Constituida canónicamente el 26 de diciembre de 1909
Hace bastantes años que ya no se celebran en Alba de Tormes los cultos al Niño Jesús de Praga, establecidos desde siempre en la iglesia de los frailes Carmelitas, una devoción a la infancia de Cristo tan teresiana. Si no recuerdo mal, fue el Padre Raimundo el último director de la misma y el que en tiempos de decadencia de todas estas formas de religiosidad popular, intentó mantener ?dentro de sus posibilidades- todo lo que pudo de aquella antigua institución, por cierto muy arraigada en la villa de Alba de Tormes.
Los tiempos se han calmado y ha retornado una cierta madurez; incluso, debido a la recuperación teológica de todo lo popular dentro de la Iglesia, se va imponiendo y como que importa no desechar todo aquello que fue medio eficaz de evangelización, como es el caso de las cofradías. En los ambientes religiosos de la villa albense se percibe también una cierta nostalgia de aquellos tiempos de la cofradía del Niño Jesús de Praga que era tan floreciente. Y lo que nos resulta más curioso a los Carmelitas, es que además constatamos que la devoción al Niño Jesús no se ha perdido, pues son muchas las personas que se acercan a rezar ante su imagen en nuestra iglesia actual, y les explican el porqué de ella a sus hijos o nietos. Es más, muchos turistas que visitan nuestra iglesia ven con agrado la presencia de la efigie del Niño Jesús porque, seguramente, es la devoción carmelitana más internacional que exista, junto a la de la Virgen del Carmen.
Un poco de historia
En España entra la devoción al Niño de Praga con los Carmelitas a finales del siglo XIX, por influjo del Carmelo europeo, es decir después de los años de la exclaustración y desamortización (1836-1868). La restauración de la Orden Carmelitana en España viene de Francia (1868) por mano de los carmelitas españoles allí refugiados o que se iniciaron a la vida carmelitana en aquella nación. Y estos carmelitas, pertenecientes a la Congregación italiana, fueron los que trajeron la novedad de esta devoción que se fue acrecentando poco a poco, a medida que se iban restaurando conventos o inaugurando presencias nuevas. Podemos decir que era la devoción de moda en España por esas últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
El convento de Alba de Tormes se restaura en el año 1877 (aunque siempre hubo frailes carmelitas exclaustrados en función de capellanes del sepulcro teresiano, que vivían fuera del convento), justo coincidiendo con la primera peregrinación teresiana de San Enrique de Ossó de agosto de aquel mismo año. En Alba se vio con mucho agrado y aprobación esta presencia ya oficial de frailes Carmelitas en su antiguo convento después de más de 40 años de ausencia.
Y fueron estos frailes restauradores los que trajeron a Alba la devoción al Niño Jesús de Praga, seguramente ya desde el momento inicial, aunque en aquellos primeros años todavía sin la oficialidad y el apoyo institucional de una cofradía del mismo nombre.
Gracias a que conservamos en el archivo conventual (debidamente ordenado) los libros oficiales, documentos y papeles de dicha cofradía pragense hoy podemos trazar con seguridad la historia más que centenaria de dicha institución eclesial y carmelitana, que no deja de ser parte de la gran historia de las cofradías en Alba de Tormes, un capítulo que aún está por escribir en forma documental y sistemática. A esta sección del archivo conventual (J-IV) nos remitimos para escribir estas páginas.
Precisamente sabemos por el libro registro de socios (J-IV-2) que la cofradía del Niño Jesús de Praga fue establecida "canónicamente" (no quiere decir que antes no existiera ya un culto propio y una cierta estructura) en la fecha de 26 de diciembre de 1909, que no es tardía, porque solamente dos años antes (1907) se había constituido la misma cofradía en la vecina Salamanca. Así se hace constar en dicho libro oficial, añadiendo además que ha sido posible gracias a la licencia escrita del obispo salmantino (22.12.1909). Las fechas hemos de considerarlas no como de apertura o comienzo de la devoción pragense en Alba, sino más bien como demostración y aprobación de algo que venía muy de atrás. Sirva de muestra el hecho de que el mismo obispo diocesano que la autoriza (F. J. Valdés), meses antes concede 50 días de indulgencia a quienes recen ante la imagen del N. Jesús de Praga de Alba (6.7.1909).
