Un precioso encierro de Valrubio pone el broche a las Fiestas del Toro
San Bartolo echó un capote en el último encierro cuando dos corredores llegaban a las vallas del cruce de Maderos con Joaquín González, a 50 metros del coso ribereño
Con menos público que durante el fin de semana, este lunes se ha celebrado en Aldeadávila de la Ribera el cuarto y último encierro de sus Fiestas del Toro, un festejo en el que corrieron cuatro novillos de Raquel Rodríguez (Valrubio), de capa negra y bien presentados, y que si no presentaron problemas en el recorrido, uno de los astados demoró el final en la plaza al quedarse descolgado al entrar a toriles.
Un día más, excelente trabajo de los tres caballistas y los ocho mansos, que lograron mantener agrupada la manada a lo largo de todo el recorrido desde el Rocoso, lo cual no es fácil. El encierro se desarrolló conforme a lo previsto y lo que es más habitual. A las nueve de la mañana se escuchaba la bomba anunciando la salida del prado y veinte minutos después la que anuncia la entrada de la manada en el casco urbano.
El encierro discurrió sin incidentes a excepción del susto de dos corredores que hubieron de resguardarse en las vallas del cruce de la calle Maderos con Joaquín González, a poco más de 50 metros del coso ribereño. Ahí San Bartolo echó un capote para que dos astados no arrimaran y se llevaran por delante a uno de los aficionados que se quedó sin tiempo para subir los barrotes.
Y así discurrió el siempre esperado encierro de Valrubio, con un 'torito' que puso emoción en la plaza durante unos minutos y la animación de la charanga La Escala 2.0 y las peñas, que volvieron a destacar en los preámbulos del festejo.
Para esta tarde se espera la novillada con la actuación de los novilleros Álvaro Sánchez (excelente banderillero) y Sergio Díaz. Tras finalizar el festejo se soltará una vaquilla, y a las once de la noche, Entierro de la Sardina.