Aprovechar el tiempo

He sido invitado a asistir a un Seminario sobre el Tiempo, no el climático sino el cronológico, concretamente sobre necesidades y ventajas de optimizar el tiempo, que se celebrará la próxima semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Lo han organizado Ignacio Buqueras (académico, empresario, presidente de la sección de Humanidades de la Real Academia de Doctores de España) y José María Martínez-Val (ingeniero industrial y nuclear, catedrático, director de la Fundación para el Fomento de la Innovación Industrial y presidente de la sección de Ingeniería de la Real Academia de Doctores). En este científico se da una peculiaridad apenas conocida que yo considero relevante: es un excelente escritor. Firma sus publicaciones como José María del Val y fue finalista del Premio Planeta de Novela en 1981. Le conocí ese año porque cubrí para RNE la presentación de la novela finalista: Llegará tarde a Hendaya.

Los expertos hablarán del tiempo desde sus respectivas especialidades. Para mí, mero observador, el tiempo reviste dos características: es elástico (cuanto más lo uso, más me cunde) y no es igual para todos los seres vivos. De hecho, me parece que el tiempo actúa de diferente modo en cada situación y para cada partícula de materia. Puede hacerse un símil con el oxígeno, que está por doquier y a libre disposición, pero no todos los organismos del Cosmos y de la Naturaleza ?seres humanos incluidos? lo necesitan ni usan en la misma cantidad, concentración o ubicación espacial.

En el extenso capítulo de coincidencias que va tejiendo el tiempo, acudí por primera vez a un curso en el Palacio de la Magdalena hace medio siglo; yo cumplía el servicio militar en Santander en el regimiento ABQ (actual NBQ: Defensa Nuclear, Biológica y Química). Ahora, en esta segunda ocasión, me ha invitado un ingeniero nuclear que ignoraba esa circunstancia y al cual conocí por un libro titulado Llegará tarde... Seguro que esos dos días serán muy buena inversión de mi tiempo.