La constitución oficial de la cofradía tuvo su repercusión en las revistas carmelitanas españolas que registraban estos fastos. Así lo hace la revista "Monte Carmelo" de Burgos, que dice al respecto: "En esta religiosa villa venía celebrándose de muy atrás solemne octavario del Niño Jesús desde el día de la Natividad al de la Circuncisión [25 diciembre al 1 de enero]. Los Padres Carmelitas de Alba, en vista del incremento que la devoción al Niño Jesús de Praga va tomando en España, hanse aprovechado de estos cultos anuales que en su iglesia se celebran / para instalar la Archicofradía y nombrar Junta directiva, y lo han conseguido con gran éxito. El octavario ha resultado muy solemne y sobre toda ponderación grandioso el triduo con que terminó. Todos los niños y niñas de Alba han acudido a las hermosas funciones y han cantado con entusiasmo sin igual, himnos, villancicos, despedidas, motetes al Smo. Sacramento durante la Comunión general, la Misa de Angelis que la repitieron otros tres días, y una infinidad de cantos al Niño de Praga.
El último día de la función fue mucho más solemne. Durante la Misa de Comunión, el R.P. Simón preparó a los niños con ternísimos fervorines para el acto sagrado que iban a realizar; los niños entonaron con gusto el "Adoremus Sanctisimum Sacramentum" y "Laudate Dominum omnes gentes" antes de la Comunión, y la preciosa letrilla "Al Dios escondido", después de ella.
En la función de la tarde, después del brillantísimo y muy oportuno sermón del P. Simón, diéronse notas muy simpáticas en la iglesia del Carmen; tres niñas subieron al presbiterio para declamar con los primores de la inocencia sentidas poesías al Niño Jesús entre la emoción y lágrimas de los circunstantes; un niño desde el púlìto hizo el acto de consagración, terminando el acto con la adoración del Niño y cánticos sin fin.
Rifáronse después algunos objetos entre los niños y no hay que decir que el entusiasmo entonces rayó en delirio.
La Junta Directiva promete mucho de su piedad, celo y devoción al Niño Jesús de Praga.
Él la bendiga juntamente con toda la Asociación.- El corresponsal" (en revista "Monte Carmelo" 11 [1910] pp. 114-115).
Una suerte que nos haya llegado esta crónica fundacional tan esencial, a la que podemos añadir lo que años después se dice de la misma cofradía en Alba de Tormes y sus alrededores: "Alba de Tormes merece consideración aparte. Los Carmelitas de esta villa salmantina, custodios de las sagradas reliquias de santa Teresa, no se han contentado con reunir a las plantas del Pequeño-Grande los niños albenses, sino que le dieron a conocer en otros muchos lugares circunvecinos" (Alberto de la V. del Carmen, "Historia del milagroso Niño Jesús de Praga", Madrid, 1960, p. 189). Y esto es verdad porque en las iglesias parroquiales de los pueblos circunvecinos hemos encontrado tantas imágenes del Niño Jesús de Praga.
Junta directiva y directores religiosos
Es un dato irrefutable el que eran los niños los destinatarios de esta cofradía, aunque luego en la edad adulta sigan ligados a esa devoción que tratan de transmitir a sus propios hijos. Son unas listas muy nutridas las que encontramos de miembros de esta asociación. Pero la junta directiva de la misma estaba constituida por jóvenes y adultos y, al menos en el caso de Alba, casi todas del sexo femenino. Y por lo general pertenecen a la clase alta de la Villa, a la que seguramente habrán solicitado su participación activa los frailes carmelitas. Gracias a los libros oficiales podemos rehacer la composición de las primeras juntas:
(1909)
Presidenta: Doña Perfecta Cano de Clavijo
Vicepresidenta: Matilde Anaya
Secretaria: Epifania Casado
Vicesecretaría: María Castro
Tesorera: María Luisa García
Celadora General: Paula Ávila.
