El protagonismo mantenido por el señor Mas desde que la CUP le obligó a pasar a segundo plano, nos autoriza a recordar su sentimiento unionista hecho público hace apenas unos años, cuando tiraba de la levita a su honorable mentor en los despachos de la Generalitat y seguía los pasos de Jordi por los pasillos de la sede convergente.
Méritos propios tiene este economista descendiente de charnegos procedentes de la cordobesa Hinojosa del Duque, para obligarnos a rememorar sus contundentes palabras reafirmando la unidad indisoluble de España diciendo sin despeinarse: "El concepto de independencia lo veo anticuado y un poco oxidado", al tiempo que esbozaba una sonrisa, contorsión dislocada de los labios en expresión burlesca y ácida, con desprecio avinagrado a la enseña que cambiaría en pocos años por la señera estrellada.
Añadía, con la misma firmeza que hoy dice lo contrario, que España no era Yugoslavia y que además entre Cataluña y España existían suficientes lazos e historia compartida como para tener muy presente este bagaje común, que se manifestaba incluso en la composición demográfica de Cataluña.
Pero ese aspaviento crónico de don Artur no inspiraba nada bueno. Ademán propio de irrespetuoso muñeco afiliado al anacrónico guiñol secesionista. Mímica de caricato urbano, charlatán de feria y trilero embaucador que envolvía el 3 % en la señera, hasta que un uppercut de Maragall le quitó la sonrisa.
Así pensaba hace pocos años el honorable expresidente de la Generalitat catalana, cuando apostaba por una España unida, considerando una grave irresponsabilidad "llevar al país hacia un camino que significara una frustración colectiva", como pretende hacer actualmente, porque la quiebra social que se avecina en Cataluña será recordada durante décadas, sin que nadie pague sus culpas por ello desde el valle de Josaphat donde todos estaremos entonces, recordando las palabras de Mas sobre una Cataluña que aspiraba a mantenerse en el Estado español, como pregonaba en 2002, sin más añadidos ni condiciones.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.