El envejecimiento de Castilla y León se palpa en el mercado laboral

Con el segundo censo de población más envejecido de España y la segunda tasa de natalidad más baja ?en ambos casos, tras Asturias?, que el mercado laboral sufra también un déficit de relevo generacional no hace más que agravar el problema.

En este sentido, en lo que se refiere a la edad de los trabajadores en activo, ninguna otra comunidad tiene ocupados con más experiencia que Castilla y León, ya que prácticamente la mitad han superado los 45 años de edad. Uno de cada cinco, además, supera los 55, una tasa (20%) sin parangón en el resto de autonomías.

Como consecuencia de ese 49,3% de 'ocupados de 45 y más años' que refleja la EPAdel segundo trimestre de 2017 (la siguiente comunidad en esta clasificación, el País Vasco, está a más de un punto de distancia y la media nacional, a más de cinco) Castilla y León presenta también las tasas más bajas en lo que a jóvenes ocupados se refiere. Solo el 3,6% tienen entre 16 y 24 años, apenas por delante del 3,1% de Asturias y en contraste con el 4,8% de media del país.

Esta tendencia, más acusada en la región pero más o menos generalizada en el país, extiende una amenazadora nube sobre el sistema de Seguridad Social, es decir, sobre el pago de las pensiones, ya que mientras el grueso de los cotizantes se encuentran cada vez más cerca de la jubilación, los jóvenes no acaban de ganar peso en el mercado laboral. Paralelamente, la brecha entre las cotizaciones de los nuevos salarios y las pensiones de los jubilados más recientes alcanza unas dimensiones perfectamente cuantificables: la caja de la Seguridad Social arrastra un déficit de 18.000 millones de euros.

El aumento de la esperanza de vida ?también aquí, con 83,9 años de media, la población de Castilla y León destaca como la segunda más longeva del país, tras la de Madrid?, que debería ser motivo de satisfacción, se torna en un regalo envenenado.

Desde el inicio de la crisis, los trabajadores en activo de más de 55 años han pasado de ser un colectivo de 139.700 a otro de 202.100, lo que representa un aumento del 44,7%. Mientras tanto, los de 20 a 24 años han menguado el 53,4% y los de 25 a 34, el 36,1%. Nada menos que ciento cuarenta mil jóvenes menos:de 354.200, a 214.100.

Sexo y sectores

Una parte de ese envejecimiento de la fuerza laboral castellana y leonesa es 'ley de vida' y otra tiene que ver con la incorporación al mercado laboral en los años de la crisis de un buen número de mujeres antes inactivas y no pocas de ellas, en edad madura. Hoy hay en la región cien mil hombres ocupados menos que hace nueve años, pero casi diez mil mujeres más. Ymientras el colectivo masculino mayor de 55 años ha crecido el 27%, el femenino lo ha hecho el 80%. Son veinticinco mil ocupados más y casi cuarenta mil ocupadas de esa franja de edad.

El envejecimiento del mercado laboral tiene un sector protagonista:los servicios, que además suponen dos tercios de la economía. Si al inicio de la crisis eran poco más de ochenta mil las personas que superaban los 55 años en el sector terciario, hoy son casi el doble, en concreto 149.600. Tanto en la agricultura como en la industria y la construcción, la cifra de ocupados que rebasan esa edad ha descendido; en números redondos, en dos mil personas en cada uno de esos sectores.

La evolución del desempleo tuvo su punto de inflexión en el primer trimestre de 2013, cuando Castilla y León tocó un techo de 266.800 parados (hoy hay 164.700). La ocupación, por contra, tardó un año más en dar signos sólidos de recuperación, ya que el suelo, de 901.500 trabajadores activos se produjo en el primer trimestre de 2014 (hoy hay 975.100).

Otro de los problemas a la hora de propiciar el deseable rejuvenecimiento del mercado laboral salta cuando se echa un vistazo al perfil del colectivo de parados. Mientras el 38,2% de los de la región tienen más de 55 años, los de 20 a 34 años son menos, el 32,5%. Eso sí, entre los primeros abundan más los de larga duración y son mayores las dificultades para encontrar un empleo.