Miércoles, 24 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Cenas, felicitaciones, regalos
X

Cenas, felicitaciones, regalos

Actualizado 22/12/2017
Juan Robles

Tú y yo, y todos los que aman y ayudan a los demás, son regalo de Navidad para ellos

Cenas, felicitaciones, regalos | Imagen 1La Navidad en nuestro tiempo es ya una locura de acciones y compromisos. En otros tiempos era ocasión de intimidad y recogimiento, aunque no faltaran las felicitaciones por correo ordinario. Pero el resto de manifestaciones se reducía a las celebraciones religiosas, a los cantos de villancicos, a la petición del aguinaldo, y poco más. Buenos propósitos para el año nuevo y eso era todo.

Hoy esto es un circo y un desmadre. Comidas y cenas, felicitaciones por correo electrónico y whatsapp, luces de colores por toda la ciudad y aun en los pueblos, canciones, bailes y, sobre todo, regalos en un auténtico desmadre. Reina el consumismo más general y desmadrado. Justo lo más contrario al espíritu de la Navidad, que se inspira en lo pequeño y en lo pobre, compensado por la riqueza de la entrega personal y de la cercanía, no sólo circunstancial, a las personas más necesitadas.

No dejan de hacerse cenas de solidaridad, rastrillos, rifas, comidas, y de entregarse bolsas de alimentos elementales, que son, nunca mejor dicho, pan para hoy y hambre para mañana. Como si tratáramos de paliar nuestra mala conciencia y de tapar nuestra responsabilidad ante las injusticias que son causa de la pobreza. Lamentable.

Las fiestas navideñas nacieron como conmemoración anual del acontecimiento de la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios, Jesús de Nazaret o Emmanuel, el salvador esperado y anunciado por los profetas, que se hace semejante a nosotros y asume lo más débil de nuestra condición, haciéndose dependiente y necesitado de una mujer humilde en el pueblecito de Nazaret, y que nace en el destierro interior de Palestina, sometiéndose en Belén a los mandatos del imperio que les obligaba a empadronarse cada uno en el lugar de procedencia de sus antepasados.

El ambiente era un campo de pobreza en donde guardaban sus ovejas los pastores de Belén, prediciendo que él iba a ser también el pastor de Israel. Sólo los ángeles lo descubrieron y anunciaron, e invitaron a los pastores a ir a adorarlo y reconocerlo como Dios y como Rey. Y éstos le ofrecieron pobres regalos, de los bienes que el campo y las ovejas les propiciaban. Aunque, más tarde, llegaran también unos reyes, magos de oriente, que reconocieron su grandeza y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.

Pero el regalo principal nos lo dio Dios a nosotros: su propio Hijo. Eso es la Navidad. Y tú y yo, y todos los que aman y ayudan a los demás, son regalo de Navidad para ellos.

Pero cómo prostituimos las celebraciones. Aun los mismos cristianos. Antes recordábamos el misterio cantando canciones hermosas -villancicos- y lo representábamos en el belén tradicional que se inventó el humilde y sencillo San Francisco. Antes los belenes estaban en nuestras iglesias, en nuestras casas, y aun en nuestras plazas. Hoy lo ocultamos, lo disimulamos y, en el mejor de los casos, plantamos alguna estrella o dibujamos la palabra Paz.

Y desparramamos nuestros escasos dineros en comprar desmedidamente regalos u objetos personales. Y las empresas vendedoras saben muy bien cómo provocar el ansia desmedida de comprar y de gastar. Consumismo, consumismo, consumismo? Lo más opuesto a la pobreza y austeridad del nacimiento de Cristo.

¡Qué vergüenza contemplar nuestra hermosa plaza mayor enfangada con esos signos de consumo irresponsable y ofensivo! Algún tiempo lucía en nuestra hermosa plaza un meritorio y aun bello nacimiento. El año pasado, la representación quedó reducida a una redonda y luminosa bolsa de colores provocadora discreta del consumo.

Este año hemos llegado al despropósito de una escueta representación y provocación al consumo, dejándonos unas descomunales cajas -se supone que de regalos-, que no tienen otro atractivo especial fuera del infantil anhelo de meterse en el interior de las mismas cajas. Si al menos así nos convirtiéramos nosotros mismos en el regalo de amor y de ayuda para los que nos necesiten?

¿A qué nueva provocación nos llevarán nuestros creativos ediles manchando y rebajando el nivel artístico y humanista de nuestra Plaza Mayor en el año próximo?Cenas, felicitaciones, regalos | Imagen 2

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...