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“El horror es algo que no se pasa nunca”
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entrevista a PILAR SALAMANCA

“El horror es algo que no se pasa nunca”

Actualizado 14/01/2018
Charo Ruano

La escritora, traductora y periodista trae 25 años después del fin del conflicto servio-bosnio, 'Ayer no te vi en Sarajevo', último de sus poemarios y que grita contra el horror de todas las guerras

Tiene Pilar Salamanca rasgos ineludibles de castellana pura y dura en el sentido más amplio de la palabra, clara, directa, correosa; pero si hay algo que la define por encima de todo, es la vocación indestructible de la escritura y su implicación en las causas más difíciles, más injustas, más terribles, esas que muchas veces la mayor parte de la gente mira con el escepticismo del "no tiene remedio". ¿Qué no tiene remedio? Cuidado que allí se la van a encontrar y no va a dejar la pelea nunca, y nunca es nunca. Es la misma Pilar, que nos deja libros emocionantes y difíciles, valientes y arriesgados y que esta vez se adentra en el mundo de la poesía que no suele frecuentar con: Ayer, no te vi en Sarajevo "La pura verdad es que yo tampoco estuve en Sarajevo, tampoco hice nada", dice? "como usted y como yo y como tantos otros", pero ella tiene la valentía de gritarlo. Un poemario bellísimo, que no es fácil, que le despertará a veces con una sonora bofetada, y que no dejará a nadie indiferente, al fin eso es la literatura.

Hace ya 25 años desde que terminó la guerra de Bosnia ¿Por qué ahora este libro?

No quisiera ponerme 'patafísica', pero el horror ? siento decirlo ? es algo que no se pasa nunca. Cierto que el marco de la obra se establece en una de las guerras europeas más recientes y sangrientas (con más de 100. 000 víctimas sumando civiles y militares y cerca de dos millones de desplazados) pero es que, desde entonces, los jinetes del Apocalipsis no han hecho otra cosa que batir sus propios records. En todo caso, digamos que esta guerra es para mí la disculpa que me ha permitido gritar contra ese horror invasivo, multiforme y que duele tanto no solo en Sarajevo sino en lugares como Myanmar, Palestina, Siria, Irak o el Mediterráneo

El horror no se pasa nunca, dice, pero tenemos una gran capacidad para olvidar o para sacudirnos las culpas no?

Unos más que otros, pero en todo caso, las culpas, todos, casi siempre. Y cuando no olvidamos, deglutimos, transformamos la realidad en un bolo más o menos asimilable que podamos deglutir. Por otra parte, el horror, da mucho de sí. Se construyen verdaderos negocios alrededor del horror, verdaderas Literaturas a veces incluso buenas ¿no es cierto?

¿Tiene alguna fórmula especial para registrar esos gritos antes de trasladarlos al papel?

Cuando escribo poemas, sé de sobra lo que quiero decir, pero no siempre encuentro la voz que me permite hacerlo tal y como yo quiero. Después, corrijo tanto y les doy tantas vueltas que al final tengo la impresión de que los poemas van a su bola y se han escrito no como yo quería sino más bien como querían ellos. Y eso, todo hay que decirlo, es algo que no me pasa cuando escribo novela: ahí se hace siempre lo que yo digo.

¿Y cómo es la Pilar que escribe poemas?

Yo diría que doble. En los poemas una es la que es pero también, la que no es y entre las dos anda el juego. Ambas suelen llevarse más o menos bien pero a veces ¡que quieres que te diga! es la guerra. Y eso se nota porque en los poemas una no tiene donde esconderse

Utiliza un lenguaje muy especial

Eso dicen, pero me gustaría saber qué quieren decir exactamente. Me temo lo peor. Yo sin embargo pienso que es un lenguaje muy parecido al que utilizo todos los días y que incluye, eso sí, algunas palabras que pertenecen a otras lenguas. En general las escojo porque me gusta su sonido pero también como muestra de homenaje y respeto hacia los pueblos o lugares que inspiraron esos poemas.

Resulta curioso, pero no suele escribir sobre amor...

