Ahora pasarán cosas
Cometeríamos un grave error si creyésemos que la cuestión catalana se soluciona con un paso hacia a delante. Es cierto que el tiempo es el juez inapelable, pero esta es la gran ocasión de España para resolver de una vez por todas, la cuestión catalana. Pueden ocurrir varias cosas, desde que el Presidente catalán "vuelva a la legalidad constitucional" como un golpista arrepentido, a que declare por las bravas la Republica catalana, como sucedió hace 83 años por estas fechas, es lo que hizo Companys con malos resultados. Puede incluso que convoque elecciones. No es probable, pero todo es posible.
¿Se necesita tal burro para estas alforjas? Con esto nunca podrá cantar victoria, cuando algunos de sus socios en la aventura están ya en la cárcel y la justicia no ha hecho más que empezar. Ha contado tantas mentiras, que se acabo la farsa, el engaño, la pantomima, las manifestaciones, las velas y las flores, para tapar el pisoteo de la Ley. Lo que extraña es que las televisiones públicas no enseñen cada poco a los dos "Jordi" sobre un vehículo destrozado de la Guardia Civil frente a un edificio donde un grupo de agentes, dirigido por una secretaria judicial buscaban pruebas de delitos. Esta pareja de "Jordi" están encarcelados con todas las de la ley por una magistrada independiente de la Audiencia Nacional. ¡Sr. Coleta, haber si se entera!
Llegamos al final de una etapa en la que el secesionismo catalán ha sufrido bastantes bajas sobre todo en el frente económico. Pero el Gobierno español tampoco hasta el momento ha conseguido la victoria, aunque sí ha conseguido unir a los partidos constitucionalistas y la justicia a pesar de su lentitud, está empezando a actuar con firmeza. En los compas de espera exigida por las normas y la ley, no conviene descuidarse y hacer un resumen de lo ocurrido para trazar la próxima etapa, sin repetir errores pasados.
A los nacionalistas no se les convence con razones, de las que pasan olímpicamente. Ni con concesiones. Al revés lo tomarían como si se les debieran y pedirían más y más. Las ofertas del Gobierno, el discurso del Rey, las advertencias de Bruselas, las llamadas de los empresarios no han surtido el menor efecto. Solo escuchan a la extrema izquierda montaraz de los alpargateros. Pero estos nacionalistas cerriles no se dan cuenta que en un mundo globalizado, no es el futuro sino el pasado, sienten más que razonan, cualquier intento de llegar a un acuerdo con ellos será inútil. A estos con tal de conseguir su causa, no les importa mentir, robar, estafar, delinquir y todo tipo de atropellos. Ya son como la extrema izquierda para que la "moral burguesa" esté hecha para ser violada.
Cataluña es un trozo importante de España, pero esa región necesita más a España, esa autonomía vende el 80% de sus productos al resto de España, perder estas ventas seria una ruina para los catalanes. Que por cierto ya ha empezado el traslado de las empresas a otras autonomías.
En este panorama, podemos ya echar cuentas para el futuro. Primero: ¡Quien sobra en Cataluña! Todos los que quieren arruinarla y de paso romper España. La unidad de España real, la pluralidad, la absoluta igualdad de derechos y deberes de sus comunidades, no la pueden destruir ni uno ni dos millones de ciudadanos, es insoportable que este número de ciudadanos tengan en vilo a toda una Nación. ¡Creo que estos sobran! Si no se encuentran a gusto con su Constitución y sus leyes. Ya saben carretera y manta.
De los 47 millones de personas que vivimos en este país, 4 pertenecen hoy a la categoría de inmigrantes, de todos estos ciudadanos cuando no se encuentran satisfechos se van.
La reforma constitucional. Sí, pero no para dar privilegios a nadie?