El salmantino paseó dos orejas en el Festival de Alba de Tormes. Sergio Domínguez, Eduardo Gallo y Manolo Vanegas cortaron una oreja y Damián Castaño tuvo que conformarse con una ovación
Abre el cartel el rejoneador Sergio Domínguez con un toro noble que ha favorecido el lucimiento del rejoneador, quien ha conectado con los tendidos variado en las banderillas y luciendo la doma de sus monturas. De especial intensidad ha sido la pega de los Forcados, quienes han mostrado su particular y espectacular tauromaquia. Tras colocar las cortas, un rejón de muerte efectivo ha servido para cortar la primera oreja del festejo.
Con clase toreó Eduardo Gallo en el recibo capotero al noble segundo. Por doblones inició el trasteo de muleta. Se acopló por la diestra con series largas y templadas. El novillo humillaba con ritmo y se gustó el salmantino a base de tiempos, clase y colocación. Media estocada. Oreja
Muy templado meció los vuelos a la verónica Damián Castaño tras recibir al tercero a porta gayola. Entrega, arrojo y valor seco ante la embestida bronca sin clase del de López Cháves. Lo intentó Castaño a base de firmeza sin transmisión por las dificultades del oponente. Media estocada. Ovación
De rodillas con una larga cambiada fue el recibo capotero de Manolo Vanegas. Un alarde de valor continuo en el trasteo de muleta de que resultó prendido hasta en 3 ocasiones. Se repuso y firmó lo mejor con la zurda. No pudo matar el novillo por lesión en el brazo derecho y pasó a enfermería. Mató Gallo de estocada entera. Oreja.
Brusco y exigente fue el cierraplaza que se topó con la ambición de un evolucionado Diosleguarde. Muy firme el salmantino que arriesgó y dejó series por la diestra de mucha entrega y verdad. Muy en novillero, queriendo agradar siempre, mató de media estocada y cortó las dos orejas para salir en volandas en el cierre de un ciclo, un ciclo que ha sido testigo de su tremendo crecimiento. Diosleguarde para rato.
Fotografías: Ricardo Tejedor