Cuatro autores destacados dedican sus versos al salmantino
El XX Encuentro de Poetas Iberoamericanos trajo a Salamanca los versos de los poetas Jesús Losada (desde República dominicana), de Enrique Villagrasa (desde Tarragona), de Boris Rozas (desde Valladolid), A ellos su sumó el aporte de Juan Antonio González Iglesias (desde Salamanca). Todos estos textos se encuentran incluidos en el volumen 'Explicación de la derrota', antología del XX Encuentro, coordinada por el poeta Alfredo Pérez Alencart, colaborador de SALAMANCArtv AL DÍA.
Las fotografías son de José Amador Martín.
Jesús Losada (Zamora, España, 1962). Doctor en Filología Moderna (Literatura Italiana y Portuguesa) y licenciado en Filología Hispánica e Italiana por la Universidad de Salamanca, y en Teología, por la facultad de Dan Esteban (Salamanca), ha trabajado como profesor de español en Florencia y Actualmente es profesor titular de Literatura Española en la Universidad Pontificia de Santo Domingo (PUCMM) en la República Dominicana. Dirige los Cursos de Verano Hispano-Portugueses de La Raya, en Alcañices, desde 2001. También ha traducido al castellano a Ungaretti, Stefanni, Al Berto, Miguel Torga, valter hugo mãe, o al poeta nepalí Raj Manjul. De sus diez libros, hasta ahora publicados, Huerto cerrado del amor obtuvo en 1994 el accésit del Premio Adonáis. También recibió, por La noche del Funambulista, el Premio Provincia de León y en 2010 fue galardonado con el Premio San Juan de la Cruz, por su obra Corazón frontera. En 2016 obtuvo el IV premio Internacional de Poesía José Zorrilla. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas.
FUMANDO CHINOS
(Homenaje a Aníbal Núñez)
Cuelga en una pared de mi casa
aquel cuadro que un día pintaste
en la mesa de un bar con nubes de humo.
Un cáliz afilado para beber la noche entera.
Después, en la longitud de lo oscuro
y sentados en unas escaleras, contando monedas,
prendimos fuego a la noche anónima.
Un par de cigarrillos, un turulo de aluminio
y un trozo rectangular de papel Albal.
En el cassette Jim Morrison cantaba This is the end.
A lo lejos avanzaba otro caballo. Y otro.
Nos traía los últimos residuos del amanecer.
(Mayo 2017)
Juan Antonio González Iglesias (Salamanca, 1964) ha publicado La hermosura del héroe (1994, Premio Vicente Núñez), Esto es mi cuerpo (1997), Un ángulo me basta (2002, Premio Generación del 27), Olímpicas (2005) y Eros es más (2007, Premio Loewe), entre otros. Esos cinco libros, además de uno inédito ?Selva de fábula? se reúnen en un volumen aparecido en 2010 en la editorial Visor, bajo el título Del lado del amor, que a modo de emblema renacentista busca dar un sentido único a todo lo que ha escrito. Está incluido en numerosas antologías poéticas Selección Nacional, última poesía española, de José Luis García Martín (1995), y en Feroces: muestra de las actitudes radicales, marginales y heterodoxas en la última poesía española, preparada por Isla Correyero (1998), Poetas de los noventa, de Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 2007 y La inteligencia y el hacha, de Luis Antonio de Villena (2010). En diveersas antologías y revistas está traducido al francés, inglés, italiano, portugués y griego. Doctor en Filología Clásica. En la actualidad, es profesor titular de Filología Latina en la Universidad de Salamanca.
LA MINORÍA VIRGILIANA
para José Carlos Fernández Corte
y en recuerdo de su amigo Aníbal Núñez
¿Y de qué sirve al fin haber leído a Virgilio? Ahora
Salicio vive en el tercero izquierda
y desde su ventana
ve cómo se destruye
una selva absoluta en un lugar sagrado.
Nemoroso o Alexis
no oyeron motosierras.
No vieron los tractores ni las excavadoras
ni los remolques ni esta eficaz brigada
de operarios que entra y sale del río
mostrando una diabólica facilidad
para ultrajar a dioses indefensos
y menores.
Creo que esta destrucción
va a convertirse en uno de los acontecimientos
de mi vida.
Enrique Villagrasa González (Burbáguena, Teruel, 1957). En la actualidad reside en Tarragona. Periodista y lector de poesía. Ha escrito varios libros de poemas, siendo sus versos publicados en diversas revistas tanto en papel como en formato digital. Ha sido incluido en varias antologías y traducidos algunos de sus poemas a otros idiomas: al árabe por Khalid Amraniy; al francés por Belén Juárez y por Geneviève Baudry; al italiano por Emilio Coco; al húngaro, por Szijj Mária; al inglés por Rosa Lafuente; al ruso por Tatiana Mamaeva; al chino por Huaping Han; al rumano por Elena Liliana Popescu; al croata por ?eljka Lovrenčić; y al portugués por João Rasteiro y Carlos Castilho Pais. Colabora como crítico en periódicos y revistas literarias. Su última publicación es Lectura del mundo (Isla de Siltolá, 2014).
