lleno de sentido en la coincidencia de este Año Jubilar Teresiano, como si también en esta ocasión hubiera sido la Madre Teresa de Jesús la que hubiera llamado la atención de nuevo a los albenses para recuperar y valorar la devoción a la infancia de Jesús. Por eso, era razonable que la fiesta se condividiera entre la iglesia de San Juan de la Cruz y la del sepulcro de Santa Teresa.

A las 12:45 horas se hizo el traslado de la imagen procesional del Niño Jesús de Praga y su estandarte. Seguidamente la misa solemne en una iglesia abarrotada de niños, padres, gente joven. Frailes y monjas carmelitas participaron en comunidad, pero los verdaderos protagonistas fueron los niños que hicieron moniciones, preces, oraciones, etc.

Todo muy bien preparado y coordinado. Al final de la misa se hizo la bendición de las madres gestantes, como también la oración de consagración de todos los presentes al Niño Jesús de Praga, usando un texto excelente de composición, la misma oración que el Papa Benedicto XVI (todavía vivo) hiciera ante la imagen original del Niño Jesús que se conserva en la basílica de Santa María de la Victoria de Praga, la capital del estado Checo, cuando visitó esta ciudad de Europa central el 26 de septiembre del 2009.

Así, terminado el acto, volvió de nuevo procesionalmente la imagen del Niño Jesús a hombros de los Niños a su iglesia donde se le venera y está expuesto al público a lo largo de todo el año. Y fue allí, al final de todo el acto, donde se entregó a cada niño, como obsequio del Niño Jesús, un bollo dulce y una naranja, el gesto más tradicional y que nadie en Alba de Tormes olvida de los tiempos pasados.

De esta manera, con lo antiguo y lo moderno, se ha revitalizado una tradición que tiene sentido y que ayudará tanto en la educación cristiana de los niños. Ha sido posible precisamente gracias a los niños de la catequesis de la parroquia y a sus catequistas y dirigentes, que se han esmerado en preparar y organizar esta fiesta que, de seguro, volverá de nuevo ya en años sucesivos durante la recurrencia de la Navidad.

Una jornada memorable para la devoción al Niño Jesús de Praga en Alba de Tormes que, ante el asombro de todos, al parecer estaba viva y latente y que sólo ha sido necesario alimentar de nuevo el fuego para que apareciera con toda su fuerza y vitalidad.

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