Flores para el recuerdo de los bejaranos que descansan en el cementerio de San Miguel
BÉJAR | El cementerio de San Miguel cuenta con un tríptico que invita al visitante a recorrer sus patios y conocer los lugares en los que descansan los bejaranos ilustres
Bejaranos ilustres y anónimos, todos igualados por la parca, hoy visitados y recordados en el cementerio de San Miguel. Alto linaje en el nicho que recoge los restos de Manuel de Zúñiga 'El Buen Duque', encontrado en el coro del Convento de La Piedad y cuyo corazón descansa, por mandato suyo, en el altar mayor del Monasterio de Guadalupe; Valeriano Salas junto a Mª Antonia Tellechea la esposa que cumplió su deseo tantas veces expresado por él en vida, de dejar su legado en la tierra natal; Mateo Hernández que reposa en el granito que le vio nacer y del que nunca se desprendió a lo largo de su vida, cerca de una de sus primeras obras de juventud, Fernande Carton, su esposa, que no eligió París para su descaso eterno, sino venir 25 años después a reunirse con su compañero de vida y así personajes como Emilio Muñoz, Nicomedes Martín Mateos, Primo Comendador y José Agero, entre otros muchos, periodistas, boticarios, escritores, artistas, diplomáticos, fiscales, concejales? y una sola mujer, Aurora Calvo, que no por ser esposa de algún ilustre varón, sino por méritos propios de santidad, ha podido estar en esta lista que se encuentra en la sala de pésames del cementerio y que invita al visitante a buscar los monumentos fúnebres en los que descansan.
Un epitafio curioso, un objeto delicadamente colocado, y en un día como hoy, las flores, ahora casi todas de tela, decoran el cementerio municipal de San Miguel e impregnan de decadencia tan santo lugar, haciendo que un enorme ramo de rosas o una sola y elegante flor natural sobre una tumba, llamen la atención del visitante que pasea por los patios.
En estos días, de buñuelos y huesos de santo, sigue manteniéndose la tradición de visitar los cementerios y aunque cada vez se represente menos El Tenorio y se abra paso la vida con la fiesta de Halloween, el recuerdo hacia los que ya se han ido se manifiesta en estos lugares, más allá de que la ausencia esté siempre presente en el día a día.
El gasto por fallecimiento alcanza hasta los 4.500 euros en Salamanca