(1919)
Presidenta: Doña Perfecta Cano de Clavijo
Vicepresidenta: Concepción Álvarez
Secretaria: Epifania Casado
Vicesecretaria: María Castro
Tesorera: Pilar Nodal de Corredera
Vicetesorera: Paula Yagüe
Vocal: Dolores Ruiz
Celadora general: Trinidad García
1923
Presidenta: Pilar Nodal de Corredera
Vicepresidenta: Concepción Álvarez
Secretaria: Trinidad García
Tesorera: Paula Yagüe
Vicetesorera: Sebastián González
Directora general de coros: Esperanza Martín
Vocal: Dolores Ruiz
Camareras: Matilde Nodal y Concepción Escribano
1925
Presidenta: Pilar Nodal de Corredera
Vicepresidenta: Concepción Álvarez
Secretaria: Trinidad García
Vicesecretaria: María Trapero
Tesorera: Paula Yagüe
Directora general de coros: Blanca Hernández
Vocal: Dolores Ruiz
Camareras: Matilde Nodal y Concepción Escribano
1929
Presidenta: Matilde Nodal
Vicepresidenta: Concepción Álvarez
Secretaria: Josefa González
Vicesecretaria: María Trapero
Tesorera y directora general de coros: Sebastiana González
Vicetesorera: María Polo
Camareras: Adela Gutiérrez y Angelines Corredera.
No queremos seguir más adelante en la lista, pero la última citada de ella, Angelines Corredera, luego esposa del farmacéutico Alberto Álvarez, ocupará muchas páginas de los libros oficiales durante años, por desempeñar el cargo de presidenta y secretaría de esta cofradía.
En el caso de los directores u asistentes religiosos, siempre frailes carmelitas, hallamos algunos que se señalaron siempre por su devoción al Niño de Praga (PP. Simón, Rodrigo, Heraclio, Raimundo, Ángel Fraile?) lo que explica mucho del éxito y raigambre de esta devoción en la villa. Ofrecemos la lista de directores en orden sucesivo cronológico, indicando el año primero en que aparecen en los libros oficiales:
Simón de la Cruz (1909); Heraclio de San Elías (1912); Ramón de la Virgen del Carmen (1924); Heraclio de san Elías (1925); Rodrigo de la V. del Carmen (1929); Daniel del Niño Jesús (1930); Heraclio de san Elías (1933); Francisco del Niño Jesús (1944); Ursicino Fernández (1945); Domingo del Santísimo; (1945); Heraclio de san Elías (1946); Balbino del Carmelo (1956); Raimundo de la Transverberación; (1957); Angel Manuel del Niño Jesús (1962); Rafael de la Madre de Dios (1964); Vicente del Niño Jesús; Angel Fraile (1968-1969).
Resaltar que entre los directores hay uno que hoy es venerado como mártir y beato por la Iglesia, ya que pertenece al grupo de los mártires Carmelitas de Toledo (1936) y en Alba pasa sus primeros años de sacerdocio. En el libro oficial firma varias veces; como también firma una vez en calidad de visitador provincial otro mártir y beato de la misma situación de Toledo, el que va a la cabeza de todos como prior de la casa, Eusebio del Niño Jesús (J-IV-4, día 26.4.1930). O sea, que la cofradía de Alba tiene santos entre sus filas.
Pero los libros oficiales cantan la verdad y nos dicen que, después de la dirección del P. Ángel (el que fundó además aquella banda de cornetas y tambores), la cofradía fue decayendo, pero también por los tiempos que corren en las décadas del 60-80 en la Iglesia a causa del postconcilio, ciertamente muy desfavorables para todas las cofradías. Fue el P. Raimundo Barrado, ya bastante anciano, el que intenta mantener lo poco que se podía hacer, pero ahora sin resonancia ni repercusión dentro del público infantil y juvenil? Y así, poco a poco, no sólo decae, sino que la cofradía y el culto al Niño Jesús de Praga desaparece en Alba de Tormes. Sólo ha quedado un testimonio fehaciente de su larga historia, la de la efigie del Niño Jesús en una hornacina dentro del crucero de la iglesia de los frailes, porque hasta eso, con la restauración y adecuación de la iglesia a los nuevos tiempos. Notamos además que una capilla domiciliaria del Niño Jesús de Praga ha seguido recorriendo los hogares de algunos devotos albenses. Sólo eso quedó, pero lo suficiente llamativo para que muchas personas siguieran alimentando con ella su devoción hacia la infancia de Cristo.