A ANÍBAL NÚÑEZ DESDE TARRACO
"(?) tan sólo aquel que sabe
dar mucho puede amar y ser amado."
A.N.
¿Cuando los caballos nos llevarán hacia la luz?
¿Qué hijas del sol nos acompañarán?
Quiero vivir entre los juncos y ortigas de la niñez:
con los cerezos y los almendros del monte.
Quiero el desafío ético y estético en Burbáguena,
cultivando la huerta, donde el abuelo. No aquí.
No quiero que nada se quede atrás, ni las tierras
ni su cementerio: la realidad es palabra inventada.
El umbral es el lenguaje y el dintel los rebeldes y pobres.
El noviciado no olvida y la hermana muerte camina
también por tu Salamanca amiga, donde interrogas
y miras al cielo y buscas tras las sombras y no ves
las huellas que se llevó la noche. Estas solo.
Y solo te preguntas la palabra ida en el cierzo frío.
Y en la calle la indiferencia en los rostros que pasan.
Más figuras pétreas que interpelan: incertidumbre.
Y lluvia en la memoria al cálido atardecer de octubre.
El otoñal día madruga: tal vez sentimiento y pensamiento
ya despiertan al ser de tu ser. Un poema es y la página
crece en el tiempo: capacidad de seducción de la viva llama
del fuego del hogar: a la poesía le importan las palabras,
le importa la verdad. Ya todo es cielo azul. Persigo
abrir la ventana y ver el poema no escrito con emoción.
Busco y anhelo la belleza de la luz que todo lo incendia:
tu iris y el mío. Mirar con ojos nuevos la crisis del signo:
el poema hace al autor. Para que nadie olvide, ni la maldición
escale desde su sombra hasta el cielo en este aniversario.
Porque tan solo aquel que sabe dar mucho puede amar
y tal vez y solo tal vez ser amado, náufrago Aníbal Núñez.
Boris Rozas (Buenos Aires, Argentina, 1972. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid. Sus libros de poesía, hasta la fecha, son: Bagajes del alma (2004), Lleno del mar (2005), Hemisferio Sur (2007), Huyendo de este jardín, me encontré con el viento (2009), Ragtime (2012) e Invertebrados (2014). Su obra aparece ya en varias antologías, entre las que podemos destacar: "Poesía Española. Una Propuesta. De la Generación del 68 a la del 2000" (2008), "La Hora Sagrada. XIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos" (2010) y "Corazón de Cinco Esquinas. Junta de Castilla y León" (2010). Ha obtenido, entre otros, el I Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador (2013), el Premio Sarmiento de Poesía (2007), Primer Premio del XXXIII Certamen de Poesía Manuel Garrido Chamorro (2012), Accésit del Premio de Poesía Ángel Miguel Pozanco (2007), Finalista del XXII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma (2012), Primer Premio de las XLII Justas Poéticas de Laguna de Duero (2013), Primer Premio de Poesía del XVI Certamen Poético "Villa de Ermua" (2010), en dos ocasiones Accésit del Premio Nacional Hernán Esquío de Poesía (2011 y 2012), "Botijo de Plata" en las XLVI Justas Poéticas de Dueñas (2012), Primer Premio XV Certamen Poético del Barrio de Torrero, Zaragoza (2012), Primer Premio II Certamen de Poesía "Poetas de habla hispana" (2016)y Primer Lugar del III Concurso Internacional de Poesía "La palabra de mi voz" (Miami, 2016), entre otros.
POETA EN TRÁNSITO FRENTE AL DERRIBO
(EN EL CAMPO DE BATALLA)
Cansancio de labranza frente a la que fue mi paloma sin alas,
todo escucha de siervos en derribo
sobre migas de pan
hacia el campo de batalla.
Un pájaro recién herido en combate
que debió tener tanta sed
como para cruzarte
a través de las hordas arrinconadas del invierno,
no hay todavía obligaciones
frente al páramo
pero el poeta transita por las líneas enemigas
con la lentitud de la muerte,
dejándose ir por el frío ancestral
de los bancos de madera que todo lo resisten,
con síntomas de corazón encarcelado
en unos ojos cegados por la luz,
que yacen ahora
como almohada para huesos tristes.
Tú y yo siempre ocupamos la misma herida
sin dejar de amamantarnos en la infinita oscuridad
de la inmortal ciénaga,
mi último cuadro también será una aldea nevada
rota en sollozos
junto a este mármol de animales.
Tus desiertos y los míos desembarcaron ya
para sostener el tiempo
entre estas oxidadas vigas,
tu cuerpo vencido, por última frontera,
mi oración frente al común silencio de las hojas,
la sombra del olmo centenario de la guerra
que cobija mensajes de amor en la sangre de su tronco.
Cansancio de labranza frente a la que fue mi paloma
sin alas,
poeta en tránsito frente al derribo
en su campo de batalla.