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“Se ha consolidado la figura del trabajador pobre y así es imposible fomentar el consumo”
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José Luis Rivas / Secretario provincial de UGT

“Se ha consolidado la figura del trabajador pobre y así es imposible fomentar el consumo”

Actualizado 02/01/2018
Redacción

Afirma que la celebración del VIII Centenario de la USAL debe servir "para posicionar Salamanca a nivel internacional y crear en la ciudad empleo de calidad"

El año concluye con más de 25.800 parados en Salamanca. ¿Cuál es su valoración?

Desde que comenzara este 2017 se ha logrado reducir el número de parados en 2.078 personas pero al fin y al cabo es una rotación, la situación que están viviendo los desempleados en Salamanca en particular y en España en general es dramática. Más del 55% carece de ayuda alguna y sobreviven gracias a sus pensionistas que al mismo tiempo ven devaluados sus ingresos por efecto del IPC, cercano al 2% mientras la revalorización de las pensiones alcanza únicamente el 0,25%; pero es que además muchos de esos parados están excluidos del mercado laboral, bien por su edad bien por su obsoleta preparación. Acaba otro año en el que se ha consolidado entre la sociedad la figura del trabajador pobre, que no es otra que trabajadores que no llegan a los 1.000 euros por lo que no pueden cubrir sus necesidades básicas.

La solución a nuestro juicio pasa por la regulación de la negociación colectiva, porque se derogue esa reforma laboral y por la moderación al alza de los salarios para que se pueda fomentar el consumo y por ende la productividad para la generación de puestos de trabajo. Si esto no se regula, va a ser un lastre para la economía española. Mientras no haya consumo, no va a haber creación de empleo, y el consumo no se afianza con salarios precarios al igual que ocurre con las pensiones, que más del 45% de ellas no supera los 700 euros.

¿Qué papel juega la mujer en todos estos datos?

La mujer es siempre la gran perjudicada. Cuando se genera empleo el que se genera es masculino y cuando se destruye el primero que se destruye es el femenino, salvo el mes pasado que aumentó el trabajo de la mujer por una razón estacional, ya que el sector servicios con el Black Friday se traduce en compra, y la mujer está muy instaurada en el comercio como dependientas.

El 1 de enero había 16.028 paradas y ahora a finales del año hay 15.350. Se ha logrado reducir el número en más de 600 desempleadas, pero es que en este mismo periodo si hablamos del sector masculino el número de desempleados varones el doble con más de 1.400 desempleados menos.

¿Se está actuando con solvencia desde las diferentes instituciones?

No como deberían. La realidad de Salamanca es muy compleja. Tenemos un empresariado obsoleto sin idea de ampliar caminos pero por otro lado estamos desindustrializados totalmente. La única industria que tenemos fuerte es la del sector cárnico en Guijuelo que se está empezado a robotizar, y luego tenemos la otra industria fuerte que es la Universidad. Está generando muchos grados cada año, pero no somos capaces de asumirlos. Estamos preparando emigrantes. Es duro decirlo pero es así. Formamos a los jóvenes pero luego no se pueden quedar a trabajar aquí. Nosotros siempre hemos apostado por la prestación de terrenos, y un ejemplo claro es el Parque Científico de Villamayor que está necesitando ya más y está funcionando.

Otra área muy importante es el estado de bienestar social. Salamanca es una ciudad muy longeva, de hecho cada vez más. Tenemos gente de alta edad que hay que cuidarla. Debemos fomentar la ayuda a domicilio y la ayuda a la dependencia con equipos multidisciplinares en gerontología. Debemos prever qué enfermedades pueden desarrollarse a corto plazo y una vez identificadas, cuando los enfermos las sufran intentar que para cuidarlas no tengan que hacerlo las pobres familias sin preparación de ningún tipo de forma desprofesionalizada. Debemos formar gente y así crear empleo con este colectivo que juega un papel muy importante en la sociedad salmantina.

Esa sociedad longeva es más perjudicada en la provincia. ¿Cuál es su realidad?

La realidad de la provincia es más dura si cabe que la de la capital con un déficit comercial que va a más en los diferentes municipios. Los pueblos se están destruyendo, están perdiendo tiendas, bares, farmacias, médicos de familia? etc. Se está perjudicando de tal manera la relación social que hay en estos pueblos que los jóvenes huyen de allí, y los que quedan son los mayores, la mayoría de ellos dependiendo de terceras personas pues necesitan coches para desplazarse y poder cubrir sus necesidades más básicas. La situación no es la más idónea ni comercial ni industrialmente, por lo que la creación de empleo en las zonas rurales debe ser también una prioridad.

¿La sanidad pública se sigue deteriorando?

Totalmente, en lo que respecta por ejemplo al Hospital de Salamanca son ya varios años en los que se están incumpliendo plazos, con dinero presupuestado que no se ha invertido al final de cada año, y a esto se suma que la inversión que hace el Gobierno central en sanidad va en continuo descenso lo que se traduce en el deterioro de las instalaciones como hemos visto en el nuestro y en la externalización de una serie de servicios como la cocina o la lavandería, y todo por la falta de personal.

En los últimos años se han perdido en el Hospital Clínico de Salamanca cerca de 300 puestos de trabajo y los que han mantenido su puesto están saturados. Todas las quejas de los pacientes no van dirigidas a profesionales, sino a las condiciones de las instalaciones o a las eternas listas de espera, ya hasta en temas de salud mental que lo hemos detectado recientemente

Todo esto al final provoca que la gente que económicamente se lo puede permitir apuesta por la sanidad privada. El que no tiene dinero se tiene que conformar y sufrir muchas menos prestaciones en un Hospital que ha sido una referencia a nivel europeo.

¿Y la educación pública?

Se ha deteriorado en la misma línea, la de los recortes. Por culpa de eso, las aulas se han masificado y no se cubren todos los puestos de trabajo. En lo que respecta a la Universidad, la de Salamanca es una de las más caras junto con Madrid y Barcelona, y eso hace que vengan menos estudiantes, lo que repercute en toda la economía salamantina. Está demostrado que por cada euro que invierte la administración en la Universidad se multiplica por cinco en la ciudad, por lo que la reducción de las tasas debe ser una prioridad.

La Universidad jugará un papel clave en 2018. ¿Cómo augura el nuevo año?

Con la celebración del VIII Centenario de la USAL se debe potenciar sin duda la generación de empleo. El más beneficiado será como siempre el sector servicios, pero para ello deben estar unida y trabajar de la mano tanto la Junta de Castilla y Léon como la Diputación y el Ayuntamiento.

Los agentes sociales lucharemos para que esas ayudas a la inversión que vendrán de la mano del Gobierno central sean aprovechadas, no solo de cara a 2018, sino para lograr posicionar a Salamanca por toda Europa como centro de referencia turístico. Si lo conseguimos, atraeremos un turismo más selecto de alta calidad y eso será reflejo de mejora en la economía que al final es lo que todos deseamos.

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