Una historia hecha de gestos entrañables
No sólo nombres de personas tan queridas en la villa han quedado impresas en la historia de esta institución, sino que hay un sinfín de tradiciones y gestos que aún no se han olvidado en la mente y corazón de tantos adultos, entonces niños, que militaron en sus filas y participaron en tantos actos religiosos y recreativos organizados por esta cofradía.
Ya en las primeras páginas de los libros de actas y gastos, aparece la costumbre de hacer rifas y regalos de juguetes a los niños que asistían a los actos, hasta a rifa de un cordero (1934), un capítulo de gastos considerable para aquellos tiempos; y recorriendo sus páginas uno se encuentra con el detalle de la insistencia de que se procure en la adquisición sean juguetes educativos y otros instrumentos útiles para los niños.
Por vez primera encontramos la tradición del regalo de la naranja y el bollo del Niño Jesús atestiguada en el año 1939, pero seguro que la cosa viene de atrás. Esto sucedía en la jornada de la Epifanía (6 de enero), es decir, el mismo día de los Reyes. Y era el detalle que llenaba de ilusión a todos los asistentes. Todo ello costeado por la cofradía desde su economía bien ceñida, pero eficiente a base de la exigua cuota mensual de los socios. Por suerte conservamos algunos recibos que nos permiten documentar no sólo la cuantía de este gasto, sino hasta la procedencia de los encargos, de pastelerías y hornos que todavía hemos conocido nosotros. La primera vez que aparece en acta esta costumbre es en la reunión de la directiva del 29 de noviembre del 1939, pero la cosa viene de antes: "Proceder el próximo día de Reyes, como tradicionalmente se hace todos los años, a un reparto entre los niños asociados de un bollo dulce y una naranja, siendo deseo de la Junta que este reparto hubiera sido de juguetes, pero ante la escasez de éstos se acuerda lo que antes se expone". Y es que estamos en la posguerra, por lo que se irá poco a poco prescindiendo de los juguetes que suponen un desembolse mayor. Ya en años anteriores ha sido aplicada otra medida parecida, como el repartir una cajita de mazapán (1934), o un paquete de caramelos (1937).
Los juguetes, a veces se solicitaban afuera, pero otras veces se compraban en el comercio de Manuel G. Carrero. En una ocasión (1938) se anota lo gastado y dónde para los caramelos: Emilio Ferrero; Dolores Cornejo; a Paca, la madrileña; a la Ramonita. Mientras que la compra de naranjas (en torno a unas 600) se hace a Mateo López, y Constantino Castro, Ángel Hernández; casi siempre a alguna frutería de Salamanca, lo que suponía tener que pagar también el transporte. Sólo en el 1961 consta por vez primera que las naranjas se compran en el comercio albense de Julián Trapero (151 kgrs.), una factura que asciende a 566,25 pesetas.
Y el capítulo de los bollos dulces (también en torno a unos 600), es aparte: se encargan a las 2 confiterías de Alba, "La Madrileña" y a Isaac Fernández, con un recibo de más de 100 pesetas cada una; otra vez se encargan todos a Santiago Jiménez, por un importe total de 53, 40 pesetas. Pero en 1949 fueron 800 bollos encargados a partes iguales a José Hernández e Isaac Fernández. En 1957 se piden 610 a Isaac Fernández, mientras que en el 1958 se encargaron al mismo 640 bollos, por un importe total de 440 pesetas. Y en el 1959 se encargan 675 bollos a José Hernández, por un valor de 437,50 pesetas. Y en el 1960 hay un superávit de pedido: por una parte 700 bollos a la Madrileña (235 pesetas); y además otros 670 bollos (235 pesetas) a la Teresiana. Mientras que en el 1961 se pide el mismo número (670) a ambas confiterías. Algo cambia en el 1962 el pedido (675 bollos) para cada confitería, con una leve diferencia de precio (237 y 200 pesetas) en cada una. Y en el 1963 hay alza en el pedido, un total de 700 bollos a cada confitería. Ya hay cambio en el 1964 por lo que toca a el concesionario: es el Horno de los Hermanos Santos (esto es, Chencho y Lolo) el que elabora 1435 bollos, que a la larga fue el coste más económico. No quiero imaginarme la competencia, el pique y hasta el disgusto, entre los diversos proveedores por asegurarse el pedido navideño del Niño de Praga? El último pedido que aparece registrado explícitamente es el de la Madrileña.
