A parte de las gangas que a menudo hallamos en el mercado de segunda mano, estos inmuebles cuentan con un punto más a su favor situados en los centros urbanos o cascos antiguos de los municipios
Aún hay quienes no encuentran grandes ventajas en adquirir un inmueble usado, más allá del romanticismo de habitar una casa en cuyo ambiente permanece la memoria de los anteriores propietarios. No obstante, los registros de ventas les quitan la razón: tan solo uno de cada cinco pisos vendidos en España son de obra nueva. Un dato reciente es el del pasado mes de julio: entonces, según el Instituto Nacional de Estadística, el 82,3% de las transacciones lo protagonizó la segunda mano.
¿Pero es que acaso las calidades de los materiales no son superiores en las construcciones más recientes? ¿Es que sus instalaciones energéticas no superan con creces a las de décadas atrás? Es posible y, sin embargo, aquellos compradores que prefieren las viviendas usadas priorizan otros factores, entre ellos uno altamente persuasivo: los precios ostensiblemente más económicos de estas. Y es que el abaratamiento en los costes no se reduce a la cifra del inmueble, sino que se extiende a los impuestos. En este sentido, el ITP que grava los pisos usados (entre un 6% y un 8%) rebaja notablemente al 10% del IVA para obra nueva.
A lo anterior habría que sumar las frecuentes campañas promocionales de vivienda usada, lanzadas por empresas de gestión inmobiliaria. Es el caso de las oportunidades de Solvia o Servihabitat, así como las casas de segunda mano de www.haya.es. Este último es el portal de la compañía Haya Real Estate, que pone a disposición del navegante un útil buscador por criterios: precio, dimensiones, localización, número de habitaciones, etc. De esta forma, el futuro comprador podrá acceder a las principales características y material visual de ofertas distribuidas por todo el territorio nacional.
A parte de las gangas que a menudo hallamos en el mercado de segunda mano, estos inmuebles cuentan con un punto más a su favor: la ubicación. Pensemos que las nuevas construcciones suelen concentrarse en urbanizaciones y bloques de las zonas nuevas de las ciudades. En cambio, entre la oferta de pisos usados es fácil dar con activos situados en los centros urbanos o cascos antiguos de los municipios.
Por último, hacernos con una casa de segunda mano se antoja una buena idea si nuestro objetivo es obtener un beneficio a medio o largo plazo a través del alquiler. El momento, desde luego, es ideal para decidirnos por el arrendamiento como inversión: el metro cuadrado se situó en 8,11 euros el pasado mes de junio, un incremento interanual del 9,4%, según el índice inmobiliario Fotocasa.
Eso sí, en el caso de que la ubicación no sea una prioridad para nosotros, conviene saber qué comunidades están incrementando con más celeridad el precio de su suelo, y cuáles presentan actualmente los costes más elevados. Entre las primeras destaca Murcia que, según la misma fuente, protagonizó uno de los mayores aumentos en relación al primer trimestre del año (7,3%). En cuanto a los alquileres más caros, Cataluña ocupaba el primer puesto a comienzos del verano: 11,89 euros por metro cuadrado