"La pura verdad es que yo tampoco estuve en Sarajevo, tampoco hice nada. Desde entonces, lo reconozco, me siento en deuda"

Es verdad? Lo cierto es que a estas alturas de mi vida la poesía amorosa ha llegado a parecerme un poco moñas (lo digo con todos los respetos). Antes no, claro, pero entonces me gustaba sobre todo para saquearla. Me aprendía de memoria los versos y, en el momento oportuno los soltaba como si fuesen míos. Y si los reconocían, San Antón y si no, la Purísima Concepción. Es cierto que no me arrogaba la autoría pero, solía suceder que según en qué momentos, tampoco "recordaba" el nombre del autor, no sé si me comprende. Otra cosa claro está, es la poesía erótica. Esa me gusta muchísimo más pero, lamentablemente, parece ser que no es fácil. A mí, por ejemplo, me resulta imposible.

¿A quién van dirigidos sus poemas?

A ti, por supuesto, y a todos los que me hagan el honor de leerla. A nadie en particular y a todos en general. Soy muy consciente de que no escribo sobre cosas bellas, pero escriba sobre lo que escriba me gustaría saber hacerlo bellamente, con la suficiente fuerza como para que me presten atención no precisamente a mí, sino a mis palabras. Y es que para mí la Poesía representa un desafío: es un desafío porque me pongo a escribir poemas cuando ya no puedo hacer otra cosa, cuando no encuentro otra manera de expresar mi preocupación o de decir lo que tengo que decir y estoy a punto de desbordarme. Es entonces cuando abro las esclusas y escribo, escribo hasta que me tranquilizo.

Entonces, ¿Cuál sería, según usted, esa preocupación inabordable que ha querido transmitir con "Ayer no te vi en Sarajevo" su último libro de poemas?

La pura verdad es que yo tampoco estuve en Sarajevo, tampoco hice nada. Desde entonces, lo reconozco, me siento en deuda. Sé bien que esa clase de deudas no se paga con palabras y menos a estas alturas, pero? es lo único que sé hacer. No ha sido de forma premeditada, pero creo que en el fondo, he intentado dibujar un mapa del horror que me ayudase a salir del caos. Compartir con los demás unos recuerdos que no puedo permitir que desaparezcan o se olviden. Recordar a mi manera una historia que por más que miremos a otro lado, nos concierne a todos y también, nos sigue interpelando. No se?

La edición también es especial, en su forma, austera, pero muy atractiva en la colección poemas (in)surgentes de La Vorágine

Sí, es preciosa ¿verdad? Es bonito el nombre de la colección (in-surgentes), es bonito el nombre de la librería que la cobija (La Vorágine), es bonito este proyecto editorial y la forma de llevarlo a cabo y yo les estoy inmensamente agradecida por haberme acogido bajo el ala desde el primer día que puse el pie en Santander. Curioso, pero también es la primera vez en mi vida que me siento parte de un proyecto y, al mismo tiempo, consciente de que lo que hago tiene un valor, al menos, para estos compañeros con cuyos proyectos vitales, sociales y literarios me identifico tanto.

Y ahora y después de este poemario, en que anda Pilar Salamanca?

A la espera de que en uno de estos días salga por fin en la Editorial Agilice mi pequeña "Antología de Escritoras Palestinas y Entrevistas". Y, de nuevo, escribiendo. Después de un año de ir arrimando material (como un buen albañil) acabo de empezar a escribir una nueva novela que cuando salga, si sale, será la número 10.

Pilar Salamanca: Poeta, novelista, mujer comprometida y sin aristas. Pilar Salamanca, vallisoletana residente en Cantabria, se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid (1965-70). Está especializada en Historia Contemporánea del Oriente Medio, se licenció en Árabe e Islam en la Universidad Autónoma de Madrid (1983). Es doctora en Filología Inglesa por la Universidad de Salamanca (1995) y además titulada en periodismo por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid (1971).

Suya es la primera traducción directa al español del Poema de la Medicina de Avicena (1999). Ha traducido del gaélico a Pearse Hutchinson (1994) y a la poeta irlandesa Eavan Boland (1997) así como varios cuentos y ensayos del Inglés. Su poemario Días de Lengua Roja es un homenaje a las palabras de origen árabe recogidas por nuestros viejos diccionarios. Sus últimas novelas han sido El olvido y otras cosas imposibles (Menoscuarto), Hijas de Agar (El desvelo), anteriores Los años equivocados (Premio Ciudad de Salamanca 2009), Cráter (Bassarai) o A Cielo Abierto (Premio Blasco Ibáñez 2000). Ayer, no te vi en Sarajevo es su último poemario y tiene a punto su "Antología de Escritoras Palestinas y Entrevistas".

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