Ah, y no se olvide otro muy entrañable, y es el que con el fin de abaratar el coste, la cofradía entregaba la harina necesaria para su confección, ésta seguramente regalo de la Fábrica de los Moros (aunque no consta expresamente), que siempre tuvo una relación muy cordial y generosa con los frailes desde los tiempos de la Señora Eusebia, la madre de esta amplia saga familiar de la que quedan hoy ya pocos descendientes en Alba.
Y así hasta el año 1969, año en que consta por última vez este gasto extraordinario de naranjas (815 pesetas) y bollos dulces (750 pesetas).
Noticias de interés local
Como que no dicen nada, a veces los libros de la cofradía registran datos curiosos que afectan a la vida diaria y a la historia local. Por ejemplo, hay una nota en el libro de actas que refleja una situación invernal de Alba que en aquellos tiempos debía repetirse a menudo: "En vista de haberse declarado algún caso de dicteria y escarlatina en los niños, se acordó suspender la fiesta del 1º domingo, hasta que se crea conveniente celebrarla?" (24.4.1930). Un mes más tarde se levanta tal prohibición: "?que habiendo desaparecido la enfermedad que existía en los niños, se celebrase la fiesta mensual el 1º domingo de junio, y que a ser posible se tenga el triduo al Milagroso Niño los días, 27, 28 y 29 del mismo mes" (30.5.1930). Y en otra reunión de algunos meses después se especifica todavía más otro caso parecido: "Se acordó suspender la fiesta del 1º domingo por haberse presentado de nuevo algunos casos de sarampión en los niños" (31.7.1930). Era normal que en aquellos tiempos se tomasen unas medidas de sanidad preventivas tan fundamentales.
Una de las primeras cosas que se hace apenas constituida la cofradía, es equiparla con todos aquellos medios propagandísticos útiles y necesarios para los actos públicos, como es el caso de las procesiones. Así lo primero que se determina es la adquisición de un estandarte propio (10.4.1910) y que, curiosamente todavía 10 años más tarde aún no lo tenía (28.11.1920). Pero el que luego llegará a ser indicativo de la institución todavía se conserva entre nosotros. También se pide el hacer 200 banderines (con banderas de España y del Vaticano seguramente) con el fin de repartirlos entre los niños que participasen en la procesión (26.3.1931). Incluso se va completando la imaginería del altar propio del Niño Jesús de Praga, que estaba en esa capilla abierta del crucero, con cúpula y todo, a la derecha, en ese espacio anterior a la capilla de la Orden Tercera que hoy usamos como capilla de invierno. Lástima que se haya perdido este retablo realizado en buena madera, junto con el de la capilla del Sagrado Corazón, a la izquierda y enfrente. Dicen así las actas: "Además (el director) presentó a la admiración de la Junta una hermosa imagen de S. Antonio para colocar en el altar del Niño, regalada por la Señorita Angelines Corredera (camarera) y una capilla del Niño para llevar a las casas cuando algún niño de la asociación estuviese enfermo" (26.3.1931). Y hablando de imágenes, otra constatación más importante: "El Padre Director enseña a la Junta una imagen del Niño Jesús que ha sido regalada por Don Florentín Jiménez, quedando la directiva muy agradecida por este obsequio, y acordándose dejarla para las procesiones que se celebren". (5.5.1945). Es decir, se trata de una imagen de talla considerable que serviría para las procesiones y así reservar la talla más valiosa del altar, que es la que todavía hoy admiramos en nuestra iglesia.
Y no podían faltar tampoco las actividades lúdico-culturales que era uno de los medios de hacer grupo y facilitar la diversión y el conocimiento infantiles. Así se acuerda "celebrar una velada literaria musical el segundo domingo después de Reyes. Hacer una gira campestre con los niños asociados después de Pascua de Resurreccion" (7.11.1935). La Velada musical (muy de moda entonces) estaba prevista para realizarla en el Teatro municipal, porque hallamos posteriormente otra noticia de la misma: "No pudiéndose celebrar la velada de la que se trató en la junta anterior, en el Teatro, se acordó celebrarla en uno de los salones de las escuelas" (5.12.1935). Nada nos dicen de un equipo de futbol, como ocurría en la cercana cofradía de Salamanca.
Un trabajo de difusión cultural
Sin embargo, lo que nos llama la atención es la preocupación por la formación literaria de los niños como una tarea a facilitar por la Cofradía. Andaba de por medio como subdirector el P. Román Llamas, hoy residente en Valladolid. Años más tarde se tomó una decisión importante al respecto por parte de la dirección, siendo presidenta Humbelina Iglesias y secretaria Angelines Corredera: "formar una biblioteca infantil para que los asociados puedan pasar entretenidos algún rato" (1.5.1949). Y así fue, porque no tardando mucho se determina de nuevo: "Se encarga un armario librería con destino a la Biblioteca infantil donado por una persona devota del Niño, y por quien pedimos para que Él derrame sus bendiciones" (19.4.1951). Y se constata en la misma fecha que "con ayuda del Divino Niño se ha llevado a feliz término la formación de la Biblioteca infantil, haciéndose el día 1 de Diciembre de 1950 entrega de los libros que la forman, todos forrados, numerados y catalogados?" (ibid.). Y curiosamente se ofrece en el libro de actas una lista detallada de títulos en las páginas siguientes, indicando incluso los donantes de libros, personas muy conocidas en Alba y que merece la pena citar: Ayuntamiento, Padres Carmelitas, Carmina Rodríguez, Enrique Rodríguez, Julián Rodríguez, Hermanos Moro, Manuel Camino, Florentino Vicente, Adela Gutiérrez, Felisa Delgado, Conchita Clavijo, José Clavijo, Angelines Corredera, Rafael Fernández (hijo), Ángela Sánchez, Eloisa Francisco de Palomo, Jesús Sánchez Ferrero, Leonor Hidalgo, Hermanos García Arnés, Hermanos García Acevedo, Purificación López, Mercedes Sánchez, Matilde Nodal, Luisa Méndez, María Teresa Vicente, Don Heliodoro Gutiérrez, Hermanos Martínez Sánchez, Manuel Sánchez, Maruja Sánchez, Humbelina Iglesias, Elena Escuadra, Rufina Moreno, María Carmen R.- Pradillo, Esteban Rodríguez, Diego Sánchez, Diego Patrocinio, Amable García, Jenara Carrasco, José Sánchez Rueda, Hermanos García Flores, Hermanos Jiménez Santos, Faustino García, Hermanos Martínez Sánchez, Felipa Briñon, Saturia Pablos, Pilar Rodríguez, Pilar Briñón? Y seguro que debió haber más donantes. Y hasta se dan allí las normas para poder sacar libros y llevar a casa. Sabemos incluso el nombre de la primera bibliotecaria: Rufina Moreno. Esto se hizo realidad concreta y funcionó, pues todavía se encuentra recogida buena parte de estos libros en sector aparte dentro de la actual biblioteca conventual, como aquí se indica: forrados en azul y numerados. O sea que la cofradía fomentaba también la lectura infantil, y no estaba sólo para rezos y procesiones!
Lástima que no tengamos material fotográfico de esta cofradía; sólo podemos ofrecer una fotografía de la década de los años 60 proporcionada por Encarni, hija de Paco y Encarna, que aparece en la misma delante de las andas procesionales del Niño, junto a Tere, de Calzados la Rueda; también podemos identificar a Paquito, hijo de Nicolás y Pilar, ejerciendo con su vara de mayordomo. Incluso aparece la señora Benita, vecina de a Plaza de Santa Teresa.
Estas páginas sirvan para demostrar históricamente que en tiempos difíciles muchas de estas asociaciones cristianas hacían una labor importante, porque la Iglesia era consciente de tener que desarrollar una función social como exigencia intrínseca de la fe que profesaba y celebraba. Y de estas tareas no se excluía, aunque en forma limitada, tampoco el promover la cultura desde la infancia sobre todo a través del fomentar la lectura.